Todas las religiones están plagadas de disparates, absurdos, contradicciones, y los fieles, cuanto más fanatizados menos críticos; no se dan cuenta de las tonterías que dicen o que les dicen. El cristianismo, en especial el catolicismo, no es una excepción. Los disparates como la concepción del presunto Jesús o la "Santísima Trinidad" intentan ser explicados por los teólogos mediante un lenguaje rabulístico, desarrollando teorías propias de la ciencia ficción (Borges). Cuando los teólogos no son capaces de racionalizar lo irracional hablan de "misterio" y algún que otro papa lo instaura como dogma de fe, terrible absolutismo ideológico para los creyentes, que han de tragarse a pies juntillas los absurdos que les inculcan desde la más tierna infancia. Renuncio a una relación exhaustiva de estos absurdos, en los que suele jugar un esencial papel ese gaseoso concepto de Espíritu Santo, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Así, el tal Espíritu cometió, hace unos 21 siglos, la proeza de una perfecta fecundación in vitro. Pero dejemos este asunto, ya suficientemente tratado y acerca del cual sólo cabe una sonrisa. Pero en estas líneas, este asunto juega un papel esencial. En el rosario, los beatos y beatas, repiten sin pensar: "Santa María, Madre de Dios..." (El rosario es uno de los métodos más eficaces -como la meditacíón- para hipnotizarse a sí mismos, cayendo en trance, calificado de "estado de gracia").
"Madre de Dios" es un auténtico absurdo, sobre todo si se tiene en cuenta el papel secundario reservado por los Padres de la Iglesia a la "Virgen María" en la llamada Trinidad. El puesto de María lo ocupa el etérico Espíritu Santo (mucho se han roto la cabeza los teólogos,empezando por San Agustín, tratando de comprender ese galimatías, inventado en los primeros siglos del cristianismo, cuando los cristianos se apoderaban de elementos del culto egipcio de Isis, Osiris y el hijo de ambos: Horus; ésta sí era una perfecta trinidad). Incluso si asumimos la postura de un creyente, Dios no tiene madre, porque Dios "es el que es", no tiene principio ni fin. Todos, incluso el presunto Jesús, somos sus criaturas. También "la Virgen María" es una creación de Dios.Y,prescindiendo de lo fantástico de los Evangelios y leyéndolos racionalmente, no encontramos nada que pudiese demostrar que aquel Jesús de Judea se hubiese designado a sí mismo como "Dios". Por lo que hemos leído,él se llamaba "hijo de Dios", una designación muy corriente entre los romanos destacados, llegando incluso los emperadores a calificarse de dioses. Por lo tanto, si "la Virgen María" fue realmente la madre del "Salvador", no por eso era la madre de Dios. Vuelvo a mi postura crítica-racional. Las religiones, incluido el catolicismo, viven del deseo de consolación de los humanos, que por superar sus miedos -principalmente el de la muerte- están dispuestos a comulgar con ruedas de molino. Pero esto no es sólo así ahora, lo ha sido siempre en todas las religiones de la (remota) antigüedad con los dioses entonces vigentes. El siglo XXI no es una excepción. Mientras no se creen ideales dignos de seguir, mientras el hombre no descubra la auténtica humanidad, seguirán siendo necesarias las religiones y sus desviaciones: el fanatismo, la ignorancia y el oscurantismo.
martes, 29 de diciembre de 2009
"Ambos dos"
Si me preguntaran cuál es la innovación lingüística más pintoresca de 2009 diría sin titubear que "ambos dos". La oí en boca de una encantadora y jovencísima reportera de TVE 1 en el telediario que presenta o dirige Ana Blanco. Ésta ni se inmutó ante tanto ingenio de su colaboradora. "Ambos dos". "Ambos dos atracadores eran detenidos por la Guardia Civil..." Me pregunto dónde habrá estudiado periodismo y castellano la simpática corresponsal. Si lo pensamos bien, "ambos dos" quiere decir cuatro, es decir, los guardias civiles detuvieron a cuatro delincuentes. Nadie le ha dicho por lo visto u oído a la profesional de la comunicación que "ambos" significa "los dos".
"Ambos dos" ha caído muy bien entre los profesionales del periodismo. Pronto pudimos oír imitadores. Así, en Telecinco un entrevistado dijo muy en su lugar, contestando a la pregunta de sus relaciones de pareja, que "ambos dos no nos hemos planteado una separación..." Hemos observado que la expresión de marras ha tenido éxito. Ya circula por casi todos los medios de comunicación,y el pueblo la hará suya. Entonces, la Real Academia la incluirá en su diccionario con la observación: "de uso popular" para el arcaísmo "ambos". La joven corresponsal de TVE 1 merece un premio, quizá el Ondas,por haber contribuído micrófono en mano al enriquecimiento y la modernización de nuestro vetusto castellano.
"Ambos dos" ha caído muy bien entre los profesionales del periodismo. Pronto pudimos oír imitadores. Así, en Telecinco un entrevistado dijo muy en su lugar, contestando a la pregunta de sus relaciones de pareja, que "ambos dos no nos hemos planteado una separación..." Hemos observado que la expresión de marras ha tenido éxito. Ya circula por casi todos los medios de comunicación,y el pueblo la hará suya. Entonces, la Real Academia la incluirá en su diccionario con la observación: "de uso popular" para el arcaísmo "ambos". La joven corresponsal de TVE 1 merece un premio, quizá el Ondas,por haber contribuído micrófono en mano al enriquecimiento y la modernización de nuestro vetusto castellano.
domingo, 27 de diciembre de 2009
¿Es el PP democrático?
