Desde hace semanas van creciendo las voces de militantes del PP que disienten de la política de Rajoy. Entretanto, ya a nadie se le escapa la pésima relación entre Rajoy y el ex presidente del Gobierno PP, Aznar. Aznar reprocha a su sucesor Rajoy de hundir, con su desacertada política, un pujante partido, como el PP, que con Aznar alcanzó la cima del poder en España.
Es cierto que a Mariano Rajoy le ha tocado gobernar en un difícil tiempo de crisis económica española y europea. Pero el hombre que fue nombrado a dedo como su sucesor al frente del partido, no está a la altura de las circunstancias. Cuando sólo han pasado unos 16 meses desde su llegada a la Moncloa, Rajoy se está desmoronando, de ahí que el presidente del Gobierno se esté endureciendo, como refleja su gobierno. Por si faltaba poco, el escándalo del ex tesorero del PP y mano derecha de Rajoy, Bárcenas, está en prisión preventiva con 22 millones de euros escondidos en Suiza. También se habla de sobres con dinero negro procedentes del ramo de la construcción. Génova, la sede del PP, fue registrada por la policía. No es, que digamos, un buen ejemplo, para las demás fuerzas políticas.
Según el CIS, Rajoy ha caído ya 10,6 puntos desde las pasadas elecciones. El 85,6 % de los ciudadanos tienen poca o ninguna confianza en Rajoy. Si ya es catastrófica la cifra de 26,2 millones de parados, también para los llamados barones del PP es aterradora la perspectiva de que Rajoy concluya su legislatura con más de 700.000 desocupados.
Ante esta situación no es de extrañar que anden muy preocupados los barones del PP, como la “baronesa” Esperanza Aguirre. Ahora ha dado la puntilla la aparición del nuevo partido VOX, que aglutina a la derecha más dura dentro del partido, en el que también tienen cabida algunas asociaciones de víctimas del terrorismo de ETA y no pocos militantes descontentos con el PP de Rajo, a quien acusan de su blandura con ETA, de ser demasiado complaciente con catalanes y vascos y de una calamitosa política en general.
El principal temor en el Partido Popular es, sin embargo, que esta nueva formación política les llevase a resquebrajarse como partido. En el PP ideado por Aznar militan demócratas de centro, centroderecha y ultraderechistas. Políticamente es positivo que un partido abarque todas aquellas ideas, incluso las más extremistas, de uno u otro sentido, que acepten los estatutos de dicha formación. Son mucho más peligrosos los grupos radicales que, faltos de ubicación política, campen por sus respetos.
¿Se radicalizará Rajoy hasta el fin de su legislatura? Su situación es casi desesperada y su gobierno no es un dechado de liberalismo democrático.
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