No sé si será la proximidad del espíritu navideño lo que ha motivado que jóvenes militantes de base del PSOE pidan perdón en un vídeo por los errores de los gobiernos de Zapatero. En principio, no tengo por qué dudar de las buenas intenciones de estos chicos, pero la educación católica de mi infancia –que ya queda muy lejana- me obliga como mucho a poner la otra mejilla, si es que aspirase yo a la santidad, cosa que no es el caso, pero no a poner continuamente el trasero. Así que, por mi parte, no hay perdón que valga. Además, eso que tanto se lleva ahora de hacer la puñeta y luego pedir perdón, me parece una auténtica falsedad, cuando no una tomadura de pelo. En política, no me creo el acto de contrición de los que piden perdón. Y, en última instancia, no son esos jóvenes del vídeo los que deben hacerlo, sino los que metieron la pata, y algunos también la mano, y esos no creo que estén por la labor.
Ahí tienen a Hernández Moltó, que se considera “víctima del apaleamiento” del PP, y culpa a otros de su desastrosa gestión en la CCM. Nada de pedir perdón por los créditos ventajosos a sus amiguetes, ni por los derroches en viajes de lujo y otras corruptelas. Tampoco han pedido perdón los incompetentes, los que se han enriquecido gracias a sus cargos públicos, los imputados por corrupción urbanística, los artífices de guerras sucias. Esos tampoco piden perdón. Todo lo contrario, mañana el PSOE tapará sus miserias con una puesta en escena para celebrar la llegada al poder de Felipe González, hace treinta años. Y yo me pregunto: ¿de verdad tienen algo que celebrar?
Mal tiene que andar un partido cuando debe retroceder 30 años para celebrar algo. Y es que claro, tal y como están las cosas, hoy tienen pocos motivos para la alegría. En las elecciones catalanas han sacado solo 20 escaños. ¡Y ellos tan contentos, porque las encuestas les daban menos todavía! Lo que no puede ocultar su imparable caída libre. En 2003 tenían 42 diputados. En 2006, bajaron a 37. En 2010, siguieron bajando hasta 28, y ahora, solo han obtenido 20. El que no se conforma es porque no quiere. Y eso que los socialistas se postularon frente al gobierno y al soberanismo de Mas, ¡que vaya batacazo se ha pegado!, pero ni por esas. Y por si fuera poco, varios de sus cargos públicos están imputados en casos de corrupción urbanística. ¡No levantan cabeza, por mucho perdón que pidan sus militantes, ni aunque proclamen santo laico a Felipe González!
En cuanto al Gobierno, cada vez nos ponen más lejos la zanahoria. Ahora ya la recuperación económica se dará en 2014. ¡Claro, es que 2013 está demasiado cerca! Pero no se engañen, cada vez estamos peor. Esto tampoco se va a arreglar en la era mariana, ni aunque abaraten más el despido, ni sigan apretándonos la soga al cuello. Deberían tirar a la basura su maravillosa reforma laboral, esa que solo produce más parados, y promover de una vez el contrato único, que reclama la OCDE, cuya modalidad de despido sea la “patada en el culo”, sin más.
Menos mal que hay otras personas que sí han entendido lo que está pasando, y ofrecen sus pisos vacíos a familias desahuciadas, o trabajadores que no se ponen en huelga para defender sus salarios o sus puestos de trabajo, sino para que la Sanidad siga siendo “universal y gratuita” y la educación sea de calidad y propicie que cada persona pueda pensar y decidir por sí misma, y para que la gente viva con dignidad, aunque no tenga mucho dinero, y para que el bienestar de unos pocos no sea a costa de todos los demás… Pues eso.
Fuente: La Verdad – Camino a la utopía
Autora: Rosa Villada
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