Si comparamos al PP con el quizá más potente partido conservador de Europa, la alemana Unión Demócrata Cristiana (CDU), no es fácil contestar afirmativamente a la pregunta. En la CDU existe una sólida democracia interna, que hace imposible que se nombren presidentes, candidatos a canciller federal (equivalente al presidente del Gobierno) u otros cargos a dedo, como hizo el prepotente Aznar con Rajoy (que sólo posteriormente fue confirmado en un congreso ovejuno). En su estructura, el conglomerado de fuerzas existentes en el PP, todas provenientes del franquismo, el mayor partido de la oposición en España guarda más semejanzas con los neofascistas de Berlusconi que con los partidos conservadores democristianos europeos, y, muy especialmente, con su referente alemán, la CDU. En los partidos democristianos europeos la “cadena de mando”, la expresión de la voluntad del partido, va de abajo hacia arriba. En el PP va de la FAES a Génova, sirviendo los delegados “populares” de simples instrumentos de aclamación como en las comedias, generalmente malas, de la televisión.
El PP, nacido de la fracasada Alianza Popular del "dinosaurio político" Fraga, la AP, es en realidad la agrupación de las familias del régimen de Franco, con las que poco antes de morir el “Caudillo” los franquistas más clarividentes (en especial, los del Opus) querían convertir a la dictadura en una democracia sui generis, excluyendo a toda la oposición democrática. Cada familia del Movimiento formaría una asociación según su “tendencia”. La familia democristiana derechista debería convertirse en la democracia cristiana española conservadora; a la Falange, bajo la dirección del “socialista” Manuel Cantarero del Castillo, le correspondería sustituir al PSOE. El resultado sería un sistema bipartidista “de los mismos perros con otros collares sobre la base común del régimen franquista. Con esta treta de las por entonces tan cacareadas “asociaciones del Movimiento”, los franquistas de diverso pelaje creían que iban a engañar a Europa , que les abriría las puertas de la Comunidad Europea (después Unión Europea) tan ansiada por el capitalismo español, aupado por las remesas de divisas de los emigrates españoles y que veía en la dictadura de El Pardo el principal obstáculo para su expansión.
De todos es conocida la transición y cómo el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, giró hacia el centro, creando la UCD con franquistas moderados y conservadores que habían sido sólo franquistas de conveniencia. La UCD fracasó por su falta de consistencia y disciplina interna. Mientras, la derecha pura y dura franquista había quedado desarbolada, hasta que Fraga la organizó en la AP, que no tuvo ningún éxito, tratando él también de dirigirse al centro y darle un baño democrático a sus seguidores. Fracasada la AP, se fundó el Partido Popular, siendo el empeño de Fraga el querer “democratizar” interna y externamente al partido y deslindarlo de la ultraderecha española, minoritaria, representada en primer plano por Fuerza Nueva de Blas Piñar y después por la llamada Falange Española, tan próxima hoy a las actitudes de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la marrullera Esperanza Aguirre, que según declaró no excluía una "coalición" con Falange Española y que actualmente es la dueña y señora de TeleMadrid. El PP, además de El Mundo (y su televisión) o La Razón y ABC tiene su principal altavoz en la emisora nacionalcatólica COPE, en posesión de un sector ultraderechista del episcopado español. La COPE es un fenómeno único en Europa, exceptuando a Polonia, cuya emisora clerical no es con mucho tan poderosa ni tan radical como la española. En Alemania sería inimaginable que los obispos dispusieran de un órgano de difusión por el que se transmitiera diariamente una burda propagada de insultos y mentiras contra el Gobierno o los gobernantes. Además, en Alemania existe una ley de radiodifusión en virtud de la cual semejante emisora como la COPE sería cerrada. La ley de radiodifusión de los länder establece en su preámbulo que las emisiones han de estar al servicio de la democracia, de la responsabilidad social, de la cultura y del entretenimiento.
Los ocho años de gobierno de Aznar (joseantoniano, que no votó a la Constitución del 78) significaron para el PP irse alejando de la senda marcada por Fraga, adoptando un estilo político rayano en el autoritarismo. El ingreso de España en la guerra de Bush y Blair en Irak, en contra de la opinión de la mayoría del pueblo español y sin siquiera consultar al Congreso de los Diputados, fue la gota que colmó el vaso. Luego ocurrió, como sabemos, el atentado de los fanáticos islámicos en Atocha en vísperas de las elecciones generales, y una mayoría de los españoles dio su voto a José Luis Rodríguez Zapatero, quitando de en medio al gobierno del PP, cuyos dirigentes habían estado achacando el atentado a ETA, cuando ya había pruebas suficientes de que los autores habían sido extremistas islámicos. Estos españoles no habían olvidado tampoco la comparecencia de Aznar en la televisión pública a la sazón por él controlada, pidiendo que le creyeran: que en Irak había armas de destrucción masiva. Cuando en Estados Unidos y en Gran Bretaña se admitió por fin que Saddam Husein no poseía tales armas, Aznar quedó como un embustero (¿quizá víctima ignorante de sus dos aliados Bush y Blair o víctima de su patológico afán de poder?).
