miércoles, 5 de noviembre de 2014





Una lectora argentina nos envía unas frases pronunciadas por Malala Yousafzai, activista  por la paz y los derechos de la mujer pakistaní, sobre la corrupción.
 
La joven de 27 años fue víctima en 2012 de un brutal atentado mientras se dirigía a su casa en un autobús escolar. El autor, un miliciano talibán, arremetió a tiros contra ella y otras dos estudiantes, hiriéndolas de gravedad. Malala fue alcanzada en cráneo y cuello y tuvo que ser operada varias veces.
 
Después de su recuperación, Malala escribió en colaboración con la periodista británica Cristina Lamp el libro autobiográfico “Yo soy Malala”, que fue publicado en 2013 y que ganó ese mismo año el Premio Simone de Beauvoir por la libertad de la mujer de la Universidad Diderot de Paris y el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo. Este año, Malala Yousafzai ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2014, convirtiéndose así en la persona más joven en recibir hasta ahora ese premio en todas las categorías.
 
Malali opinaba así sobre esa lacra que, entre los políticos de su país, es tan habitual como el respirar:
 
“En mi país los políticos no le dan importancia a robar. Ellos son ricos y el país es pobre, y sin embargo no dejan de saquearlo. La mayoría de ellos no pagan impuestos, pero comparativamente eso es lo de menos. Toman préstamos de bancos estatales y no los devuelven. A cambio de contratos gubernamentales reciben comisiones de amigos o de las compañías a las que se les adjudican. Muchos de ellos poseen caros pisos en Londres. No sé cómo pueden vivir con sus conciencias cuando ven que nuestra gente pasa hambre o vive a oscuras por los constantes cortes de luz, o que los niños no pueden ir a la escuela porque sus padres necesitan que trabajen”.
 
En España, un país del primer mundo en el que hasta hace poco se vivía bastante bien, estamos viviendo algo parecido, aunque no se haya llegado todavía a los extremos de los países en vías de desarrollo. Claro que esto puede ser un aviso para navegantes si los dos (todavía) grandes partidos no ponen coto de una vez por todas a los desmanes de algunas de sus ovejas negras que, hasta hace poco, han estado campando a sus anchas a la sombra del poder, sin un ápice de remordimiento y seguras de su impunidad.
 
M.R.



 
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario