viernes, 3 de julio de 2015

REVISTA DE PRENSA




Como no podía ser de otra manera, la prensa de hoy tiene prácticamente sólo un monotema, el culebrón griego en torno al mini corralito que la pobre y sufrida población griega está viviendo, al referéndum del próximo domingo y al postureo del Primer Ministro griego, Tsipras. Así se puede leer en el resumen que,  bajo el título "La guerra de Tsipras", hace hoy El Periódico y que pueden leer a continuación:

"La prensa más conservadora atiza al dirigente griego como si se tratara de Podemos
Como argumenta y detalla el experto Eliseo Oliveras en un artículo en EL PERIÓDICO de hoy, la UE, es decir Merkel y sus secuaces austericistas, le tienen declarada la guerra a Tsipras. No ahora, con el asunto del referéndum, sino desde que Syriza ganó las elecciones en Grecia. El conjunto de mediocridades que comandan la zona euro no han sido capaces durante toda la crisis de ir más allá de las recetas dictadas por los poderes financieros, aunque ello haya supuesto atropellar los derechos y las condiciones de vida de los pueblos. Y no iban a permitir que unos jóvenes descarados salieran ahora con aquello de que se ha de rescatar a las personas y no a los bancos. Esa es la guerra. Y en ella participa de modo destacado la prensa europea, con escasas aportaciones al sentido común y a la defensa de la igualdad social.

El quiosco de hoy sigue esa tendencia, con unos focos destacados de crispación rayana al odio, o sea lo más alejado de la información, en las portadas y editoriales de los diarios más conservadores, los que siguen la estela de Rajoy, cuya pendencia con Tsipras se superpone a la de Iglesias, que es realmente a quien teme. Para todos esos medios, al igual que para los acreedores de Grecia, atacar la desigualdad social, el hambre, los bajos salarios, el paro y los derechos humanos, y no los del Ibex 35, es una amenaza. Incomprensible. Pero es así. Para La Razón y Abc, Tsipras chantajea al Eurogrupo y convierte a los griegos en rehenes de su estrategia. Evidentemente, le culpan de todo, como si Syriza no hubiera aterrizado hace seis meses en un país en el que los corruptos de la derecha y de la socialdemocracia lo hubiesen arrasado con una deuda del 126% del PIB. No, aquí no hay herencia que valga. Syriza se lo carga todo, cuando lo único que ha hecho es defender a la población para tratar de recuperar unas mínimas condiciones de dignidad para las personas. Ambos rotativos copian también sus editoriales considerando que Tsipras va de error en error. La dureza y el chantaje de los acreedores y la sinrazón de sus exigencias no aparecen por ningún lado.

El resto de la prensa habla de contradicciones del primer ministro griego y pasea la mirada por un escenario, actual y futuro, cargado de incógnitas. Muchas incógnitas y una sola certeza: como muy bien dice Oliveras, el objetivo último de esta guerra es "mostrar que no se tolerará una política divergente a la de la austeridad". A pesar de que esa política haya demostrado con creces que es errónea y contraproducente.
 