Hasta hoy, el PP no ha podido digerir las dos derrotas, dado su talante autoritario heredado del franquismo. Siguió repitiendo, aun después del juicio, a través de El Mundola vieja leyenda de que fue ETA la que colocó las bombas. Creía perjudicar así al Gobierno socialista, al que tacha no sólo de incompetente, sino también de usurpador. La forma de comportarse el PP en todas las demás cuestiones políticas, difundiendo mentiras, calumnias, consignas catastrofistas referentes a la unidad de España, atizando el dolor de las víctimas del terrorismo y apoyando a la Iglesia nacionalcatólica en sus desmesuradas exigencias frente a un Estado aconfesional, incluso participando con toda su cúpula en las manifestaciones que organizan los colectivos derechistas y clericales contra el Gobierno, crea una distancia abismal entre el PP y el más potente partido conservador alemán, la CDU, que precisamente ha estado gobernando en coalición con sus rivales socialdemócratas, siendo la presidenta de la CDU la canciller federal, Angela Merkel. ¿Cuándo sería posible un gobierno de coalición PSOE/PP en España? Lo más grave de todo es que con su pendenciera conducta, el PP está despertando los espíritus del pasado dictatorial y está allanando el terreno a la ultraderecha falangista, que también se suma a las manifestaciones del PP.
Rajoy es muy débil para poder introducir cambios centristas en un PP cada vez más derechista. Los insultos, las injurias y las cínicas afirmaciones de Rajoy suenan en su boca a falsete. No es su estilo. No puede saberse si Aznar, montado ahora en el dólar, sentirá más el tironazo de la política que el del dinero, y seguirá teniendo ambiciones presidenciales. ¿Son estas circunstancias propias de un partido democrático? Pero no lo olvidemos: El PP con Rajoy consiguió 10 millones de votos. 3 años después de la transición sigue siendo muy fuerte el franquismo sociológico.
¿Puede considerarse democrático un partido que se niega ante el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados a condenar la dictadura de Franco y se opone a que sean retirados de las calles y plazas de la España, donde gobierna, los nombres y los símbolos del régimen fascista anterior? ¿Qué postura adopta Esperanza Aguirre ante el Valle de los Caídos?
El PP, nacido de la fracasada Alianza Popular del "dinosaurio político" Fraga, la AP, es en realidad la agrupación de las familias del régimen de Franco, con las que poco antes de morir el “Caudillo” los franquistas más clarividentes (en especial, los del Opus) querían convertir a la dictadura en una democracia sui generis, excluyendo a toda la oposición democrática. Cada familia del Movimiento formaría una asociación según su “tendencia”. La familia democristiana derechista debería convertirse en la democracia cristiana española conservadora; a la Falange, bajo la dirección del “socialista” Manuel Cantarero del Castillo, le correspondería sustituir al PSOE. El resultado sería un sistema bipartidista “de los mismos perros con otros collares sobre la base común del régimen franquista. Con esta treta de las por entonces tan cacareadas “asociaciones del Movimiento”, los franquistas de diverso pelaje creían que iban a engañar a Europa , que les abriría las puertas de la Comunidad Europea (después Unión Europea) tan ansiada por el capitalismo español, aupado por las remesas de divisas de los emigrates españoles y que veía en la dictadura de El Pardo el principal obstáculo para su expansión.
De todos es conocida la transición y cómo el primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, giró hacia el centro, creando la UCD con franquistas moderados y conservadores que habían sido sólo franquistas de conveniencia. La UCD fracasó por su falta de consistencia y disciplina interna. Mientras, la derecha pura y dura franquista había quedado desarbolada, hasta que Fraga la organizó en la AP, que no tuvo ningún éxito, tratando él también de dirigirse al centro y darle un baño democrático a sus seguidores. Fracasada la AP, se fundó el Partido Popular, siendo el empeño de Fraga el querer “democratizar” interna y externamente al partido y deslindarlo de la ultraderecha española, minoritaria, representada en primer plano por Fuerza Nueva de Blas Piñar y después por la llamada Falange Española, tan próxima hoy a las actitudes de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la marrullera Esperanza Aguirre, que según declaró no excluía una "coalición" con Falange Española y que actualmente es la dueña y señora de TeleMadrid. El PP, además de El Mundo (y su televisión) o La Razón y ABC tiene su principal altavoz en la emisora nacionalcatólica COPE, en posesión de un sector ultraderechista del episcopado español. La COPE es un fenómeno único en Europa, exceptuando a Polonia, cuya emisora clerical no es con mucho tan poderosa ni tan radical como la española. En Alemania sería inimaginable que los obispos dispusieran de un órgano de difusión por el que se transmitiera diariamente una burda propagada de insultos y mentiras contra el Gobierno o los gobernantes. Además, en Alemania existe una ley de radiodifusión en virtud de la cual semejante emisora como la COPE sería cerrada. La ley de radiodifusión de los länder establece en su preámbulo que las emisiones han de estar al servicio de la democracia, de la responsabilidad social, de la cultura y del entretenimiento.
Los ocho años de gobierno de Aznar (joseantoniano, que no votó a la Constitución del 78) significaron para el PP irse alejando de la senda marcada por Fraga, adoptando un estilo político rayano en el autoritarismo. El ingreso de España en la guerra de Bush y Blair en Irak, en contra de la opinión de la mayoría del pueblo español y sin siquiera consultar al Congreso de los Diputados, fue la gota que colmó el vaso. Luego ocurrió, como sabemos, el atentado de los fanáticos islámicos en Atocha en vísperas de las elecciones generales, y una mayoría de los españoles dio su voto a José Luis Rodríguez Zapatero, quitando de en medio al gobierno del PP, cuyos dirigentes habían estado achacando el atentado a ETA, cuando ya había pruebas suficientes de que los autores habían sido extremistas islámicos. Estos españoles no habían olvidado tampoco la comparecencia de Aznar en la televisión pública a la sazón por él controlada, pidiendo que le creyeran: que en Irak había armas de destrucción masiva. Cuando en Estados Unidos y en Gran Bretaña se admitió por fin que Saddam Husein no poseía tales armas, Aznar quedó como un embustero (¿quizá víctima ignorante de sus dos aliados Bush y Blair o víctima de su patológico afán de poder?).
