Los amantes de la ópera hemos sido desde siempre los grandes olvidados de la televisión porque se trata de un género de minorías. Al menos esto era así hasta hace poco, pues el pasado marzo comenzó a emitirse un programa dedicado a obras musicales cantadas. Su título “This is opera” y se emite los domingos a las 20.20 horas (si se han perdido una emisión, pueden volver a verla el domingo siguiente a las 14.30 horas).
Este programa de divulgación musical lo presenta el barítono catalán Ramón Gener, descubierto para este proyecto internacional gracias a su gran éxito en el Canal 33 de Cataluña con "Òpera en texans", un formato similar a éste pero mucho más modesto, con menos medios. "This is opera" está hecho a lo grande. En él participan la alemana Unitel, Televisión Española, y la productora catalana Brutal Media. Esta colaboración permite el rodaje en diversas ciudades europeas, elegidas según el título o el autor que se vaya a tratar en un determinado capítulo.
Gener ha conseguido en poco tiempo llegar a una audiencia que oscila entre los 250.000 y los 400.000 espectadores, acercándose ya al clásico “Historia de nuestro cine” que recupera gran parte del cine español, desde los años 30 hasta finales del siglo XX.
Decía Ramón Gener en una entrevista que su intención era “despertar la curiosidad en aquellas personas que piensan que esta música es un rollo. Pero también me dirijo a los que ya les gusta, para que puedan encontrar cosas nuevas que no sabían”… y parece que ha alcanzado su objetivo.
En esa visita guiada por el mundo de la ópera, repleta de interesantes historias y curiosas anécdotas, Ramón Gener –que es capaz de saltar con fluidez del castellano al catalán, pasando por el italiano y el alemán, de ello doy fe– nos conduce a algunas ciudades del mundo donde nacieron o vivieron los compositores que presenta. También entrevista a famosos cantantes, instrumentalistas y otros profesionales del género operístico.
Se preguntarán por qué, habiendo asuntos de mucha más enjundia, me ha dado hoy por tratar precisamente este tema. La respuesta es sencilla. Descubrí “This is opera” en su segunda temporada, que comenzó a mediados del pasado mes de septiembre con “Pagliacci”. Desde entonces estoy enganchada al programa, que suelo ver siempre que puedo, con una semana de retraso, a primera hora de la tarde del domingo y que sólo me he perdido en contadas ocasiones.
Hoy, además de disfrutar, aunque sólo fuese de forma virtual, de esa maravillosa Venecia donde Manuel y yo hemos pasado muchas veces momentos inolvidables, he conseguido la respuesta a una de las preguntas que me venía haciendo desde hace bastante tiempo: ¿qué suerte había corrido esa figura del “castrato”, que Monteverdi puso tan de moda hace ya casi 4 siglos, después de que se prohibiese la castración con fines musicales a finales del siglo XIX?
Estaba convencida de que ningún varón había sido capaz de utilizar después ese falsete tan especial que hizo que los “castrati” fueran sustituidos por mujeres en las óperas barrocas. Pero el programa de Ramón Gener me ha demostrado mi error al presentar en el episodio “Vivaldi y Venecia” al contratenor francés Philippe Jaroussky, cuyas coloraturas seguro que hacen palidecer de envidia a más de una "prima donna", ya que su extenso registro musical ofrece una auténtica orgía de variedades de gran dificultad que abarcan desde el do (C4) al fa (F6).
Para que me entiendan mejor, debería explicarles primero qué es exactamente un contratenor. Arturo Reverter, en su libro El arte del canto - El misterio de la voz desvelado lo define acertadamente así :
“Contratenor. Es una voz masculina que se apoya fundamentalmente en una ampliación de la resonancia de cabeza. Una voz de hombre más aguda que la voz de tenor, situada en el registro de la contralto.
Se tiende a aplicar el nombre a cualquier voz masculina siempre que sea más elevada que la de tenor; lo que no es correcto [...]. Incluso entre los contratenores, por decirlo así, puros, hay diferencias sutiles.
No debe confundirse en ningún caso con la de castrado, aunque en ciertos niveles de tesitura sus frecuencias sean coincidentes: la apariencia del sonido es similar a un instrumento femenino. El castrado o evirado [...] emite sonidos naturales, sin ningún tipo de artificio, proyectados por una garganta preparada, eso sí, de manera artificial mediante la amputación de los genitales.
El sonido de la voz de contratenor es el resultado de un trabajo sobre las frecuencias agudas de su registro de cabeza. Es en realidad una voz de falsete y en este sentido sus poseedores podrían, y pueden, ser denominados falsetistas, sin duda artificiales.
Desde el punto de vista tímbrico se sitúa entre la soprano y la contralto femeninas. Su espectro es más bien claro, penetrante, dotado de pureza instrumental…”
El mismo Jaroussky considera su voz “más de soprano o mezzo que de contralto alto”. En una entrevista publicada hace algún tiempo por la Agencia EFE, Jaroussky, que debe su apellido ruso a su bisabuelo, opinaba: "La historia de los 'castrati' es fascinante y su forma de cantar una gran paradoja: tenían un cuerpo grande, con grandes pulmones pero unas cuerdas vocales poco desarrolladas. No es lo mismo que un contratenor pero, la verdad, sueño con lo que ellos hacían, en su color, para que me inspiren". Y reconoce: “Hay cosas que un contratenor no puede cantar. Se necesita una mezzosoprano. Por eso, detalla, “hay muchas piezas que interpreta Cecilia Bartoli con las que yo no puedo” (Bartoli grabó en 2009 un disco dedicado a los "castrati”, Sacrificium, un superéxito de ventas).
Aunque me cueste reconocerlo (porque es un borrón en mi cultura musical), Philippe Jaroussky es entretanto tan conocido en el mundo del “bel canto”, que está incluso en Wikipedia. Y yo sin enterarme. Estoy avergonzada, especialmente después de leer que su disco "Carestini", un homenaje a la figura de otro castrato rival de Farinelli, le catalpultó a la fama. Desde entonces, Philippe no ha parado de trabajar y sus vídeos en YouTube han sido visitados por millones de personas.
En “This is opera” Philippe Jaroussky interpretaba hoy el aria “Vedro con mio diletto” de la ópera “Il Giustino” que pueden paladear siguiendo el enlace.
Una voz que pone la carne de gallina y un auténtico placer, que es casi mejor disfrutar con los ojos cerrados, olvidando así el moderno smoking del contratenor, para poder verse transportado al sitio de Constantinopla por el Papa Vitaliano en el siglo VI.
Por cierto, “This is Opera”, ha sido nominado a los prestigiosos Rose d’Or Awards en el apartado de televisión. La entrega de los premios se hará el 9 de diciembre en en el Museo Británico de Londres. Desde aquí deseamos muchísima suerte a tan estupendo programa y a su excelente presentador y coautor, Ramón Gener.
Margarita Rey
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