Las portadas de los diarios
El País: "El PSC renuncia a la propuesta de una consulta soberanista"; "Cuba y EE UU abren embajadas"; "Trump, el hombre más odiado del mundo. Países y grandes empresas rompen con el millonario por sus declaraciones racistas"; "Tsipras insiste en su pulso a Europa con el referéndum"; "Íñigo Urkullu, lehendakari: "Me gustaría un pacto con el PSOE en la próxima legislatura""; "Aguirre pide el adelanto electoral".
El Mundo: "Tsipras mantiene el órdago. Se aferra al referéndum e insiste en pedir el 'no', horas después de aceptar un acuerdo con el Eurogrupo"; "Grupos de Podemos se rebelan contra el 'dedazo' de Iglesias"; "Castro dice sí a la embajada de Obama pero reclama Guantánamo"; "El PSC se alinea con Sánchez y renuncia en su programa al derecho a decidir".
Abc: "Tsipras convierte a los griegos en rehenes de su chantaje a la UE". Mientras casi dos millones de jubilados pelean por su dinero en los bancos, pide el "no" en el referéndum para "conseguir una Europa donde pagarán los ricos en vez de los empleados y pensionistas"".
La Razón: "Tsipras eleva el chantaje y pide el "no" masivo en el referéndum"; "Iglesias vuelve a plantar a las mujeres de los opositores venezolanos encarcelados. Los barones de Podemos se rebelan contra las "falsas primarias" de la cúpula"; "Carmena nombra a Zapata portavoz de Cultura y lo cesa ante el escándalo"; "Moncloa no contempla el adelanto electoral que piden Aguirre y el PSOE".
La Vanguardia: "Europa se niega a negociar con Grecia hasta la consulta"; "París roza los 40 grados"; "Primer desalojo de una finca en la etapa Colau"; "Susto en Collserola por un aparatoso incendio"; "EE.UU. y Cuba reabren sus embajadas el 20 de julio"; "Junqueras reta a Mas a pactar una lista sin políticos".
EL PERIÓDICO: "Grecia, a la deriva hasta el referéndum"; "Junqueras reta a Mas con una lista única sin políticos. Oriol Junqueras y David Fernández: "Intentar reducir el proceso a una sola persona es no entenderlo""; "A tiros en Santa Coloma. Un hombre hirió ayer a otro con dos tiros a quemarropa en un salón recreativo de Santa Coloma y huyó después"; "El Barça ultima el fichaje de Turan".
Ara: “Tsipras se la juga”; “Junqueras s’obre a una llista única de la societat civil sense ell ni Mas”; “Aparten per irregularitats la directora del Petit Príncep, un centre de menors de referencia”; “Seria raonable que Podem tingués entitat propia a Catalunya (Errejón)”.
El Punt Avui: “Enrocats”; “Rebaixes d’estiu sense llei”; “ERC avalaria una llista de societat civil sense partits”.

Fuente: El Periódico
Autor: Alfons Ribera

A mí personalmente, en todo este barullo hay algunas cosas que me molestan y otras que no me gustan ni pizca. Empezaré por el comportamiento del actual gobierno griego para lo cual me remontaré al programa electoral de Syriza, un supermercado lleno de buenos deseos, muy difíciles de cumplir, con el que Tsipras se convirtió en Jefe del Ejecutivo griego.
 
No creo que nadie a estas alturas de la película pueda llegar a creer que Tsipras es un ingenuo que desconocía los problemas con los que se iba a tener que enfrentar si asumía el timón del país heleno. El mayor, sin duda alguna, la deuda griega, que según los cálculos realizados por Reuters a partir de datos oficiales, se eleva actualmente a 242.800 millones de euros (en esta cifra están ya incluidos los préstamos que Grecia ha recibido en los rescates de 2010 y 2012). Sin embargo, conviene recordar que ya en 2012 sus acreedores habían aceptado una quita del 53 % sobre un total de 206.000 millones de bonos del Estado en manos de la banca. Era pues imposible que tanto Tsipras como el que se convertiría en su Ministro de Finanzas, el economista y estrella mediática Yannis Varoufakis, no estuviesen al tanto de lo difícil que iba a resultar conseguir una nueva condonación para enderezar la situación económica griega sin sacrificios, ni recortes, ni subidas de impuestos en un país donde la evasión fiscal tiene una larga tradición, especialmente en las clases alta y media (médicos, abogados, ) que jamás han pagado ni un solo euro al fisco. En el programa electoral de Syriza sólo se menciona subir el impuesto sobre la renta al 75% a partir de los 500.000 euros de ingresos anuales, subir el impuesto de sociedades a las grandes empresas, gravar las transacciones financieras y abolir los privilegios de la iglesia y los armadores, pero  ninguna otra medida en contra de esa lacra para otras capas de la sociedad como la clase media alta. Tampoco está contemplada la creación de un catastro para que todo propietario de un inmueble pague su IBI, que ahora sólo apoquinan los más pequeños.
 
