miércoles, 18 de junio de 2014

Pincelada: Entrevista con el Papa

 


Había leído la semana pasada en La Vanguardia la primera entrevista concedida en exclusiva por el Papa a un medio de comunicación español, en este caso La Vanguardia. Su autor es el periodista portugués, Henrique Cymerman, de religión judía, corresponsal de La Vanguardia y Antena 3 en Oriente Medio. De él se puede decir que  fue el “instigador” del reciente viaje a Tierra Santa del Sumo Pontífice, a quien admira profundamente y al que acompaña asiduamente desde 2013. Según comentó el periodista, pudo hablar con el Papa de todo, sin ninguna cortapisa.

Con extrañeza constaté que los comentarios en otros medios de comunicación, salvo honrosas excepciones, habían sido más bien escasos. Algo inexplicable, teniendo en cuenta que estamos ante un excelente trabajo de Henrique Cymerman, que supo elegir muy bien los temas candentes que en ella se tratan y a los que el Sumo Pontífice responde con sinceridad e, incluso, con contundencia.
 
Pocos días después vi en La 4 el anuncio de una entrevista, supuestamente también “en exclusiva”, del Papa Francisco para la citada cadena de televisión, realizada por el susodicho Henrique Cymerman, que se iba a emitir este pasado domingo y, por supuesto, no quise perdérmela. Sin embargo, lo que presencié fue la copia filmada de la entrevista de La Vanguardia: las mismas preguntas, las mismas respuestas. Nada que justificase el término de “exclusiva”, con el que La 4 había conseguido atraer a los 2.200.000 telespectadores (11,6 % de audiencia), que se dieron cita esa noche ante la pequeña pantalla.
 
Por más que me devano los sesos, no veo ninguna conexión. Puesto que el Sr. Cymerman trabaja como corresponsal tanto para La Vanguardia como para el grupo ATRESMEDIA (Antena 3), me parecería muy raro que hubiese vendido la misma entrevista como exclusiva también a la competencia. Pero ¿quién sabe? Algo extraño es también el artículo “Así fue el encuentro entre el Papa y La Vanguardia”, con vídeo incluido, que publicó ayer martes La Vanguardia en su edición digital La Vanguardia.com y que, a mi modo de ver, fue una manera sutil de decirles a sus lectores que, antes que La 4, “La Vanguardia was here”.

De momento, hay otra cosa que también llamó poderosamente la atención de muchos, entre ellos la de Ferrán Monegal, crítico de televisión, quien, el mismo lunes, en su espacio “La tele con Monegal", dentro del programa de Onda Cero “Julia en la Onda”, que dirige Julia Otero, opinaba: “La entrevista del Papa ha sido vendida por Mediaset por la puerta de atrás”. Según él: “...se le ha dado más presencia a los cebos de la entrevista con Marhuenda que a la del Papa (se refería al peculiar cara cara de Risto Mejide con el controvertido defensor a ultranza del PP y director de La Razón, Francisco Marhuenda, en el programa dominical de La 4  “Viajando con Chester”, que se emitió justo antes de la entrevista con el Papa Francisco y que, sin embargo, no pasó del 7,8 % de cuota de pantalla frente al 11,6 % del otro Francisco, inquilino del Vaticano). Y, para acabar de rizar el rizo, ese mismo día, en su artículo de opinión para El Periódico, Monegal escribió: “El Papa, telonero en Mediaset”.

Desde luego, si lo que pretendía Mediaset era aprovechar la ausencia estival de su gran competidor, Jordi Évole, con su exitoso “Salvados”,  que se emite normalmente en la misma franja horaria de “prime time” en La Sexta, para promocionar “Viajando con Chester”, obviamente le ha salido el tiro por la culata y al responsable de tamaño despropósito debería caérsele el pelo. Lo cierto es que este asunto es rrarrro, rrrarrro, rrrarrro y huele bastante a chamusquina. Ojalá que lleguemos a enterarnos algún día de qué hay verdaderamente detrás de todo este intríngulis.

Volviendo a la entrevista que ahora nos ocupa, considero que donde más se mojó el Papa fue en temas como la religión (“La pobreza y la humildad están en el centro del Evangelio y lo digo en un sentido teológico, no sociológico. No se puede entender el Evangelio sin la pobreza, pero hay que distinguirla del pauperismo. Yo creo que Jesús quiere que los obispos no seamos príncipes, sino servidores. Yo creo que Jesús quiere que los obispos no seamos príncipes, sino servidores”) o las desigualdades en el mundo que ha creado la globalización (“Hemos caído en un pecado de idolatría, la idolatría del dinero. La economía se mueve por el afán de tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte. Se descarta a los jóvenes cuando se limita la natalidad. También se descarta a los ancianos porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva… Al descartar a los chicos y a los ancianos, se descarta el futuro de un pueblo porque los chicos van a tirar con fuerza hacia adelante y porque los ancianos nos dan la sabiduría, tienen la memoria de ese pueblo y deben pasarla a los jóvenes. Y ahora también está de moda descartar a los jóvenes con la desocupación. A mí me preocupa mucho el índice de paro de los jóvenes, que en algunos países supera el 50%.”).

Pero no quiero aburrirles con una retahíla de citas. Lo mejor, si les interesa y  si no la conocen ya, es que lean, siguiendo el enlace, la entrevista completa que publicó La Vanguardia el pasado 12 de junio.

Cierto, les llevará su tiempo, pero seguro que se sentirán fascinados por este personaje humano y fuera de serie (exceptuando Juan XXIII) en la Historia moderna del Vaticano. Un hombre que no se muerde la lengua a la hora de meter el dedo en el ojo de los poderosos. Alguien, tan modesto y sencillo, que no ha querido trasladarse a sus lujosos apartamentos pontificios (algunos dicen que por temor a algún tipo de atentado contra su vida, lo cual no sería de extrañar dadas las oscuras circunstancias que rodean la muerte de Juan Pablo I) y sigue viviendo en un sobrio y funcional apartamento de la Casa de Santa Marta, donde se alojan los cardenales a su paso por Roma, que se compone de un dormitorio y un pequeño estudio privado para trabajar y hacer reuniones. Porque él predica con el ejemplo y tiene muy claro cómo deberían ser sus sacerdotes: "Pastores con olor a oveja, pastores en medio de su rebaño".

Margarita Rey

Fuentes: La Vanguardia / La 4



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