Este fin de semana algunos programas de televisión han emitido entrevistas con Thomas Piketty, un economista francés, que ya el año pasado fue noticia en Francia cuando reventó las listas de best-sellers con la obra: "Le capital au XXIe siècle" ("El capital en el siglo XXI"). De hecho, la fama le ha venido tras la publicación de la versión inglesa ("Capital in the Twenty-First Century") del tocho en Estados Unidos y Gran Bretaña, mercados para los que el autor tuvo que podar 250 páginas del original francés hasta convertirlo en una versión más leíble de “apenas” 700 folios.
Hace una semana se presentó con gran éxito la Feria del Libro de Frankfurt la traducción al alemán del libro (que, por cierto, ya se está vendiendo allí como rosquillas calientes) y el pasado 15 de octubre, invitado por la Universidad Pompeu i Fabra, Piketty se acercó a Barcelona para impartir una lección de Economía basada en su obra "Capital in the Twenty-First Century". De paso, aprovechó la ocasión para promocionar la edición catalana de su libro "El capital al segle XXI" que acaba de publicar el grupo RBA y recordar la existencia de otro anterior: "L'economía de les desigualtats" ("L'économie des inégalites", publicado en 2008), que lleva desde julio tiempo en las librerías catalanas). Ambos están siendo traducidos a marchas forzadas al castellano para que puedan saltar en breve al mercado nacional y de habla hispana.
Por supuesto, como el que no hace la cosa, Thomas Piketty dejó caer en la clase magistral que el 4 de diciembre Piketty presentará en México la traducción española de su opus "El capital en el siglo XXI" (cuyos derechos para los mercados de lengua española adquirió en la Feria del Libro de Frankfurt 2013 el Fondo de Cultura Económica, una de las más importantes editoriales de Hispanoamérica) y, después, viajará en gira promocional a Argentina y Chile.
Tengo que reconocer que, a parte de un artículo publicado a principios de verano en la página literaria de “Le Nouvel Observateur” digital, a la que echo una ojeada de vez en cuando, Thomas Piketty era para mí hasta el viernes un auténtico desconocido. Pero después de oírle explicar en un lenguaje bastante comprensible sus tesis sobre cómo puede ser nuestro futuro si la diferencia entre ricos y pobre se sigue abriendo, creo que me voy a comprar su libro en cuanto aparezca. Según aseguran muchos críticos literarios, incluso un lego en tan árida materia puede llegar a leerlo sin quedarse dormido en el intento.
De momento, me he empapado de las sabidurías publicadas en las páginas de Economía de La Vanguardia, El Mundo, El Economista América y El País, más o menos benevolentes con él según su tendencia política. Si les interesan leer las opiniones de los articulistas, pueden clicar en los enlaces.
Mientras que Thomas Piketty es aclamado por la izquierda, los conservadores atacan sus teorías y le desacreditan, echándole en cara su cercanía al Partido Socialista Francés (fue consejero de Ségolène Royal, la candidata socialista, en su campaña para las elecciones presidenciales de Francia en el año 2007, que, finalmente, ganó su rival, el conservador Sarkozy).
Habrá que esperar la aparición del mamotreto (en catalán tiene 970 páginas) para decidir quién se lleva la palma en este acalorado debate entre defensores y detractores de sus polémicas tesis.
Margarita Rey
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