Artur Mas ha conseguido lo que la mayoría de los españoles esperaban: que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reúna con los líderes de partidos de la oposición para tratar de un asunto que es de esencial importancia para nuestra nación: la unidad de España. Albert Rivera, líder de Ciudadanos, manifestó a Rajoy en La Moncloa su determinación a apoyarle contra el reto independentista. Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones del 20 D, rechazó de plano cualquier intento de destrozar a España y aseguró a Rajoy su colaboración. En su cordial primer encuentro de Rajoy con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, dominó la cordialidad, pero Iglesias volvió a su retahíla de la libertad de los pueblos y propuso un referéndum en Cataluña. Lo importante de la reunión es que por segunda vez en la historia de nuestra democracia, los partidos más importantes dejan a un lado sus disensiones ideológicas para defender un proyecto común: España.
Aunque todavía no se había proclamado la ilusoria República catalana, se oyeron vivas en el Parlamento catalán a esa inexistente República. Si se tratara solamente del futuro nombre de la autonomía de los catalanes (por qué quieren archivar el histórico nombre de Cataluña?), poco motivo habría para la intranquilidad del resto de los españoles. Como ya escribí en otra Atalaya, la alemana Baviera había sido monárquica desde 1806 hasta 1918, lo cual se ve todavía en algunos monumentos o edificios y en una sutil simpatía de los bávaros a lo monárquico. Los bávaros consiguieron desde el principio de la República Federal de Alemania, de hechura estadounidense, utilizar oficialmente dentro de Alemania la denominación de “Freistaat Bayern” (literalmente: Estado Libre de Baviera).
Los bávaros, que tienen también una constitución propia, de rango inferior al Grundgesetz (Ley Fundamental, Constitución), presumen de ser los más alemanes, de ser la espina dorsal de la República Federal de Alemania. Cuando el F.C. Bayern combate contra equipos extranjeros, se entona el himno nacional alemán, aunque no todos los alemanes se sepan la letra escrita por el poeta y nacionalista romántico, Hoffmann von Fallersleben. El comienzo de la letra, muy cantada por los nazis, es: “Alemania sobre todo, sobre todo en el mundo…”. Desde la derrota de la Alemania hitleriana, los alemanes han conservado su himno, pero suprimiendo la primera estrofa odiada en todo el mundo. En Alemania tampoco hay problemas con las banderas. La bandera nacional está por encima de las demás banderas “regionales” o locales aunque ondeen juntas.
A ningún “land” se le ocurriría la patochada de mantener a un embajador en otro país, como al señor Mas. La única institución responsable en política exterior es el ministerio de Asuntos Exteriores. Lo que sí mantienen las “regiones federadas” son unos representantes fijos en la capital (antes Bonn, ahora Berlín), para estar cerca del Gobierno federal y poder así velar por los intereses del land en cuestión.
¿Cataluña independiente de España? El cuento de Blancanieves (Cataluña)y los siete enanitos, en el concierto internacional. ¿Es Mas el Príncipe? Pero en ningún caso el Lobo Feroz. Sólo un político tramposo y mediocre con sueños de grandeza, a la cabeza de neuróticos separatistas. ¿Por qué no se cogen Mas, Junqueras y compañía de la mano, bailan una sardana y dejan en paz con sus peligrosas elucubraciones al resto de los españoles?
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