domingo, 22 de noviembre de 2015

Curiosidades: La cara de Franco




Los nacidos después de 1980 no recordarán ya las monedas de 1 peseta, 5 pesetas (un duro), 25 pesetas (cinco duros), 50 pesetas (diez duros) y 100 pesetas (veinte duros) con la efigie de Franco en el anverso y el “aguilucho” en el reverso.

Fue apenas 5 años después de la victoria de Franco contra la República, cuando en 1946 fue acuñada la llamada “peseta de Benllieure” (nombre del conocido escultor que hizo el diseño) con el busto de Franco. Se hizo una tirada de tan sólo 1.000 ejemplares, de los que al parecer sólo se han conservado 149,  que hoy pueden llegar a conseguir fácilmente más de 6.000 euros en una subasta. Si se desistió de poner esas pesetas en circulación fue porque a Franco no le gustó una especie de chichón que se veía en la parte del cogote y que hizo retocar por el grabador Manuel Marín. Así se retrasó su puesta en circulación hasta el 1947. En 1966 se introdujeron nuevas series que mostraban a un Franco más entrado en años y con un aire de abuelito bonachón. El boceto salió del taller de Juan de Ávalos y fue el último del régimen franquista.

Con motivo de la coronación de don Juan Carlos de Borbón como Rey de España en 1975 se acuñaron nuevas series de monedas y billetes, aunque la retirada de las antiguas fue paulatina y se dilató hasta principios de los años ochenta del siglo pasado.
 
Pero no sé si han reparado en que nadie se acuerda de haber visto jamás un billete con la cara de Franco en circulación. Franco estuvo jugando un cierto tiempo con la idea que,  finalmente, fue descartada por recomendación del Banco de España.  Debido al mal cartel que tenía Franco en el extranjero, su emisión hubiese podido dificultar el comercio español con el extranjero, ya reacio a hacer negocios con “el vigía de Occidente”. Sin embargo, existen algunos ejemplares de las pruebas realizadas por aquel entonces y que, consideradas como piezas únicas, han obtenido altísimos precios (se habla de más de 20.000 euros) en subastas notafílicas. Extrañamente, no aparece ninguna reseña sobre esos billetes en los completísimos catálogos de EDIFIL, considerados por los coleccionistas de filatelia, numismática y notafilia como imprescindible y una auténtica joya dentro de esos campos.

Margarita Rey

 

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