Es un acto constitucional y cívico el que los ciudadanos acudan a la calle para protestar contra los malos políticos y su mala gestión de la crisis a costa de los más necesitados. En los países de la UE tienen lugar manifestaciones frente a los respectivos parlamentos, al igual que en España, contra una política que machaca a los necesitados y protege a los ricos.
Pero ¡ojo!, una cosa es manifestarse para que haya más democracia y otra querer derribar el sistema democrático. Esto es lo que persigue la extrema derecha y grupúsculos anarcos de izquierdas, sumándose a las manifestaciones y provocando a la policía con actos de violencia. En este tiempo de crisis, los demócratas hemos de tener sumo cuidado de no caer en la trampa. Mientras que los mayormente jóvenes ácratas hacen uso de la violencia rompiendo cristales y destrozando mobiliario urbano en manifestaciones multitudinarias, la ultraderecha utiliza sutiles métodos para confundir a la gente. Su prensa dispara contra los politicastros, ineptos y corruptos (también los de derechas), haciendo creer a los ciudadanos que comparte su indignación y exigencia de más democracia. En realidad, los peligrosos radicales de derechas quieren acabar con la odiada democracia para retornar al totalitarismo de los brazos en alto y las “montañas nevadas”, mientras que los ácratas agresivos pretenden crear el caos en nuestra sociedad.
El servicio secreto alemán de protección a la Constitución ha detectado en los últimos tiempos un preocupante aumento de los neonazis, con vinculaciones en los países de la Unión Europea. Ahora, todos los partidos democráticos alemanes han pedido al Tribunal Constitucional por segunda vez que prohíba al partido ultra nacionalista alemán NPD, que cobija a los nazis. Recientemente, dirigentes del partido fascista griego se reunieron en territorio español con representantes de los ultras caseros para tratar de la cooperación a nivel europeo de la extrema derecha. Al parecer, está en marcha una reorganización de la extrema derecha, que cambiará su tradicional camisa azul por una camisa marrón. Es de todos conocido que un lugar predilecto de peregrinación de los neofascistas es el Valle de los Caídos, que con el PP en el poder tendrá aun larga vida. En Alemania, la patria del nazismo, esta prohibida la exhibición de símbolos de la dictadura hitleriana. No ocurre lo mismo en España, donde los partidarios de la dictadura pueden saludar con el brazo en alto y cantar su himno guerrero. A fin de cuentas, nosotros solo tenemos una democracia pactada.
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