Hasta hoy, el PP no ha podido digerir las dos derrotas, dado su talante autoritario heredado del franquismo. Siguió repitiendo, aun después del juicio, a través de El Mundola vieja leyenda de que fue ETA la que colocó las bombas. Creía perjudicar así al Gobierno socialista, al que tacha no sólo de incompetente, sino también de usurpador. La forma de comportarse el PP en todas las demás cuestiones políticas, difundiendo mentiras, calumnias, consignas catastrofistas referentes a la unidad de España, atizando el dolor de las víctimas del terrorismo y apoyando a la Iglesia nacionalcatólica en sus desmesuradas exigencias frente a un Estado aconfesional, incluso participando con toda su cúpula en las manifestaciones que organizan los colectivos derechistas y clericales contra el Gobierno, crea una distancia abismal entre el PP y el más potente partido conservador alemán, la CDU, que precisamente ha estado gobernando en coalición con sus rivales socialdemócratas, siendo la presidenta de la CDU la canciller federal, Angela Merkel. ¿Cuándo sería posible un gobierno de coalición PSOE/PP en España? Lo más grave de todo es que con su pendenciera conducta, el PP está despertando los espíritus del pasado dictatorial y está allanando el terreno a la ultraderecha falangista, que también se suma a las manifestaciones del PP.
Rajoy es muy débil para poder introducir cambios centristas en un PP cada vez más derechista. Los insultos, las injurias y las cínicas afirmaciones de Rajoy suenan en su boca a falsete. No es su estilo. No puede saberse si Aznar, montado ahora en el dólar, sentirá más el tironazo de la política que el del dinero, y seguirá teniendo ambiciones presidenciales. ¿Son estas circunstancias propias de un partido democrático? Pero no lo olvidemos: El PP con Rajoy consiguió 10 millones de votos. 3 años después de la transición sigue siendo muy fuerte el franquismo sociológico.
¿Puede considerarse democrático un partido que se niega ante el Parlamento Europeo y en el Congreso de los Diputados a condenar la dictadura de Franco y se opone a que sean retirados de las calles y plazas de la España, donde gobierna, los nombres y los símbolos del régimen fascista anterior? ¿Qué postura adopta Esperanza Aguirre ante el Valle de los Caídos?
El nacionalcatolicismo
El llamado nacionalcatolicismo se gestó durante los ocho siglos de lucha de los caballeros cristianos contra la ocupación musulmana de casi toda la Península Ibérica. Con la culminación de la "reconquista" por los llamados Reyes Católicos, los del "tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando", con la derrota del último rey moro, Boabdil El Chico y la toma de Granada en 1492, el nacionalcatolicismo está ya perfectamente consolidado. La Iglesia luchó en plan de igualdad junto a los caballeros cristianos, era una Iglesia combativa que lo mismo manejaba la espada que enarbolaba la cruz. Ocho siglos de contacto bélico con los musulmanes no podían pasar sin dejar alguna influencia en el cristianismo (catolicismo) de aquella época. Los católicos asumieron del islam la pretensión de totalidad y conquista y la inclinación por el Estado teocrático (que en la práctica es una auténtica dictadura de la religión sobre el individuo (véase Irán). Junto a la ineptitud e incluso la cretinez de los reyes extranjeros aupados al trono de lo que ya podía llamarse España, el nacionalcatolicismo tuvo gran culpa del atraso y la pobreza de los españoles, al tiempo que crecía la riqueza de la nobleza amiga de la Iglesia. Para imponerse a toda la sociedad como poder absoluto, el nacionalcatolicismo español disponía de instrumentos tan horribles como el "Santo Oficio", más conocido como la "Inquisición". Durante el caos de la masacre fratricida española (1936-1939), turbas incontroladas descargaron su odio contra la Iglesia católica asesinando a más de mil sacerdotes y monjas, que en la mayoría de los casos eran buenas personas, que incluso estaban al lado del pueblo, aunque no compartiesen los ideales republicanos. Pero los representantes de la Iglesia católica se vengaron brutalmente, permitiendo que Franco fusilase sin juicio ni nada a decenas de millares de republicanos. Con Franco, el nacionalcatolicismo español alcanzó su apogeo y su máximo poder. Por consentimiento de Franco, el nuevo Estado fascista fue declarado católico. (Mientras, el papa Pío XII confirmaba la designación de "cruzada" a la repugnante matanza entre españoles). El "caudillo" era paseado bajo palio y la jerarquía eclesiática le saludaba con el brazo en alto, el saludo nazi y fascista italiano. Digamos de paso que el traidor general no sólo copió el saludo fascista. Los nazis ayudaron a montar el mayor, más eficiente y más cruel aparato de represión conocido jamás en España: la policía política (como la Gestapo hitleriana), la"justicia" franquista (todavía hoy, con la democracia, jueces franquistas, incluso del temido TOP -Tribunal de Orden Público-, ahora del PP, siguen dictando sentencias y mayorizan el Consejo General del Poder Judicial, CGPJ). También el gran aparato de propagnda del régimen, Radio Nacional de España, fue un regalo del siniestro mentiroso de la propaganda nazi, Goebbels.
