miércoles, 11 de septiembre de 2013

Atalaya: Según el color del cristal con que se mira



 
Mi comentario sobre Gibraltar ha suscitado una serie de tomas de postura, en las que llevan la voz cantante -¿cómo no?- las británicas. ¿Se trata de ingleses que aún no han despertado del sueño del Gran Imperio británico, aunque en la actualidad sólo les quedan diez “parchecitos”, entre otros: Bermudas, Malvinas, Anguilla, Islas Vírgenes, Islas Cayman y Montserrat (Ultramar). Como con poco se conforma el pueblo, los ingleses siguen hablando de “Commonwealth”, un término más rimbombante, que por ejemplo la Unión Europea, en la que por cierto, el Reino Unido está y no está. En Londres se sigue pagando en libras esterlinas.
 
Pero no hay que descuidarse. El viejo león, en este caso leona, aún tiene garras y dientes, como lo demostró la Dama de Hierro (Margaret Thatcher) en la guerra de las Malvinas, territorio argentino, convertido en colonia británica en los tiempos imperiales. La guerra fue ganada por los ingleses, que desplegaron una tremenda flota. Hubo muchas bajas argentinas. Como no hay bien que por mal no venga, el conflicto tuvo un aspecto muy positivo: el hundimiento de la criminal dictadura de Videla,  efecto en el que, por supuesto, no había pensado la férrea dama británica. ¿Cuándo se han preocupado los ingleses de la libertad y la democracia de los demás? Sin la ayuda británica (y norteamericana) Franco no habría sobrevivido la II Guerra Mundial.
 
El inglés es una lengua muy exacta. Gibraltar es la única colonia en Europa, en un país democrático, miembro de la OTAN y de la UE. ¿Cómo se tolera este sinsentido? ¿Qué se ha hecho de aquella resolución de la ONU sobre descolonización? Y para no ser tan serios: ¿Qué dirían ustedes oyendo a un “Gibraltarian”, coloquialmente más conocido como “llanito”, cantar “Mi Jaca”?
 
 
 

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