jueves, 22 de octubre de 2015

Atalaya: Trigo y paja




No carece de una cierta razón el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, cuando opina que al hablar de refugiados e inmigrantes es preciso tener buen cuidado de separar el trigo de la paja.
La trágica situación en Siria, donde guerrilleros rebeldes luchan contra el déspota Al-Asad y donde, por otra parte, se ha establecido el cuartel general terrorista del Estado Islámico y del ISIS, cuyo objetivo a largo plazo es la conquista de Occidente, ha movilizado a masas de ciudadanos  sirios (mujeres, niños y hombres) que huyen del terror islámico desatado por los llamados yihadistas (“santos guerreros”) a las órdenes del Estado Islámico. Millares y millares de personas arriban tras espantosas travesías a islas como Lesbos (Grecia), Lampedusa (Italia) o a las costas andaluzas. Todos buscan seguridad y pan. Una mayoría de los refugiados son personas con cultura, con carreras universitarias.

La Unión Europea está siendo torpe al no tener todavia un plan concreto y eficaz para solucionar una situación que ya está afectando seriamente a Europa y que ha llevado al gobierno alemán (a donde quieren llegar los refugiados) a cuestionar la fuerza de la Alianza Atlántica (OTAN) y su disposición a defender a un país europeo amenazado por las yihads. Alemania, como España, hace todo lo posible por integrar a los más de 2,5 millones de turcos (musulmanes) que viven allí desde finales de los años 50 y cuyos hijos y nietos son alemanes desde fuera, pero por dentro siguen siendo musulmanes y aplican la terrible sharia o ley islámica. En total, casi 6 millones de musulmanes viven actualmente en la RFA. En España hay más de un millón de musulmanes, en su mayoría marroquíes (de Ceuta y Melilla) con nacionalidad española. También aquí, como en los demás países europeos occidentales, estos ciudadanos llevan una doble vida, siendo el Islam el componente auténtico de su identidad. Una musulmana que tenga un novio europeo o se case con él (abandonando el Islam) puede ser asesinada por su propio padre o por sus hermanos, heridos en su violenta “sensibilidad” mahometana.
 
Los cristianos no pueden construir iglesias en tierras islámicas.  Sin embargo, los musulmanes tienen derecho a construir mezquitas en toda Europa, siendo la más grande la de Madrid (más conocida como la de la M-30) seguida por la existente en Colonia (Alemania) que, en su día, desató una gran polémica entre la ciudadanía. Bajo el titular “Terrorismo”, el Diario de Navarra escribía el pasado 5 de enero: “El Islam dominará España y la Constitución será reemplazada por la Sharia”.  Hablando del tema con un amigo, ex cónsul de España en un país árabe, éste me relató la triste suerte de las españolas y otras occidentales convertidas al Islam por amor, que residían en el país de su pareja. Estaban totalmente sometidas a la voluntad de sus polígamos maridos, vivían inmersas en un mundo para ellas totalmente extraño y cruel. Incluso les prohibían hablar su lengua materna. Estas y otras muchas eran las lamentaciones de españolas esposas de un musulmán,  que acudían al consulado español en busca de amparo. Pero en estos casos poco pueden hacer las representaciones diplomáticas, ya que una mujer de origen no musulmán adquiere automáticamente la nacionalidad del país de su marido. La Sharia, entre otras penas, condena a la mujer acusada de adulterio a ser lapidada. Los homosexuales son ahorcados. Una mujer que no vaya cubierta de los pies a la cabeza y con la cara tapada con un velo, se arriesga en Arabia Saudí a recibir unos cuantos golpes de porra de la policía islámica y a ser encerrada en un calabozo si conduce un automóvil.

Según el Diario de Navarra, sólo 8 meses después de que la policía lograra neutralizar la mayor red de captación de yihadistas en España, su principal herramienta de reclutamiento, adiestramiento, adoctrinamiento y propaganda, vuelve a estar activa. Sharia4Spain, la red nacida en 2010 y desarticulada, vuelve a emitir llamando a jóvenes de ambos sexos para que se dirijan a Siria y se pongan en contacto con el Estado Islámico. Según informan corresponsales extranjeros, también de los medios españoles, las muchachas suelen ser violadas por sus “entrenadores en el terror”.
 
La policía española (y la marroquí) ha detenido ya a más de 50 “voluntarios y voluntarias”, cuando quería volar desde Barcelona a Turquía para continuar viaje hacia Siria y unirse a los yihadistas. ¿Y qué hacen EE.UU. y Rusia para frenar la locura de la guerra en Siria? Obama dijo algo respecto de este conflicto, pero hasta ahora no ha sucedido nada. Rusia (es decir, Putin) no ha esperado a llegar a un acuerdo con Washington y ha enviado sus aviones para bombardear a los adversarios de Bashar al-Asad y, al mismo tiempo, también al llamado Estado Islámico. No se trata de un conflicto más en el polvorín Oriente Medio, es una seria amenaza para el futuro de los países occidentales.

España es el país más amenazado por los demenciales “soldados”.  Desde nuestro país, el Estado Islámico quiere implantar el califato mundial. “Al-Andalus” sigue vivo en la mente de los yihadines.

 
 
 

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