Con la transición a la democracia y la Constitución de 1978, desapareció en sí el régimen franquista. Pero el retorno a una democracia plena fue lento y cauto, pues los poderes fácticos (Ejército e Iglesia) aún eran fuertes. Hoy, el único antiguo poder fáctico que se niega a reconocer que los tiempos han cambiado en España, es (como el actual PP) un sector de la Iglesia católica, nacionalcatólico y reaccionario. El sector está encabezado por los cardenales Rouco y Cañizares, que aspiran a restablecer su influencia sobre el Estado e imponer a toda la sociedad española sus "creencias" y "principios morales". Tienen miedo de que la sociedad española sea laica. Ya en la Constitución de 1978 se establece que el Estado Español es aconfesional. Pero en realidad, España nunca ha dejado de ser, hasta nuestros días, de hecho un "Estado católico". La Iglesia ejerce una influencia increíble sobre las tiernas mentes de los niños, influencia que también quiere extender a los cerebros de los jóvenes. De ahí la guerra por la asignatura de "religión". La Iglesia católica recibe del Estado importantes sumas en subvenciones (la nueva normativa del "impuesto religioso" es un engaño: será Hacienda ( es decir, todos los ciudadanos) quien pagará a la Iglesia por los contribuyentes que hagan la crucecita en la correspondiente casilla), lo cual es una inadmisible discriminación de las otras religiones existentes en España, que oficiamente parecen no existir. Con el gobierno pepero del ex presidente Aznar, el nacionalcatolicismo español estuvo a punto de remontar su vuelo. Por eso, la Iglesia católica apoya al PP en todo lo que puede: especialmente a través de la sucia y casi oscena campaña de la emisora de los opispos, la COPE, contra José Luis Rodríguez Zapatero y su gobierno socialista. Es un hecho casi insólito en nuestro entorno europeo, (excepción, Polonia, pero sólo con contenidos religiosos) que la Iglesia Católica disponga de una emisoria de ámbito nacional, en la que se haga política y se transmita la más denigrante propaganda contra el adversario político. El PP, a su vez, apoya en todo lo que puede al nacionalcatolicismo ibérico, participando, por ejemplo, en las masivas manifestaciones, que convocan los obispos ultras con la ayuda de su ingénua clientela (los padres católicos de familia), y pidiendo la primacía de la religión católica y sus principios morales (en el PP también hay divorcios, amantes, reconocimiento social de la condición homosexual y matrimonios gays, gracias a la libertades conseguidas por el PSOE).
Los nacionalcatólicos podrían ser un peligro para la demcracia española si volviese a gobernar en España individuos como Aznar con su ultra fundación >con< FAES, actualmente pluriempleado multimillonario y "asalariado" del plutócratra norteamericano Murdochs...pero eso sí, militante nacionalcatólico hasta la médula.
Con la transición a la democracia y la Constitución de 1978, desapareció en sí el régimen franquista. Pero el retorno a una democracia plena fue lento y cauto, pues los poderes fácticos (Ejército e Iglesia) aún eran fuertes. Hoy, el único antiguo poder fáctico que se niega a reconocer que los tiempos han cambiado en España, es (como el actual PP) un sector de la Iglesia católica, nacionalcatólico y reaccionario. El sector está encabezado por los cardenales Rouco y Cañizares, que aspiran a restablecer su influencia sobre el Estado e imponer a toda la sociedad española sus "creencias" y "principios morales". Tienen miedo de que la sociedad española sea laica. Ya en la Constitución de 1978 se establece que el Estado Español es aconfesional. Pero en realidad, España nunca ha dejado de ser, hasta nuestros días, de hecho un "Estado católico". La Iglesia ejerce una influencia increíble sobre las tiernas mentes de los niños, influencia que también quiere extender a los cerebros de los jóvenes. De ahí la guerra por la asignatura de "religión". La Iglesia católica recibe del Estado importantes sumas en subvenciones (la nueva normativa del "impuesto religioso" es un engaño: será Hacienda ( es decir, todos los ciudadanos) quien pagará a la Iglesia por los contribuyentes que hagan la crucecita en la correspondiente casilla), lo cual es una inadmisible discriminación de las otras religiones existentes en España, que oficiamente parecen no existir. Con el gobierno pepero del ex presidente Aznar, el nacionalcatolicismo español estuvo a punto de remontar su vuelo. Por eso, la Iglesia católica apoya al PP en todo lo que puede: especialmente a través de la sucia y casi oscena campaña de la emisora de los opispos, la COPE, contra José Luis Rodríguez Zapatero y su gobierno socialista. Es un hecho casi insólito en nuestro entorno europeo, (excepción, Polonia, pero sólo con contenidos religiosos) que la Iglesia Católica disponga de una emisoria de ámbito nacional, en la que se haga política y se transmita la más denigrante propaganda contra el adversario político. El PP, a su vez, apoya en todo lo que puede al nacionalcatolicismo ibérico, participando, por ejemplo, en las masivas manifestaciones, que convocan los obispos ultras con la ayuda de su ingénua clientela (los padres católicos de familia), y pidiendo la primacía de la religión católica y sus principios morales (en el PP también hay divorcios, amantes, reconocimiento social de la condición homosexual y matrimonios gays, gracias a la libertades conseguidas por el PSOE).
Los nacionalcatólicos podrían ser un peligro para la demcracia española si volviese a gobernar en España individuos como Aznar con su ultra fundación >con< FAES, actualmente pluriempleado multimillonario y "asalariado" del plutócratra norteamericano Murdochs...pero eso sí, militante nacionalcatólico hasta la médula.
sábado, 26 de diciembre de 2009
Nuestra lengua: ¿Hacemos el primo?
