En Grecia, arruinada por sus deudas y casi despojada de su soberanía como estado por la Unión Europea en la que priman los intereses del capital supranacional y cada vez son más arrastrados a la miseria los parados, entre los cada vez más numerosos pobres de solemnidad, ha ocurrido un terremoto político, que ha despojado del poder a los ricos y nacionalistas del dinero.
Por encima de los ultraconservadores el nuevo partido, Syriza, se ha alzado con la victoria, siendo ahora presidente del gobierno heleno el universitario Tsipras, que ha sabido atraerse a los jóvenes griegos y a los ciudadanos que desean romper las ataduras de los rescates, auténtico expolio de la pequeña nación griega (11 millones de habitantes), aspira a recobrar su dignidad y no ser un esclavo de la “deuda europea” y acusa a la canciller alemana Angela Merkel de convertir a Alemania en la gran potencia europea a costa de los demás países menos fuertes. Italia no es tan fácil de fagocitar, Francia es un duro hueso de roer y España cuenta con la benevolencia de Berlín porque los intereses alemanes en nuestro país son demasiado fuertes y a la señora Merkel no le conviene una España hundida.
Con 159 escaños Syriza no ha conseguido la mayoría absoluta, por lo que el nuevo jefe del gobierno de Atenas ha tenido que elegir un compañero de coalición. De entre los numerosos candidatos, el primer ministro ha elegido al partido de la derecha nacionalista, “Griegos Independientes” (ANEL). El motivo ha sido la proximidad de puntos de vista del partido nacionalista respecto a la deuda y al diálogo con la troika.
El nuevo presidente del gobierno griego comunicó al jefe de la Iglesia ortodoxa griega, Ieronimus, que asumía su cargo sin el tradicional juramento, una forma de indicar la separación entre el Estado laico y la iglesia ortodoxa o cualquier otra religión. Sin embargo, el único representante de su socio ANEL, el Ministro de Defensa, Panos Kamenos, sí que ha prestado juramento religioso. Por lo demás, Tsipras ha anunciado la reducción del número de ministros de 18 a 13. Una medida que no ha gustado ni a la izquierda ni a la mayor parte de la derecha de los otros países de la UE, es que el jefe del Gobierno no haya incluido a ninguna mujer en su gabinete de ministros.
Aunque no hay que creer a pies juntillas ni a Rajoy ni a su pregonero Montoro, la difícil situación en España deja ya algún resquicio para la esperanza. Pero en España aún hay casi un 24% de parados y casi 8 millones de pobres de solemnidad, que comen en los comedores sociales. Algunos, los sin techo, en gran parte debido al mal gobierno de la pobreza, sí son desahuciados al no poder pagar la hipoteca.
El nuevo partido español “Podemos” ha visto en Grecia la imagen de lo que pudiera suceder en España. Iglesias es el mejor amigo español de Tsipras. En la convención del nuevo partido estuvo presente una delegación de “Podemos” encabezada por el profesor de Ciencias Políticas y Económicas en excedencia, Pablo Iglesias. Los de “Podemos” fueron recibidos con cariño y entusiasmo. Los dirigentes de Syriza ven en “Podemos” un aliado, que comparte la misma meta. Pero, aunque mala, la situación en España es bastante mejor que la de Grecia. Económicamente, España puede vislumbrar para finales de 2015 una cierta recuperación. Pero España precisa hechos, no sibilinas palabras sobre “lo bien que nos va”, según puede deducirse de las palabras del presidente del Gobierno y de sus voceros Soraya Sáenz de Santa María y María Dolores Cospedal.
El PP está intranquilo frente a las elecciones. Si no obtiene la mayoría absoluta, tendría que buscarse un compañero de viaje. No parece que “Podemos”, de extrema izquierda mutante, estuviese dispuesto a formar una coalición con los herederos de Franco. El único partido que podría aliarse con “Podemos” es el PSOE. Dadas sus raíces, sería un suicidio que el secular partido del movimiento obrero hiciese causa común con el PP, aunque todo es posible (véase “el matrimonio de conveniencia” de la señora Merkel con los socialdemócratas del SPD). Pero sería igual de nefasto si se echase en brazos de "Podemos". Los dirigentes del PSOE tienen que poner pronto orden en su casa si no quieren convertirse en un grupúsculo histórico.
El cambio en la política griega da aliento a “Podemos”. El abandono de la zona Euro por parte de Grecia sería una catástrofe para la Unión Europea. Sin España no puedo imaginarme a la UE. España ha hecho sus deberes y tiene un poderoso valedor, Alemania, de lo que tampoco se puede abusar. Es preocupante que el recién nombrado Ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, haya declarado que el actual programa de recortes no es realizable en la práctica y haya recordado que el pueblo griego lo rechazó en las elecciones del pasado domingo. Según sus propias palabras: “nuestro país se niega a trabajar con la troika". Sin embargo, el ministro heleno fue bastante menos drástico en la rueda de prensa posterior a la reunión de ayer en Paris con su homólogo francés Michel Sapin.
Varoufakis se encuentra de gira por los principales países de la zona Euro con el fin de buscar apoyos para reducir la deuda de Grecia y explicar la postura de Atenas sobre la devolución de la misma. En el curso de su periplo, Varoufakis tiene la intención de visitar también Berlín y Fráncfort que observan con recelo las medidas del Gobierno de Tsipras.
De todos es sabido que los anteriores gobiernos griegos no dijeron la verdad en Bruselas sobre lo precario de su economía, llegando incluso a falsear las cuentas para poder entrar en el euro. Los helenos vivieron por encima de sus posibilidades. Pero hay un factor decisivo para que la UE no quiera prescindir de Atenas: Grecia pertenece a la OTAN, lo mismo que España.
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