miércoles, 25 de junio de 2014

Atalaya: Ya empezamos



La prensa nacional e internacional destacó  la multitudinaria y pacífica acogida del rey Felipe VI el día de su proclamación el pasado viernes, pero también informaron de incidentes de la policía contra personas jóvenes y mayores que, silenciosa y respetuosamente, expresaban su simpatía por la república. Así, a una anciana se le arrancó de las manos un banderín republicano y una joven no pudo acceder a casa de su hermana por llevar una chapita con los colores republicanos. Tampoco faltaron algunos vídeos en los que personas eran arrastradas por agentes de la policía.

La pregunta está en si tales actuaciones de las fuerzas de seguridad se debieron a “celo profesional” de la policía o si ésta recibió ésta órdenes del ministerio del Interior. En cualquier caso hay que recordar al presidente del Gobierno, Rajoy, que el acto solemne era nada menos que la proclamación del nuevo rey Felipe VI, que declaró, entre sus objetivos, ser el Rey de todos los españoles y no sólo de Mariano Rajoy, que tendrá que adoctrinar a su gabinete en las libertades democráticas, si no quiere que sus ministros sigan un rumbo totalmente opuesto a las declaraciones del nuevo monarca, que quiere una monarquía renovada para un tiempo renovado y acentuó la expresión de “monarquía parlamentaria”. Todos los españoles tienen el derecho fundamental a manifestarse pacíficamente. Lanzar a la policía contra los manifestantes es anticonstitucional y, por lo tanto, ilegal. Si el ministerio del Interior no dio la orden, el deber del ministro es dilucidar qué policías actuaron por su cuenta.
 
Repitiendo lo del derecho a manifestarse pacíficamente, existe un punto que la opinión pública debería dejar claro. Las manifestaciones casi diarias en la Puerta del Sol perjudican seriamente a los comerciantes de la zona, que también tienen el derecho a ejercer sus negocios. ¿No sería posible elegir lugares públicos donde no se causen perjuicios a terceros? Esto  nada tiene que ver con declaraciones de la alcaldesa, Ana Botella, que, al parecer secundada por el ministerio del Interior, lo que persigue es que se prohíban  las manifestaciones.

Felipe VI se presentó al pueblo como un monarca moderno, liberal y próximo a los ciudadanos. Por lo visto, el gobierno del PP quiere marchar por otros derroteros.
 
 

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