lunes, 13 de octubre de 2014

Atalaya: La fiebre del oro negro




Los canarios están que trinan. El motivo es la decisión del Ministro de Industria, José Manuel Soria, de permitir  practicar prospecciones a 60 kms. de Fuerteventura y Lanzarote en busca de petróleo, que petroleras extranjeras, alguna socio de  Marruecos, creen haber detectado frente a Fuerteventura y Lanzarote en el archipiélago canario. En el Congreso, Rajoy ha defendido las prospecciones y el ministro de Industria ha formulado la pregunta de “si queremos que Marruecos se quede con el petróleo”, aunque se descarta un conflicto bélico entre España y Marruecos por el crudo de  los canarios, que lo tienen crudo.

Según el Gobierno, que cita los datos de una consultora, la explotación de los recursos aportaría 1.071 millones de euros al PIB  acumulado entre 2015 y 2065 y generaría la creación de 250.000 puestos de trabajo.

REPSOL ha denunciado las presiones de Industria para que se haga cargo de las prospecciones a últimos de noviembre, fecha en la que también  comenzarían las prospecciones de otras petroleras no nacionales, que según Industria tendrán que respetar las leyes de protección del medio ambiente.

Los responsables en el Ministerio de Industria se conducen con la misma sensibilidad que podría mostrar un hipopótamo ante una rosa. Canarias es un auténtico jardín, un paraíso natural. El daño medioambiental sería incalculable y la Economía de  las islas se iría al garete si,  ante la contaminación, desaparece la principal fuente de ingresos del archipiélago, visitado por millones de turistas españoles y extranjeros.

Los canarios ponen en marcha una consulta popular, con el apoyo de su presidente Paulino Rivero, que ha hablado de “desamor” con Madrid. El PSOE también apoya la protesta.

Se sabe desde  hace medio siglo que en España ya existen varios pozos de crudo en activo, que ni pueden superar los millones de barriles de Arabia Saudí ni tampoco cubrir la demanda española. En España hay actualmente cinco explotaciones petrolíferas en funcionamiento (Ayoluengo, Boquerón, Casablanca, Montanazo-Lubina y Rodaballo) que producen todas juntas aproximadamente 35.000 toneladas de crudo anuales.

Pero se están haciendo más prospecciones en el Golfo de Valencia y en Andalucía (Sevilla, Jaén, costa malagueña), aunque no se espera que sean todos ellos suficientes para satisfacer la necesidad de energía de España, que importa una sustancial parte de sus existencias energéticas. Según el Gobierno, con el (presunto) petróleo canario podrían disminuirse la altas inversiones de nuestras centrales eléctricas.

Los habitantes de las Baleares, que como los canarios también viven  del turismo, están con la mosca detrás de la oreja. Bien que Rajoy, declarase el pasado mes de agosto a la prensa que “mientras él desempeñe su actual cargo no habrá ninguna prospección petrolífera (en Baleares) si hay el más mínimo indicio de que puede generar el más mínimo problema en materia de medioambiente", la ciudadanía no acaba de creérselo. Por eso, la plataforma Balears Diu No, que cuenta con el apoyo de 75 eurodiputados de cuatro grupos parlamentarios y 33 formaciones políticas distintas, ha convocado para el próximo 25 de octubre en Palma una manifestación bajo el lema: "Por un Mediterráneo libre, nuestro mar no se vende" para mostrar su rechazo a la realización de prospecciones petrolíferas en el mar Mediterráneo


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