viernes, 17 de octubre de 2014

Tema de hoy: Pánico en las Bolsas



La preocupante "noticia estrella" de estos dos últimos días fue la histeria que se generó el jueves en las principales bolsas europeas ante las estrepitosas caídas al cierre de las sesiones, especialmente en la de Atenas que registró bajadas de hasta un 10%.

El motivo no fue otro que la revisión a la baja (poco más del 1%) por parte del gobierno alemán de las previsiones de crecimiento de su PIB para 2014 y 2015. Según los cálculos del FMI, “la locomotora de Europa” crecerá tan sólo un 1,4% este año y 1,7 el próximo, por lo que algunos pesimistas creen ver asomar en el horizonte el fantasma de una tercera recesión.
 
Alemania está viviendo ahora en sus propias carnes los resultados de la política de ajustes y austeridad que ha hecho recetar desde Bruselas a sus socios de la UE. Unos recortes que han dejado a los ciudadanos europeos sin un chavo para poder importar los preciados productos alemanes (automóviles, electrodomésticos, etc.)  y que ha hecho que las exportaciones alemanas se paralicen.
 
Mientras Francia (obligada por Bruselas y Berlín a realizar recortes brutales que han hecho caer en picado la popularidad de Hollande) hace responsable directo a su vecino alemán del estancamiento de la economía en la zona euro y pide abiertamente flexibilidad fiscal, Alemania  no deja de presionar para que el gobierno francés siga utilizando la tijera en sus presupuestos. Pero tanto la Sra. Merkel como su ministro de Economía Wolfgang Schäuble (haciendo caso omiso de los requerimientos de sus socios europeos), siguen sin querer oír hablar de cambios en su política económica de austeridad.
 
El ministro francés de Economía, Michel Sapin, en la última reunión del Ecofin el pasado martes en Luxemburgo, advirtió del riesgo que supondría no poner inmediatamente en práctica el plan de inversión anunciado por el nuevo Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Un paquete de 300.000 millones de euros para los próximos tres años, cuya realización reclamaron al alimón todos los Ministros de Economía de la UE, pero para el que Berlín se resiste a dar luz verde. El problema es que ese plan podría no hacerse efectivo hasta 2017 y como dijo Michel Sapin: “Ante los nuevos riesgos que se ciernen sobre la recuperación, necesitamos un impacto significativo en 2015 y 2016”.
 
Un aliado inesperado encontró Sapin en Luís de Guindos. El Ministro de Economía español,  temeroso de que la desaceleración europea pudiese llevarse por delante la incipiente minirecuperación de nuestra Economía; se atrevió a enmendarle la plana a Schäuble que había declarado poco antes: “Vamos a invertir, pero sin histerias, sin volver a caer en el déficit público". Alejándose del discurso alemán y en clara alineación con Francia e Italia, de Guindos manifestó: “Hay que avanzar en las reformas, y a la vez dejar claro que las reglas permiten flexibilidad”.
 
Posiblemente a de Guidos le vino a la mente en ese momento la entrevista con el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, publicada a principios de septiembre en el prestigioso New York Times, donde Krugman opinaba que la inflexibilidad en las condiciones de préstamo de países acreedores como Alemania y Holanda habría frenado el crecimiento en Europa. Según él,  “Europa se está precipitando hacia una trampa de deflación y estancamiento de tipo japonés”, por lo que, "...de continuar los problemas económicos de Europa, la situación  podría perjudicar al mismo proyecto europeo basado en la noción de una prosperidad común”.
 
Por mucho miedo que le tenga a Alemania a la inflación debido a la hiperinflación de la República de Weymar, que fue una de las causas del advenimiento del nazismo y, por ende, de la II Guerra Mundial, no le quedará otra que dar su brazo a torcer si no quiere correr el riesgo de “ ir de Málaga a Malagón”. En un aviso para navegantes, el economista-jefe del Bundesbank, Jens Ulbrich, ya ha advertido: “No vemos cercana la recesión, pero la economía alemana depende del exterior. Y ahí es donde están los riesgos”.
 
Margarita Rey

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