A los españoles nos gusta vernos como rumbosos, desprendidos, dadivosos. Los extranjeros alaban las proverbiales generosidad y hospitalidad españolas, aunque algunas veces nos pasemos, y cuando vivimos en el Extranjero, viendo cómo se portan algunos con nosotros, no nos preguntemos si somos demasiado generosos, o dicho con otras palabras, no estaremos ”haciendo el primo”
Los turistas que visitan a España se quedan asombrados cuando ven cómo los españoles disputan para pagar la cuenta. El que consigue pagar se siente orgulloso de su proeza, cuando, así me decía un amigo alemán, en realidad el único motivo de orgullo tendría que ser el ahorrarse el gasto. Estos problemas no se dan en Alemania donde, como se sabe, lo normal es que cada uno pague su consumición, es decir, se paga a escote.
Como español que ha residido muchos años en Alemania me pregunto si realmente se siente ufano el que paga, o si no le rodará algún gusanillo por el coco, que le recordará lo pachucha que está su cuenta bancaria. Pero, en cualquier caso, si asomara alguna sombra de duda por haber sido el pagano, el español pata negra la apartará de su cabeza de un manotazo imaginario por indigna de un hidalgo. Y si la cuenta del banco anda birriosa, el buen español moderno tira de tarjeta de crédito, como nuestros antepasados tiraban de la espada o el sable. Por cierto, desde que existen las tarjetas de crédito está desapareciendo la tradición tan ibérica del sablazo. Ahora, los sablazos se dan a los bancos, con lo cual se salvan muchas amistades. Todos conocemos ese dicho de que quien presta a un amigo, pierde el dinero y al amigo”. Los bancos no son amigos y nunca pierden su dinero.
Decía que nos gusta que nos vean como generosos y desprendidos. Pero curiosamente el castellano es una de las lenguas que más vocablos y refranes tiene para expresar la tacañería. Para tacaño tenemos, entre otros, los siguientes sinónimos:
- Ruin, mezquino miserable, avaro, cicatero. Y en un plano coloquial:
- Agarrado, engurruñido o roñoso.
En cuanto a refranes les voy a presentar nada menos que ocho:
Al que toma y no da, el diablo se lo llevará.
Guarda el avaro su dinero, para que pompee su heredero.
El avaro, si fuera sol, a nadie daría calor.
Por no dar, no da ni los buenos días.
La avaricia rompe el saco.
Tanto carece el avaro de lo que tiene, como de lo que no tiene.
Sarnosos y avarientos nunca están contentos.
Cuando pobre, franco; cuando rico, avaro.
¿Despreciamos tanto los españoles a los roñosos o avaros porque somos todos tan generosos? O ¿no habrá en ese desprecio un poquitín de autocrítica o de temor a escondidas inhibiciones a la hora de soltar la pasta? ¿No pensaremos como todo quisque que la pela es la pela y que es preciso mirar por la peseta (ahora por el euro). Nada habría de malo en ello. Al contrario, el ser más ahorrativos no nos vendría mal, es casi un imperativo que nos impone la maldita crisis, que parece golpear con más contundencia a los más pobres, aunque también los ricos la notan en sus balances de cuentas.
Pero volvamos a los tacaños. Incluso los jóvenes chelis (¡qué pronto se está quedando obsoleta esta expresión de “cheli”!) tienen su propio vocabulario para designar al avaro:
Agonías, taba, curichi, chopazo, chuti, rácano, roña y rata.
Y ¿qué les parecen estos dichos?:
Ser más agarrado que un chotis.
Ser devoto de la Virgen del Puño.
Ser del puño cerrado.
No dar ni la hora.
Gastar menos que un japonés en boinas.
Gastar menos que Tarzán en corbatas.
Breve apéndice:
En otro orden de ideas. Cuando vivía en Munich (Alemania) ya me llamó la atención la frecuencia con que se empleaba “para nada”, en frases como: “No lo he dicho para nada”. Entretanto, en los últimos diez años, “para nada” ha desplazado casi por completo a “en absoluto”. Esto no me gusta “para nada”. Las lenguas se empobrecen cuando nuevas expresiones fagocitan a las de siempre.
Los turistas que visitan a España se quedan asombrados cuando ven cómo los españoles disputan para pagar la cuenta. El que consigue pagar se siente orgulloso de su proeza, cuando, así me decía un amigo alemán, en realidad el único motivo de orgullo tendría que ser el ahorrarse el gasto. Estos problemas no se dan en Alemania donde, como se sabe, lo normal es que cada uno pague su consumición, es decir, se paga a escote.
Como español que ha residido muchos años en Alemania me pregunto si realmente se siente ufano el que paga, o si no le rodará algún gusanillo por el coco, que le recordará lo pachucha que está su cuenta bancaria. Pero, en cualquier caso, si asomara alguna sombra de duda por haber sido el pagano, el español pata negra la apartará de su cabeza de un manotazo imaginario por indigna de un hidalgo. Y si la cuenta del banco anda birriosa, el buen español moderno tira de tarjeta de crédito, como nuestros antepasados tiraban de la espada o el sable. Por cierto, desde que existen las tarjetas de crédito está desapareciendo la tradición tan ibérica del sablazo. Ahora, los sablazos se dan a los bancos, con lo cual se salvan muchas amistades. Todos conocemos ese dicho de que quien presta a un amigo, pierde el dinero y al amigo”. Los bancos no son amigos y nunca pierden su dinero.
Decía que nos gusta que nos vean como generosos y desprendidos. Pero curiosamente el castellano es una de las lenguas que más vocablos y refranes tiene para expresar la tacañería. Para tacaño tenemos, entre otros, los siguientes sinónimos:
- Ruin, mezquino miserable, avaro, cicatero. Y en un plano coloquial:
- Agarrado, engurruñido o roñoso.
