Cultura: "Teatro de Gatos"

¿Saben ustedes qué es un teatro de gatos? Yo me enteré justo ayer con motivo de unas declaraciones  del escritor Fernando Sánchez Dragó (ese machista ególatra, colaborador habitual de Telemadrid, a quien detesto cordialmente después de haber oído y leído algunos de sus vulgares y sexistas comentarios) en relación con una entrevista publicada en el diario “El Mundo”, en la que Dragó hablaba de su último libro, “La canción de Roldán – Crimen y castigo”. Esa obra tiene como protagonista a un tristemente famoso estafador: Luís Roldán, director de la Guardia Civil entre 1986 y 1993 bajo Felipe González y uno de los primeros corruptos de este país, al que Dragó considera ahora “su amigo”.

El encuentro entre estos dos personajes se produjo en un sitio muy peculiar, el "Teatro de Gatos" de Moscú. Como el lugar me pareció muy sui géneris, me puse a rastrear en la red para encontrar más información sobre el escenario de esa reunión fortuita hasta que encontré lo que buscaba.
 

 Como todos ustedes sabrán, hasta hace poco se consideraba a los gatos como animales difíciles de domesticar debido a su carácter independiente. Si ya es difícil inculcarles ciertas normas de higiene como la de hacer sus necesidades en un lugar específico (p.ej., en un cajón de arena), mucho más complicado es intentar adiestrarles (como se hace con perros y otros animales domésticos) para que realicen juegos y trucos encima de un escenario.

Uno de los pocos en conseguirlo ha sido el ruso Yuri Kukláchev, un septuagenario payaso, entrenador de animales y antigua estrella de la televisión rusa durante la época comunista. Ahora Yuri dirige junto con su hijo, Dimitri, el famoso Teatro de Gatos de Moscú, en el que los protagonistas son los felinos que se suben al escenario para realizar bailes y coreografías acrobáticas que los Kukláchev les han enseñado con mucha paciencia. Este teatro de gatos es único en Rusia y en todo el mundo. La prueba de sus pericias la pueden ver en una de los pequeños films que aparece en YouTube.

 

Los 120 animales integrantes de la compañía viven en el “Templo de los gatos”, un amplio espacio creado especialmente para que ellos puedan moverse a sus anchas y ser tocados y acariciados por los asistentes a las funciones al finalizar éstas. El “templo” es en realidad una copia  rusa de un modelo asiático conocido como “cafetería de gatos”.

Sin embargo, lo que más atrae a los niños son los programas elaborados por Kukláchev y su hijo, que van desde las clases de doma a los ejercicios ideados especialmente por psicólogos animales para estos inteligentes mininos. Y, muy interesante para los que sufren de alergia a los pelos de gato, también se imparten ejercicios especiales de respiración para niños y adultos aquejados de esa enfermedad. Según cuenta Yuri, gracias a ese método, su hijo Dimitri consiguió hace años superar la alergía que padecía, hasta el punto de poder ahora trabajar sin ningún tipo de problema con las 36 diversas razas de michitos que forman parte de la troupe.

 

Bien que algunos grupos animalistas hayan tratado en alguna ocasión de acusar a los Kukláchev de maltrato animal, hasta ahora todas las denuncias y demandas han sido sobreseídas. Incluso se ha dado el caso de que alguno de los demandantes haya tenido que pagar una indemnización al director del “Teatro de Gatos”, al haberse podido demostrarse fehacientemente que las caprichosas mascotas gatunas, convertidas gracias a la destreza de Yuri y Dimitri en saltimbanquis, llevaban una vida más parecida al lujo que a la miseria y al cautiverio.

Margarita Rey