domingo, 18 de octubre de 2015

Atalaya: PP: ¿El canto del cisne?





Desde el fracaso en las recientes elecciones autonómicas y municipales, los dirigentes del partido de las carroñeras gaviotas, que observan con pánico el ascenso de los partidos emergentes, se están arrojando al ruedo de la popularidad, haciendo incluso hablar (y montar en bicicleta) al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
 
Sus voceros, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el de Economía, Luis de Guindos o el de Sanidad, Alfonso Alonso, también parecen haberse contagiado de la inusual verborrea presidencial y sueltan sus “perlas” a diestro y siniestro. Incluso la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santa María, hace unos días nos demostró en “El hormiguero” de Antena 3 que es mucho más graciosa bailando moderno que como política en activo.
 
La consigna más repetida por los dirigentes peperos es la de “la recuperación”, que España es la pionera en Europa y el mejor ejemplo para los griegos. Mientras, la UE no se fía demasiado  y alerta sobre el riesgo de incumplimiento de los objetivos de déficit tanto en 2015 como para el próximo.2016 (¿otra vez la amenaza de rescate?). Desde su reciente íntima amistad con la canciller alemana Angela Merkel, Rajoy se sentía a salvo y creía ganar votos para las elecciones generales del 20 de diciembre difundiendo la buena nueva del auge económico español, que supuestamente ya se vislumbra al final  del túnel. El dictamen de la Unión Europea sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado español justo una semana después de que se hubiese tratado desacreditar las declaraciones al respecto del Comisario de Economía, Pierre Moscovici, le ha sentado al PP como una patada en las espinillas porque contradice todos sus argumentos triunfalistas. "Somos los que más crecemos en Europa y por supuesto que cumpliremos", se apresuró a declarar Cristóbal Montoro tras conocerse las declaraciones desde Bruselas.
 
Diversas encuestas sitúan todavía en primer lugar, pero sin mayoría, al PP (Rajoy, el líder, recibe un suspenso en la valoración de la intención de voto). En segundo lugar se encontraría el PSOE de Pedro Sánchez, que está perdiendo votos a  favor de la formación política Ciudadanos, de Albert Rivera, que sería una mezcla de centro-derecha y centro-izquierda. En cuanto a Podemos, su mayor lastre parece ser su ubicuo y ambiguo líder, Pablo Iglesias, tachado por muchos de arrogante y prepotente. Podemos experimenta según las encuestas un importante  descenso en intención de voto, quedando en cuarto lugar. Algunos periodistas chistosos hablan ya de “Pudimos” en vez de “Podemos”. Pero la experiencia enseña que en las encuestas hallamos sólo tendencias, pero no los resultados oficiales de los comicios que se contabilizarán en votos el día de las elecciones al abrir las urnas. “Ciudadanos” se está convirtiendo en la llave de estas elecciones. ¿Se inclinaría Albert Rivera hacia el PSOE, que aún representa al partido del progreso? Un pacto de Gobierno o de Estado (una coalición) con el PP no podría descartarse, si el PP se reforma, distanciándose de su derechismo.

En la precampaña electoral, donde ya pisan el acelerador todos los partidos (que ahora juegan a ganarse a la gente por la calle, haciendo en muchas ocasiones chorradas impropias partidos serios), abundan mentiras como esa defendida por Rajoy de que el PSOE se radicaliza, con lo cual el Presidente del Gobierno, insinuando un pacto entre el PSOE y Podemos, intenta meter miedo a esos analfabetos políticos con ínfulas de clase media, que creen que el PP es el único partido que defiende sus intereses. Cabe esperar que la política del Partido Popular durante esta legislatura que acaba, haya abierto los ojos a muchos de los españoles, que no sean nostálgicos del régimen anterior.
 
Por lo demás, según se desprende de algunas declaraciones sotto voce de destacados miembros populares, en el seno del PP reina todo menos armonía. Hay muchos descontentos en  el partido. Aznar lanza dardos envenenados contra su criatura, Rajoy, y el ministro de Asuntos exteriores, José Manuel García Margallo ridiculiza en “El Español” a Montoro, que en los medios también aparece como Montrolo, llamándole "ágrafo que no lee". Y ya no hablemos de las críticas, tanto dentro como fuera del partido, al tremendo vídeo electoral del PP con esa joven que ingresa en una unidad de vigilancia intensiva...
 
Mientras tanto, el bombero Rajoy intentó apagar el fuego lanzando un mensaje optimista desde Bruselas: "Estamos animados y contentos" declaró a la prensa en un desesperado intento de acallar los rumores bastante justificados sobre el inicio de un proceso de desintegración dentro del Partido Popular.
 
Ahora, todo indica que el PP ha encontrado el chivo expiatorio ideal. Una vez más, la prensa sería la culpable de la pelea de gallos entre Montoro y Margallo -y el susiguiente escándalo- por haber supuestamente publicado declaraciones “off the record” de ambos ministros. Vivir para oír...

 
 
 

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