En cuanto a refranes les voy a presentar nada menos que ocho:
Al que toma y no da, el diablo se lo llevará.
Guarda el avaro su dinero, para que pompee su heredero.
El avaro, si fuera sol, a nadie daría calor.
Por no dar, no da ni los buenos días.
La avaricia rompe el saco.
Tanto carece el avaro de lo que tiene, como de lo que no tiene.
Sarnosos y avarientos nunca están contentos.
Cuando pobre, franco; cuando rico, avaro.
¿Despreciamos tanto los españoles a los roñosos o avaros porque somos todos tan generosos? O ¿no habrá en ese desprecio un poquitín de autocrítica o de temor a escondidas inhibiciones a la hora de soltar la pasta? ¿No pensaremos como todo quisque que la pela es la pela y que es preciso mirar por la peseta (ahora por el euro). Nada habría de malo en ello. Al contrario, el ser más ahorrativos no nos vendría mal, es casi un imperativo que nos impone la maldita crisis, que parece golpear con más contundencia a los más pobres, aunque también los ricos la notan en sus balances de cuentas.
Pero volvamos a los tacaños. Incluso los jóvenes chelis (¡qué pronto se está quedando obsoleta esta expresión de “cheli”!) tienen su propio vocabulario para designar al avaro:
Agonías, taba, curichi, chopazo, chuti, rácano, roña y rata.
Y ¿qué les parecen estos dichos?:
Ser más agarrado que un chotis.
Ser devoto de la Virgen del Puño.
Ser del puño cerrado.
No dar ni la hora.
Gastar menos que un japonés en boinas.
Gastar menos que Tarzán en corbatas.
Breve apéndice:
En otro orden de ideas. Cuando vivía en Munich (Alemania) ya me llamó la atención la frecuencia con que se empleaba “para nada”, en frases como: “No lo he dicho para nada”. Entretanto, en los últimos diez años, “para nada” ha desplazado casi por completo a “en absoluto”. Esto no me gusta “para nada”. Las lenguas se empobrecen cuando nuevas expresiones fagocitan a las de siempre.
lunes, 14 de diciembre de 2009
"Deber de..."
Un día, nuestros insignes escritores modernos decidieron que la forma verbal „deber de“ debía ser suprimida para evitar cacofonías y sustituida por “deber”, con lo cual el castellano perdía una posibilidad más de expresión. “Deber de…” significa posibilidad: “deben de ser las 10”, mientras que “deber” denota obligación: “debe venir”. “Deben ser las 10”, como escriben ahora nuestros jóvenes modernos, es pedir al reloj que sean las 10. Cosa totalmente absurda. A los escritores modernos se han sumado rápidamente la jauría de los profesionales de la comunicación y los políticos, que desean siempre estar a la última. Así leemos o escuchamos frases como: “debe ser un atentado” o “el presidente debe haberse equivocado”. Lo correcto es: “debe de ser un atentado” y “el presidente debe de haberse equivocado”.
El verbo “deber” también ha fagocitado a otra expresión verbal: “tener que”. Ahora en vez de decir, por ejemplo: “Los partidos tienen que ponerse de acuerdo", se dice y escribe: “Los partidos deben ponerse de acuerdo”. La diferencia es que “tener que” expresa una obligación tajante, imperiosa, contra la que no caben excusas, mientras que “deber” es una obligación más suave, que deja al criterio o deseo de la otra parte hacer o no hacer una cosa.
El castellano es muy rico en matices. Poco a poco, los que utilizan nuestra lengua como instrumento de trabajo van destruyendo estas sutiles formas de expresarse. De nuevo surge la pregunta: ¿Qué hace la Real Academia? Parece ser que es un selecto gremio para que sus miembros vayan por el mundo presumiendo de académicos. Y no hagan nada para defender la pureza de nuestro más que milenario castellano.
El verbo “deber” también ha fagocitado a otra expresión verbal: “tener que”. Ahora en vez de decir, por ejemplo: “Los partidos tienen que ponerse de acuerdo", se dice y escribe: “Los partidos deben ponerse de acuerdo”. La diferencia es que “tener que” expresa una obligación tajante, imperiosa, contra la que no caben excusas, mientras que “deber” es una obligación más suave, que deja al criterio o deseo de la otra parte hacer o no hacer una cosa.
El castellano es muy rico en matices. Poco a poco, los que utilizan nuestra lengua como instrumento de trabajo van destruyendo estas sutiles formas de expresarse. De nuevo surge la pregunta: ¿Qué hace la Real Academia? Parece ser que es un selecto gremio para que sus miembros vayan por el mundo presumiendo de académicos. Y no hagan nada para defender la pureza de nuestro más que milenario castellano.
domingo, 13 de diciembre de 2009
Triunfa el "leísmo"
El „leísmo“ triunfa en el castellano. Ha suprimido en la mayoría de los casos al acusativo femenino del artículo “el”. Ya solemos oír a presentadores, locutores, corresponsales y políticos “le vio” en vez de “la vio”, “le reconoció” en vez de “la reconoció”, “le saludó” en vez de “la saludó” y un largo etcétera. ¿Qué hace la Real Academia? ¿Para qué está? Pues parece ser que para recoger los disparates lingüísticos y “fijarlos”, es decir, darles carta de naturaleza en su diccionario por ser ya “populares”. Pronto oiremos decir “yo cabo” (quepo), “cabió” en vez de “cupo” y la RAE lo registrará como variante impuesta por el uso. El Gobierno tiene diseminados por casi todo el mundo Institutos Cervantes. Sería preciso establecer dichos Institutos por toda España para que aprendan buen castellano los profesionales de los medios de comunicación, los catedráticos de las facultades de periodismo y los políticos.
