miércoles, 21 de octubre de 2015




Un amigo malagueño nos ha mandado por E-Mail un muy buen artículo aparecido en Diario SUR. Queremos compartirlo con ustedes porque  viene muy a cuento en relación con las críticas a la controvertida Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) del ex Ministro de Educación, José Ignacio Wert, que inundan día a día la prensa y las redes sociales. Dice así:
 
“Menos filosofía

En aquellos días, la caverna de Platón, la eterna duda de Descartes, el imperativo categórico de Kant y el Superhombre de Nietzsche se sucedían en las clases adolescentes como teorías más o menos comprensibles sobre la identidad del Ser Humano, su capacidad de organización social y política, la búsqueda de la Verdad y el bien común. Gracias a aquellas explicaciones y lecturas algunos de mi generación desarrollamos un pensamiento crítico, independiente -«Pienso y dudo, luego existo». Aprendimos que era bueno preguntar -«Sólo sé que no sé nada»; indagar en el porqué de las cosas, rechazar las imposiciones no razonadas ni razonables.

Aprendimos, en definitiva, a convertirnos en Ciudadanos, con mayúscula. Sin menospreciar a ningún partido, y dado que todos los nuevos líderes son más o menos de mi quinta, se me ocurre pensar en si formaciones como Ciudadanos y Podemos habrían surgido alguna vez si sus líderes no hubieran estudiado nunca filosofía en BUP y en COU.
 
En estos nuevos/viejos tiempos eso de ser Ciudadano no se lleva. Es mejor ser siervo, o borrego; obedecer ciegamente, sin hacer preguntas, tener un líder (¡qué peligroso!); escuchar y asentir con la cabeza. Fe ciega. Dejar la tarea de hacer política a los políticos, una casta de sabios barbudos que tienen todas las respuestas a las inquietudes de la pobre tribu perdida.

Este Gobierno quiere formar a buenos trabajadores, grandes técnicos -mejor si son expertos en las nuevas tecnologías- y así parece configurarse el currículum escolar, con un peso creciente de las ciencias, las matemáticas y la física, y un decrecimiento equivalente de las letras. En este contexto, quitar de en medio a la filosofía era el movimiento lógico, y además, como a los chavales (y a sus padres) nadie les ha explicado por qué estudiaban semejantes tochos, pues puente de plata. La LOMCE ha confirmado la muerte de la asignatura del pensamiento, que ya ha sido expulsada de la ESO, y drásticamente recortada en Bachillerato.

Menos filosofía en las aulas significa ciudadanos sin herramientas para actuar de forma crítica, cada vez más alejados de los principios fundamentales de la Democracia. Súbditos fácilmente manipulables, poco conscientes de sus derechos y deberes, de valores como la libertad y la participación, que rigen el sistema. Susceptibles, por tanto, de ser engañados por gurús y salvapatrias. De ésos sí que andamos sobrados”.
 
Fuente: Diario SUR
Autor: Ignacio Lillo
 
Hay que decir que la LOMCE, de marcado carácter mercantilista, fue aprobada en el Congreso el 9 de octubre de 2013, contra viento y marea, sin consenso y gracias a la mayoría absoluta del PP y ratificada en el Senado el 20 de noviembre del mismo año. Desde mucho antes que entrase en vigor y hasta el día de hoy, profesores, alumnos y padres no han dejado de manifestarse en su contra en toda España.
 
Después de haber puesto el huevo (¿o convendría más decir: “haber montado su muy particular escabechina cultural”?), el Sr. Wert emigró a Francia donde se pega la vidorra en París como nuevo embajador español en la OCDE, con un sueldazo de 10.000 euros al mes y una residencia en la zona más exclusiva de París, la Avenue Foch. Un poco merecido premio al desaguisado que organizó en nuestras escuelas y universidades.
 
M.R.
 
 

 

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