En el debate de los cuatro candidatos a la presidencia del Gobierno, celebrado con gran lujo coreográfico en La Sexta y en Antena 3, hubo un gran ausente, el Presidente en funciones Rajoy, que ordenó a su vice y mujer para las causas perdidas, Soraya Sáenz de Santa María, que se las sabe todas. Más que el propio Rajoy, que sólo dice lo que le escribe su ejército de asesores, aunque ahora que la campaña electoral se ha convertido en un baño en multitudes, en besuqueos, en achuchones a los niños y niñas (tal vez futuros "peperos") y en apretones de manos anónimas, se echaba de menos la presencia de Rajoy en el “cuarteto definitivo”.
Ni los tres candidatos del PSOE, de Ciudadanos y Podemos pudieron eclipsar ni visual ni dialécticamente, a la a su modo atractiva Soraya, sin la cual Rajoy no podría volver a ser Presidente del Gobierno e incluso corre el rumor , que Rajoy ha desmentido, que la inclusión de Soraya en el cuarteto se debería a la intención del todavía presidente de prepararla ante la opinión pública como su sucesora. No dudo que la graciosa Soraya, que ha mostrado a millones de españoles en “El hormiguero” de La Sexta lo bien que sabe bailar los ritmos modernos, no sea capaz de dirigir el país, quizá incluso con más inteligencia y encanto que su padre político. Pero Rajoy, pese a su edad, 60 años, no estará dispuesto, así por las buenas, a dejar su puesto (en el caso de que sea elegido de nuevo) a nadie, n i siquiera a la simpática Soraya (¿o es esa la sorpresa de la que habla en sus encuentros con los ciudadanos de a pie?).
Bueno. En el tan cacareado debate de Atresmedia, no se dijo nada que pusiera en pie a los invitados al plató (creí vislumbrar sonrisas irónicas en Ana Pastor) ante la mediocridad y sosería de las intervenciones de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera (PSOE, Podemos, Ciudadanos). Pero a eso de no decir siempre la verdad, estuvo mejor ante sus tres antagonistas, Soraya, que puso especial énfasis en señalar la recuperación de España, la disminución del paro (22,03% según la OCDE), la salida visible de la crisis y la importancia de España, cuarta potencia europea. Los demás candidatos se limitaron más o menos a poner el mismo disco rayado de sus mítines. Lo que más preocupa al PP y al PSOE son los llamados partidos emergentes. Podemos quiere quitar votos izquierdistas al PSOE y Ciudadanos votos conservadores-centristas al PP. Queda flotando en el aire la posibilidad de coaliciones: PSOE/Podemos o PP/Ciudadanos. Pero en estas elecciones navideñas todo es posible. Ya veremos cómo acaba este baile de los vampiros” en torno al poder”.
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