En vez de tanto patriotismo barato con el “español”, los nacionalistas castellanos tendrían que luchar por la pureza de su lengua materna, tan maltratada. Los que arremeten contra los gallegos, los vascos y los catalanes, deberían tomarlos como ejemplo por lo mucho que cuidan sus lenguas vernáculas, que también son español, por ser lenguas de España.
En vez de tanto patriotismo barato con el “español”, los nacionalistas castellanos tendrían que luchar por la pureza de su lengua materna, tan maltratada. Los que arremeten contra los gallegos, los vascos y los catalanes, deberían tomarlos como ejemplo por lo mucho que cuidan sus lenguas vernáculas, que también son español, por ser lenguas de España.
sábado, 12 de diciembre de 2009
Origen de la palabra "Dios"
La palabra “Dios” viene del latín “deus”, que a su vez proviene del griego Zeus, el Padre de los Dioses. Zeus tiene la misma raíz sánscrita que la palabra que significa “día” o “sol”. El sánscrito (India) es la más antigua de las lenguas documentadas de la humanidad. Con el sánscrito se formaron las lenguas indoeuropeas: griego, latín y germánico. Son lenguas indoeuropeas el griego moderno, el italiano, el francés, el español, el alemán e inglés y demás lenguas nacidas de dialectos germánicos, como el sueco, el noruego o el holandés.
Los romanos decían Deus Pater , después Zues Pater y Jues Pater, que en boca del vulgo se convirtió en Júpiter, que sería la máxima deidad de la religión romana.
Desde muy temprano, la humanidad vio en el sol al dios de los dioses, padre de la Naturaleza, origen de la vida, así, pues, también creador del hombre. Son muchas las religiones antiguas que adoraban al sol. 3.000 años antes de nuestra era, los egipcios veneraban al sol en la figura de Osiris, esposo de la diosa Isis y padre del dios-hombre Horus, al que los sacerdotes atribuyeron la más bella oración anónima de la humanidad: el “Padre Nuestro”, en versión egipcia, pero muy similar a la cristiana. Mitra, el dios persa de origen indio, era la divinidad solar que fue adoptada por los romanos hasta el siglo IV, en que fue derrotada por otra religión solar, el cristianismo, que sigue las mismas pautas del Zodiaco que las religiones anteriores, cuya divinidad es el sol. También los cristianos adaptaron a su Jesús, en numerosos detalles simbólicos, a las deidades solares. También el dios griego Dionisio, aplastado por los fanáticos cristianos (el Vaticano está construído sobre un templo dedicado a Dionisio)era un dios sol.
En la remota antigüedad, la adoración del Sol incluía sacrificios humanos, que paulatinamente fueron sustituidos por sacrificios de animales, como corderos. Todavía los cartagineses conocían los sacrificios humanos rituales al dios Baal Hammón (denominado “molke” o (“molek”). Baal era el dios supremo en Mesopotamia.
En la América prehispánica, la máxima divinidad de los incas (Perú) era el Sol (Inti). ¿Es una casualidad que la moneda peruana se llame el sol?
En el llamado “catolicismo romano” existían numerosos elementos paganos. Los primeros cristianos (siglos I y II) celebraban el Domingo (“Die Domini”, Día del Señor) como “Día del Sol”. “Día del Sol” es como llaman también los alemanes y los ingleses al Domingo (Sonntag y Sun-day, respectivamente).
Los romanos decían Deus Pater , después Zues Pater y Jues Pater, que en boca del vulgo se convirtió en Júpiter, que sería la máxima deidad de la religión romana.
Desde muy temprano, la humanidad vio en el sol al dios de los dioses, padre de la Naturaleza, origen de la vida, así, pues, también creador del hombre. Son muchas las religiones antiguas que adoraban al sol. 3.000 años antes de nuestra era, los egipcios veneraban al sol en la figura de Osiris, esposo de la diosa Isis y padre del dios-hombre Horus, al que los sacerdotes atribuyeron la más bella oración anónima de la humanidad: el “Padre Nuestro”, en versión egipcia, pero muy similar a la cristiana. Mitra, el dios persa de origen indio, era la divinidad solar que fue adoptada por los romanos hasta el siglo IV, en que fue derrotada por otra religión solar, el cristianismo, que sigue las mismas pautas del Zodiaco que las religiones anteriores, cuya divinidad es el sol. También los cristianos adaptaron a su Jesús, en numerosos detalles simbólicos, a las deidades solares. También el dios griego Dionisio, aplastado por los fanáticos cristianos (el Vaticano está construído sobre un templo dedicado a Dionisio)era un dios sol.
En la remota antigüedad, la adoración del Sol incluía sacrificios humanos, que paulatinamente fueron sustituidos por sacrificios de animales, como corderos. Todavía los cartagineses conocían los sacrificios humanos rituales al dios Baal Hammón (denominado “molke” o (“molek”). Baal era el dios supremo en Mesopotamia.
En la América prehispánica, la máxima divinidad de los incas (Perú) era el Sol (Inti). ¿Es una casualidad que la moneda peruana se llame el sol?
En el llamado “catolicismo romano” existían numerosos elementos paganos. Los primeros cristianos (siglos I y II) celebraban el Domingo (“Die Domini”, Día del Señor) como “Día del Sol”. “Día del Sol” es como llaman también los alemanes y los ingleses al Domingo (Sonntag y Sun-day, respectivamente).
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