Hay que ser legos en la materia para entender a
veces la Justicia española, que en algunos casos parece una lotería, o quizá
las sentencias residan en el ánimo del Juez el día del veredicto. Pero me
inclino a pensar que las causas de las
oscilaciones residen en la personalidad del imputado.
La gran tonadillera de España, María Isabel Pantoja,
amante del ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz, “Cachuli” (que también está en el trullo por corrupción),
ingresó en la cárcel el pasado sábado
acusada de implicación en la corrupción. La pena: 2 años. La
excepcional cantante, conocida como “la Pantoja”, de etnia gitana, orgullosa y soberbia,
aprenderá humildad, habiéndosele
encargado la limpieza del comedor
de la cárcel de Alcalá de Guadaira. Su
celda es una confortable habitación, compartida con una reclusa educada y
amable.
La atractiva
y astuta Pantoja , que supo
mantener escondida para su amante Julián una millonada en su casa, se esfuerza ahora
por granjearse las simpatías de sus compañeras y del personal de la prisión.
Los ricos implicados por corrupción que pueden
pagar las millonarias fianzas, están en libertad provisional o condicional con cargos. La
Pantoja no pudo reunir a tiempo la fianza de 3,6 millones de euros impuesta por
el juez. Sus amigos no pudieron (o quisieron) recaudar esa suma. Porque una
cosa es querer o admirar y otra rascarse el bolsillo para impedir que una
famosa tonadillera esté entre rejas por culpa propia. En fin, ya veremos cuánto
tiempo pasa en la trena la famosa gitana a quien, después del amor, se le acabó
el dinero.
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