Francamente, empiezo a aburrirme de escribir sobre la política nacional, que ni siquiera es nuestra, condicionada como está por factores externos e internos que, realmente escapan a nuestro control. Es triste que la noticia más destacada de esta pasada semana haya sido que la “aznarísima” doña Ana Botella, haya decidido no presentarse a las elecciones municipales. ¿Quién va ahora a promocionar el tomarse una relajante taza de café con leche en la Plaza Mayor de Madrid en foros internacionales? Por otra parte, se le hubiera podido sacar más punta periodística a la noticia de que monseñor Rouco Varela, ex presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo emérito de Madrid, se niegue a abandonar “su” Palacio Episcopal, permitiendo a lo sumo que su sucesor, el nuevo titular de la archidiócesis, Carlos Osoro, elegido por el Papa, resida en el primer piso del Palacio, reservándose Rouco la segunda planta, es decir la parte noble, de la residencia. Rouco Varela no deja el palacio, como algún ingenuo católico hubiese podido pensar (¿piensan realmente los ayatolas de todas las religiones?), para cobijar a los millares de sin techo que tenemos en España (una atracción que ocultamos a los turistas). Mientras que el papa Francisco está furioso, monseñor Osoro parece que desea emular al Sumo Pontífice y prefiere irse a vivir por ahora a una residencia mucho más modesta que el fastuoso Palacio Episcopal: la de las Hermanitas de los Desamparados. En fin, ya veremos en qué acaba todo esto. ¿Estará contemplando monseñor Rouco la posibilidad de convertirse en un nuevo Papa Luna?
Los que más follón han armado este fin de semana han sido los catalanes con su Diada. Once kilómetros han recorrido casi más de un millón de catalanes con el signo de la gran V y bajo un mar de senyeras, estrelladas o no. El Simón Bolívar catalán, empujado por sus radicales aliados de Esquerra Republicana de Catalunya, bien pudiera estar al borde del abismo político. La actual máxima autoridad en el Gobierno, Mariano Rajoy, ya le ha dicho que de independencia de Cataluña ni hablar. Artur, el oportunista, y sus separatistas de Esquerra, han querido convertir la Diada de este año en una ingente manifestación “nacional”. Pero según los observadores, incluso entre los que blandían la senyera (la tradicional, no la estrellada) no existía unanimidad sobre de qué iba la cosa. Pero, ¿lo saben también los dirigentes? Según la prensa internacional (200 periodistas destacados a Barcelona), el Presidente de la Generalitat, Artur Mas, se ha visto reforzado por el proceso de independencia de Escocia (adiós whisky escocés).
La V de la victoria de una Diada manipulada desde el poder, no significará nada si el referéndum no es legal. Artur Mas, democristiano, no hará nada ilegal, opinan los conservadores. Los de Esquerra tendrán que conformarse con el pataleo. De no ser así, Mas y Esquerra pondrán en un brete al resto de España, a Catalunya y no en último lugar, al nuevo monarca Borbón, Felipe VI.
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