Comprendo perfectamente al pueblo griego que, harto de la ineficiencia y la corrupción de los partidos tradicionales que, como consecuencia de todos sus desmanes, habían llevado  finalmente a Grecia a la ruina  (quedando atrapada en el circulo vicioso de su deuda), se decantó en las urnas por la opción de la izquierda radical, Syriza. Una alternativa que representaba un rayo de luz y esperanza en el oscuro horizonte político griego, pero también repleta de promesas imposibles de cumplir y que su cúpula ha tenido que revisar una a una (ver artículo de ABC siguiendo el link). Por eso y alguna otra cosa más que no viene aquí a cuento, no me queda más remedio que tildar a Tsipras de populista, en el sentido más convencional de la palabra.

También ha sido una sorpresa difícil de explicar a seguidores y extraños la coalición de Syriza con la derecha nacionalista ANEL, con la lucha contra las políticas de austericidio dictadas por la UE y el FMI como único punto en común.
 
Otra cosa que me ha llamado la atención de forma muy negativa es la chulería con la que Varoufakis se ha enfrentado al FMI y la UE. En mi opinión, es difícil ir de farol cuando se llevan unas cartas tan malas como Grecia. Contra eso sólo ayuda una táctica inteligente y la humildad, pero nunca la soberbia o el desafío. Tampoco ayuda mucho esa peculiar actitud entre la provocación y la marcha atrás que ha llevado a Grecia al borde del abismo cuando Europa le ha cerrado el grifo del dinero. Convocar un referéndum para luego enviar una carta al Eurogrupo aceptando la mayoría de las condiciones del acuerdo que Tsipras poco antes se había negado a firmar es poco serio, por mucho que se quiera dar la imagen de combatividad ante la ciudadanía.

No, el hundido, arruinado y humillado pueblo griego no se merece esto. Y tampoco se merece las declaraciones del pasado martes de don Mariano Rajoy a la Cadena Cope. Según Rajoy, el triunfo del No en el referéndum griego del domingo “sería bueno”, para que la troika pudiera negociar con otro Gobierno. Una salida del tiesto que ha dejado boquiabiertos a los demás Jefes de Ejecutivo de la Eurozona, mucho más comedidos en sus manifestaciones a la prensa.

Claro que ellos no están en plena campaña electoral como Rajoy, a quien habría que recordarle que, mal que le pese, el actual gobierno de Grecia ha sido elegido en las urnas y la injerencia en sus asuntos internos no sólo es de mal gusto, sino también algo absolutamente insólito y más propio de repúblicas bananeras que de un país perteneciente a la UE donde se supone que reina la cultura democrática.

Margarita Rey

 
P.S.
Cuando escribí ayer mis reflexiones sobre el mal estilo de Mariano Rajoy en sus declaraciones del pasado martes a la cadena COPE, no podía todavía saber -porque no tengo una bola de cristal- que el Presidente de la UE, Jean-Claude Juncker (de quien las malas lenguas dicen que a partir de las 18 horas no puede tomársele en serio porque suele ir "cargadito") iba a seguir su ejemplo.
 
Hoy, a las 13.30 la prensa digital publicaba la postura de Juncker respecto al referéndum. Al ser preguntado en rueda de prensa por las perspectivas de un acuerdo entre el Gobierno griego y la UE / el FMI Juncker contestó:  "Si los griegos votan NO, la posición griega quedará dramáticamente debilitada" y continuó que, si se retoman las negociaciones, aún ganando el SÍ éstas serán "difíciles".
 
Lo mismo que escribí sobre Rajoy se lo aplico a Juncker. Es inaudito que una de las partes implicadas en la negociación intente desde fuera, con sus más o menos afortunados comentarios,  influir en el resultado de un referéndum que se celebra en el país de uno de sus socios, por muy poco que le guste su Gobierno. A muchos de nosotros tampoco nos gusta el Sr. Juncker y nos tenemos que fastidiar. Pero de eso a aguantar sin rechistar sus  observaciones fuera de lugar, que infringen claramente las reglas de juego del "Club de los 28", hay un buen trecho.
 
Parafraseando al rey emérito, opino que el Eurogrupo haría bien en decirle a Juncker: "¿Por qué no te callas?".
 
 

 

 
 
 

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