Pedro J. se va del diario El Mundo, que él fundó en 1989, pero no precisamente ligero de equipaje. Se lleva veinte millones de euros en la mochila, ochocientos mil por año trabajado. Una suma astronómica en estos tiempos de vacas flacas, en las que a cualquier trabajador de a pie se le racanea la indemnización por despido hasta límites insospechados.
¿Pero quién va a poder compararse con el hasta ahora todopoderoso Pedro J., un periodista que puede jactarse de haber ejercido desde su periódico una gran influencia sobre la política de este país? Controvertido como el que más, hasta el punto de que muchos le acusan de manipulación mediática ejercida desde la comodidad de su sillón de director, parece ser que su guerra privada contra algunos miembros del PP y, directa o indirectamente contra el mismo Rajoy, iniciada con la publicación de los papeles de Bárcenas, ha sido el detonante que, finalmente, le ha costado el puesto.
Cierto es que, en estos tres últimos años, El Mundo ha estado viviendo sus peores momentos, tanto en el sector económico como el de difusión, con una espectacular caída en la venta, que habría bajado hasta alcanzar a penas los 160.000 ejemplares frente a los más de 300.000 del diario El País. Desde 2011 las pérdidas no han hecho más que multiplicarse (2012 se cerró con un déficit de 526 millones). De no haber sido por la ayuda del principal accionista, el holding italiano RCS MediaGroup (editor de los prestigiosos periódicos italianos El Corriere della Sera y La Gazzetta dello Sport) que posee 96% de las acciones de Unidad Editorial (importante grupo editorial español de prensa escrita al que pertenece El Mundo), este diario hubiese tenido que cerrar sus puertas hace ya bastante tiempo.
Unidad Editorial echa en cara a Ramírez la aventura con el nuevo producto Orbyt ("el primer quiosco digital multisoporte"), en el que Pedro J. se embarcó y que ha resultado ser un auténtico fiasco. Sin embargo, ha sido el constante bombardeo al que Pedro J. ha estado sometiendo al gobierno desde su feudo El Mundo, lo que parece haber acelerado su cese como director de la publicación. La gota que parece haber colmado el vaso fue la reciente y bochornosa discusión en la COPE entre Pedro J. Ramírez e Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid. Ramírez había sugerido que existirían supuestas irregularidades en la adquisición del ático de González en Marbella que tendrían conexión con la trama Gürtel.
Los mentideros apuntan como posibles algunas gestiones (o más bien presiones) por parte del entorno de Rajoy ante el RCS MediaGroup, con motivo de la visita de esta semana de Rajoy y su séquito a Roma para participar en la XVIII cumbre bilateral hispano-italiana, lo que habría podido precipitar el relevo de Pedro J. Ramírez en la dirección de El Mundo. A su sucesor, Casimiro García-Abadillo, hasta ahora su vice, se le reconoce un talante mucho más modosito que el de Pedro J, con sus arranques de cesaromanía. Algo que haría mucho más fácil la posible venta del rotativo al grupo Planeta, que desde hace algún tiempo se viene susurrando sotto vocce y para la que Pedro J. suponía un importante escollo a franquear, dada la larga amistad personal entre José Manuel Lara y Mariano Rajoy.
Sea como fuere, a Pedro J. le han endulzado el adiós con un pastón. Y el refranero español da una vez más en el clavo cuando constata que “siempre llueve sobre mojado”.
Margarita Rey
Ver también:
http://www.elmundo.es/television/2014/01/30/52ea9d84ca474113658b4579.html
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