No conozco ningún país
europeo en el que un fiscal ordene al juez instructor parar las investigaciones
porque los documentos que van saliendo a luz no son suficientemente
probatorios.
Por otra parte, resulta
ya extraña la cantidad de años de instrucción cuando un escándalo afecta
al PP. Entre los varios casos, dejando a
un lado al imputado más señalado, Bárcenas, en prisión preventiva en Soto del Rea, está el llamado
“Caso Gürtel” (Gürtel significa en alemán, "correa").
Gran teatro se ha
organizado por el hecho de que sea imputada la Infanta Cristina y que esté a
disposición del juez de instrucción, medidas que intenta anular otro fiscal. La
Infanta había ayudado a su esposo Urdangarin en sus millonarios manejos, pero
por lo visto no sabía ni lo que leía y firmaba. Cuesta creer que Juan Carlos,
suegro del presunto corrupto, haya influenciado para nada al Juzgado de Palma. Ya
nos dijo en un anterior mensaje que “todos los españoles son iguales ante la
Ley. Aquí, más bien, cabe suponer un exceso de celo en despertar las simpatías
del monarca, cuando en realidad se está perjudicando al Rey, a la Infanta y a
la Casa Real.
En España, junto a la
maloliente corrupción, existe también un tráfico de influencias sobre el que se
sustentan los sucios negocios. También hay mucho pelotilleo en las alturas y
muchos estómagos agradecidos, algunos incluso con capelo cardenalicio.
Si queremos que nuestra
democracia sea por fin una democracia como en Europa, los partidos deberían
someterse voluntariamente a una fuerte
rigidez ética y a una disciplina que haga imposibles acontecimientos como el
caso Bárcenas, poderoso hombre de PP y mano derecha de Rajoy. Por supuesto,
también los socialistas deberán hacer limpieza general. Por otra parte, dudo de que haya la suficiente
separación entre el ejecutivo (y los partidos)
y el Consejo General del Poder Judicial, una de las principales
garantías democráticas. En mi opinión se necesita un Consejo General del Poder
Judicial, en el que los partidos carezcan de influencia. Si los ciudadanos no
creen en la Justicia, dejarán de creer en la Democracia. Ya conocemos las
consecuencias.
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