España forma ya parte del Consejo de Seguridad de la ONU: una gran noticia que corrobora la confianza mundial en nuestro país. Pero España no es miembro permanente. El Consejo está compuesto por 15 miembros, de los cuales son permanentes 5: EEUU, Francia, Federación de Rusia , Reino Unido de Gran Bretaña y China, que tienen derecho a veto. Los demás son no permanentes.
El que España esté en tan importante gremio internacional no debe despertar sólo júbilo. El “asiento” de nuestro país no sólo lleva consigo prestigio, sino que conlleva difíciles deberes. La misión del Consejo es mantener la paz y la seguridad internacionales. Este cometido puede significar un choque de intereses, como puede ser la situación en el Sahara, ocupado por Marruecos, que hasta la fecha ha hecho caso omiso de la exigencia de la ONU de celebrar un referéndum con los saharauis. España mantiene buenas relaciones con su antigua colonia y con Marruecos (aunque escondida por la diplomacia está la cuestión de Ceuta y Melilla, que reivindica Rabat como parte del territorio marroquí).
El presidente del Gobierno, Rajoy, debió sentirse eufórico por el acontecimiento. Ante la prensa y en otro orden de ideas, Mariano Rajoy declaró este fin de semana que a finales de esta legislatura habrá pasado la crisis. El Presidente hizo esta declaración precisamente cuando economistas anunciaban una nueva depresión y señalaban el bajón que había dado Alemania, que digan lo que digan, hasta ahora es la locomotora de la UE. Rajoy solamente estaba en plan electoralista.
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