sábado, 7 de febrero de 2015

Atalaya: Angela Merkel




Mal cartel tiene la canciller alemana, Angela Merkel, en gran parte de los medios españoles, a la que responsabilizan de las duras medidas de austeridad, impuestas por el Gobierno del PP, partido hermano del partido de la canciller, la CDU (Unión Democristiana).

Gran parte de las críticas son injustas. Merkel exige lo mismo de los países más débiles de la Unión Europea, que se sostiene gracias a la severidad de Bruselas para superar la crisis que amenaza a toda la Unión. La verdad es que algunos países de economías poco sólidas, como Grecia, han estado viviendo por encima de sus posibilidades. También en parte España, aunque nuestro país es uno de los más estables de la Unión Europea. Merkel lo reconoce, sabe los sacrificios que la política europea está costando a España y siente simpatía por un país en el que residen unos 700.000 alemanes (en su mayoría jubilados) y que visitan anualmente unos diez millones de turistas, compatriotas de Angela Merkel, que también ha pasado alguna vez vacaciones en España, más concretamente en La Gomera. Las relaciones con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pueden calificarse de buenas, aunque no hasta el extremo de besarse más que cariñosamente, como era costumbre de Merkel con el anterior presidente francés, Nicolás Sarkozy.
 
Nadie duda de que Alemania es no sólo la locomotora de la UE, sino un factor de estabilidad y, financieramente, una garantía para el BCE (Banco Central Europeo). Para Alemania, Merkel quiere no sólo crecimiento, sino, sobre todo, equilibrio en lo político. Actualmente, Merkel gobierna en coalición con el partido socialdemócrata alemán (SPD).

Merkel (nacida en Hamburgo en 1954) pasó prácticamente su juventud en la Alemania comunista, hasta la caída del muro de Berlín (1989). Aunque los medios próximos a la CDU, en un intento de maquillar su pasado,  señalan que  a la férrea Angela no se le conoce prácticamente ninguna actividad política en la República Democrática Alemana, algunos medios de comunicación holandeses y alemanes (entre los que se encuentra el tan serio y conservador Welt am Sonntag) y no pocos libros han aireado en más de una ocasión su pertenencia a la agrupación oficial de las Juventudes Comunistas de la RDA, Freie Deutsche Jugend (FDJ), Juventud Libre Alemana, lo que explicaría que, tras su doctorado, pasase a formar parte de la plantilla del elitista Instituto Central de Química Física  de la Academia de las Ciencias con sede en Berlín-Adlershof.
 
Sin embargo, la verdadera vida política de Angela Merkel comienza tras la caída del muro como militante de la CDU del Este, donde ingresó a finales de 1989 e hizo una meteórica carrera política ayudada por el partido democristiano del oeste, a la sazón en busca de jóvenes promesas en la antigua RDA para integrarlas en el panorama político de la República Federal. 
 
Amable, servicial y aduladora, llegó a ser la mano derecha del conservador canciller Helmut Kohl (amigo de Felipe González). En una hábil labor de zapa, Angela Merkel fue desmontando poco a poco a su antiguo mentor y protector hasta defenestrarlo y forzar su dimisión como Presidente de honor de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) en enero de 2000,  cuando se vio personalmente envuelto en un gran escándalo de financiación ilegal de dicho partido. En mayo de 2005 fue nombrada canciller en un gobierno de Gran Coalición entre los partidos democristianos y el partido socialdemócrata alemán (SPD), que había perdido la mayoría absoluta. Entre las voces críticas de entonces en su propio partido figuraba Wolfgang Schäuble, hoy ministro de Finanzas en el gabinete de Angela  Merkel.
 
Alemania, a la cabeza su canciller Merkel, no ordena de forma ruda la política de austeridad a España, cuyo crecimiento, aunque pequeño, es envidiado por otros países europeos.  No hay ninguna necesidad de hacerlo. Merkel habla amistosamente con Mariano Rajoy, que cumple a rajatabla las indicaciones desde Berlín y Bruselas, donde la canciller alemana suele llevar la voz cantante (no en vano es Alemania el país miembro de la UE con mayor aportación neta al presupuesto del “club” europeo).

Los alemanes tienen intereses no despreciables en España, donde operan grandes cadenas comerciales como Lidl, Aldi y Media Markt. Además, están Siemens, Bosch, SEAT-Volkswagen, Mercedes Benz España (produce furgonetas y camiones), así como importantes empresas farmacéuticas (Bayer, Merck, Boehringer Ingelheim) o potentes compañías de seguros, como Allianz y DKV, entre otras. Alemania exporta a España automóviles de alta gama, como Mercedes-Benz, Audi y BMW, reactores nucleares, maquinaria de todo tipo y un largo etcétera.

Angela Merkel es partidaria de una Europa Federal. Meta principal de Merkel es asegurar la estabilidad alemana y, en consecuencia , la eurozona como centro de un continente fiable, económica y políticamente a largo plazo.  
 
 
 
 

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