El día de ayer fue rico en titulares. El más llamativo, por curioso e inesperado en alguien de la beautiful people, fue el del expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, que justo acababa de absolver un cursillo de formación para voluntarios, de dos días de duración, en el Proyecto Integral San Vicente de Paul de Madrid.
Según el diario El Mundo que dio la primicia, “el Proyecto Integral San Vicente de Paúl (institución privada dirigida por las Hijas de la Caridad), es uno de los programas de asistencia y promoción de personas de exclusión social más grandes de Madrid. Sólo su comedor social atiende a entre 400 y 450 personas al día. Tiene un centro de día, un centro de acogida, un comedor y pisos de inserción. Actualmente, cuenta con unos 70 voluntarios organizados en turnos de lunes a domingo”.
Hombre, es de loar que Rodrigo Rato, imputado en el caso Bankia, después de haber sido tan generoso consigo mismo durante su etapa como presidente de dicha entidad, en lugar de vestirse de nazareno y desfilar en la Semana Santa de Sevilla para hacer penitencia, tenga ahora la intención de ayudar a los más necesitados fregando platos en un comedor social.
Esperemos que esa actividad le ayude a reflexionar sobre la miseria en la que viven muchos españoles, que se han visto abocados por la crisis a tener que acudir a este tipo de organizaciones para poder comer caliente al menos una vez al día, en contraposición al incalificable despilfarro de los mangantes que utilizaron tan alegremente la tarjeta “black”.
Margarita Rey
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