Como al que sacan una muela sin anestesia, Mariano Rajoy nombró a Esperanza Aguirre candidata para la alcaldía de Madrid. En la concesión influyó el consejo de la presidenta de Castilla-La Mancha, con Soraya Sáenz de Santa María, una de las “vestales” del presidente el Gobierno. La díscola Aguirre, que goza de simpatías entre los castizos madrileños por sus aires chulapones, había puesto como condición para no retirar su candidatura municipal seguir siendo presidenta del PP madrileño y dejar ese cargo sólo si ella ganaba la alcaldía. La decisión definitiva habría de tomarla un congreso del PP.
Como candidata a la presidencia, Rajoy, asimismo aconsejado por de Cospedal, nombró a Cristina Cifuentes, desde hace dos años delegada del Gobierno en Madrid. Aguirre comentó esta decisión como acertada, no sin dar un puyazo en dirección a Cifuentes. Por si alguno no lo sabía, recordó que, mientras ella viene del “ala liberal” del partido, Cifuentes había formado parte de Nuevas Generaciones en Alianza Popular. ¡Ahí va eso! Doña Esperanza también aprovechó la ocasión para darle una patada en las espinillas a su enemigo íntimo, Alberto Ruíz Gallardón, a la sazón alcalde de Madrid, que se había gastado 500 millones de euros en la remodelación del Palacio de Telecomunicaciones para trasladar allí el Ayuntamiento madrileño. “No pienso pisar el palacio de Cibeles”, declaró Aguirre que, al parecer, tiene la intención de retornar al antiguo Ayuntamiento en la Plaza de la Villa por razones de ahorro, resultar más céntrico y porque ella no quiere un consistorio “megalómano”.
No hay batallas sin víctimas. Como en un golpe de Estado, enterándose el afectado por la prensa, Rajoy ha prescindido de Ignacio González, hombre de confianza de Aguirre, en quien ella había delegado sus funciones de presidente de la Comunidad cuando, en 2012, dimitió de su cargo “por motivos personales”. González no es un buen reclamo para el PP en elecciones. Se le relaciona con el embrollado y turbio asunto de la compra de un ático de lujo en Marbella-Estepona, que podría tener connotaciones con el pago de comisiones ilegales en el marco del escándalo de corrupción, Correa, (Gürtel) y sus ramificaciones.
Mientras el candidato del PSOE, el catedrático de Economía Antonio Miguel Carmona, lleva semanas batiéndose el cobre en la batalla por Madrid, el candidato de IU, Mauricio Valiente, no sabe todavía si encabezará una lista con "Ganemos" y Podemos. El nuevo partido, Podemos, no participa en estas elecciones, como tal. Se vale de grupúsculos, a los que ofrece consejo, apoyo y “subtítulos” como “Ahora Madrid”, una plataforma en la que se integran Podemos, “Ganemos” y “Ecquo”. Tania Sánchez, compañera sentimental de Pablo Iglesias, que abandonó IU antes de que la echasen por su implicación en el escándalo de presuntas concesiones irregulares cuando ella era concejal de Rivas-Vaciamadrid, se ha retirado de “Convocatoria por Madrid” y no estará en ninguna de las listas de la plataforma. ¡Un auténtico carajal!
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