Leído en la Prensa: El pleno contra la corrupción

El debate de ayer en el pleno del Congreso de los Diputados había levantado grandes expectativas en los medios de comunicación. El Periódico lo comentaba así:

 

"Rajoy se activa contra la corrupción pero no atrae a la oposición
Varios grupos exigen que el PP asuma responsabilidades por el auto del 'caso Gürtel'
El presidente anuncia una batería de medidas para salvar «la convivencia»

Mariano Rajoy llegó ayer al debate sobre la corrupción con la medida más importante que ha tomado desde que estalló el caso Gürtel (hace ya cinco años) bajo el brazo: la aceptación de la dimisión de Ana Mato, ministra de Sanidad y una de sus colaboradoras más estrechas en el PP en la última década.

El presidente del Gobierno sabía que no podía acudir al pleno en el Congreso manteniendo a Mato en uno de los sillones azules, pero su decisión de dejarla caer apenas 14 horas antes no le libró de que toda la oposición le negara cualquier autoridad moral para proponer medidas contra la corrupción. «En esta materia, sencillamente, no le creemos, no son de fiar», le espetó el líder del PSOE, Pedro Sánchez. «Es como el jefe de los pirómanos presentando a los vecinos un plan para acabar con los incendios. No cuela, ni aquí ni en la ciudadanía española», le advirtió el diputado de ICV Joan Coscubiela.

 

En la intervención con la que abrió el debate, Rajoy enumeró una batería de medidas de regeneración democrática, muchas anunciadas hace un año y medio pero que no habían entrado en vigor y otras que se pueden considerar nuevas. El Gobierno espera que la gran mayoría se puedan aplicar en primavera, antes de que empiece la campaña de las municipales y autonómicas. Entre las más destacadas, Rajoy propone ampliar los plazos de prescripción de los delitos (de los 10 años actuales a 15), endurecer las penas de inhabilitación y agilizar los macroprocesos para evitar que «procesos de gran repercusión social», por ejemplo el caso Gürtel y el de los ERE, «permanezcan abiertos durante años».

NUEVAS FIGURAS PUNIBLES 

Acosado en las últimas semanas por nuevos casos de corrupción como las tarjetas opacas de Bankia y la operación Púnica (sobre comisiones ilegales) y los viajes sin justificar de José Antonio Monago, Rajoy inició su alocución subrayando, como ha hecho ya varias veces, que no cree que la corrupción esté generalizada. «¡España no está corrompida, señorías! España tiene algunos corruptos que, afortunadamente, estamos sacando a la luz. El resto, está sano, conviene recordarlo», destacó. Defendió que él en persona subiera a la tribuna para defender los dos proyectos de ley en los que se incluyen la mayoría de las medidas anticorrupción y también la modificación del Código Penal y de la ley de enjuiciamiento criminal, porque quiere demostrar que el Gobierno considera que esta lacra es un problema «peligroso» para la «convivencia democrática».

Rajoy garantizó a los ciudadanos que «se están cerrando los agujeros por los que se cuela la corrupción», creando nuevas figuras punibles, y está mejorando las herramientas legales contra los que delinquen.

SEDE REFORMADA CON DINERO NEGRO

Ni las medidas ni sus buenas intenciones de inicio («quiero acordarlas, prefiero acordarlas», afirmó el jefe del Ejecutivo) ablandaron a la oposición. Sánchez subió a la tribuna y le recordó que la sede del PP, según el juez, está reformada con dinero negro y uno de sus tesoreros, Luis Bárcenas, sigue en la cárcel.

 

El máximo dirigente socialista destacó un hecho que el resto de partidos también denunció: si Rajoy se ha visto obligado a dejar de contar con Mato  porque el auto del juez Pablo Ruz la considera «partícipe a título lucrativo» de la red Gürtel, ¿quién va a asumir la responsabilidad en el PP? Ruz apunta, «con la misma fórmula» exactamente, recordó Sánchez», al partido conservador. Casi idéntica cuestión le plantearon Rosa Díez (UPD) y Cayo Lara (IU).

EL PRESIDENTE, DESMORALIZADO

Ninguno obtuvo una respuesta, pero no eran los únicos que querían escuchar a Rajoy en este punto. También los diputados del PP, según explicaron algunos, se quedaron con las ganas de tomar nota de los argumentos que tiene en la cabeza, para poder responder a esa pregunta si se la plantean los próximos días. Rajoy, según fuentes populares, está muy desmoralizado. No solo por lo que significa la dimisión de Mato, a la que ni mencionó en su discurso inicial y ya en su turno de réplica intentó defender subrayando que no está imputada y que desconocía los negocios de su marido. También por las últimas encuestas, que dan por muerto el bipartidismo y auguran un impresionante avance de Podemos, a cuyo líder, Pablo Iglesias, calificó, en una referencia indirecta, de «salvapatrias de escoba». Y el PP teme las noticias que pueda deparar la instrucción de los papeles de Bárcenas y una posible segunda ronda de arrestos en la operación Púnica.

CRÍTICA DE FEIJÓO

Rajoy reúne el martes al comité ejecutivo nacional, una cita clave con sus barones y la cúpula del partido tres días después de viajar a Barcelona y de anunciar sus iniciativas anticorrupción. Alguno de esos dirigentes, como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijóo, afirmó que daba su «absoluto respaldo» a las medidas pero que el líder del PP debería haber actuado «antes». También a ellos debe convencer, para comenzar un ciclo que en seis meses incluirá elecciones municipales, autonómicas y generales.

Fuente: El Periódico
Autora: Pilar Santos / Madrid