martes, 5 de noviembre de 2013

Atalaya: Bruselas






En la cuestión de la inmigración a los países desarrollados de Europa existe mucho populismo. Por una parte, unos hablan de racismo, cada vez que la sociedad señala que la capacidad de acogida de los países desarrollados no es ilimitada y apuntan que un país como España con 26 millones de parados y casi nueve millones de desfavorecidos, no puede asimilar ni contentar a más inmigrantes,  que buscan una vida mejor que en sus países de origen y en la mayoría de los casos también caen en la miseria. Seguro que los que hablan de racismo no han acogido nunca a una familia inmigrante en su casa. Por otra parte, existen instancias como la UE que piden que los gobiernos sean más flexibles con los inmigrantes y que concierten una política común en relación con los inmigración ilegal.  La UE se refiere, sin decirlo, a los inmigrantes africanos .  Bruselas recuerda la reciente tragedia de Lampedusa (Italia), en la que murieron 366 personas en una barcaza.

Con un tanto de populismo,  los funcionarios de la UE aducen que los inmigrantes serán  necesarios (¿cómo sementales y mano de obra barata?) dado el creciente envejecimiento de la población europea. Aconseja a los gobiernos europeos, que se esfuerzan en hallar una solución común ante la inmigración, que negocien tratados con los gobiernos de los países de origen, que  en un gran porcentaje son  arbitrarias dictaduras y crueles tiranías. ¿Es que no saben en Bruselas que países subsaharianos no readmiten a los ciudadanos de tales países si éstos desean regresar? Les privan de su nacionalidad.  ¿Tampoco saben que la mayoría de los inmigrantes del África negra rompen sus documentos de identidad para que las policías de los países europeos en cuestión no puedan identificarlos ni devolverlos a sus países de procedencia?
 
Cierto es que todos los países europeos pertenecientes a la UE tienen que hallar una solución eficaz y humana al gran problema de la inmigración ilegal. Pero en vez de hacer populismo  por qué no compromete más Bruselas  al desarrollo sanitario, alimentario, educativo, social y político de esos países, apoyando a políticos como Mandela y empleando todos los medios permitidos para desbancar a los dictadores-hechiceros, para quienes la vida humana no vale un céntimo y que se alegran del éxodo de la población, en que muchas, demasiadas personas pierden la vida. Lo que sí podrían hacer los países de la UE es formar en la otra orilla del Mediterráneo un servicio secreto común de caza y captura de los traficantes  de seres humanos.
 
 

1 comentario: