En sesiones maratonianas se reúnen en Atenas y Bruselas los gremios de la Unión Europea y el Consejo Europeo para hallar una salida practicable y honrosa al conflicto que sacude a la UE y al país de los helenos. El parlamento griego aprobó en la madrugada del sábado a toda prisa la propuesta de Tsipras para solicitar el rescate. Atenas da por bueno con apenas ligeros retoques, el plan de reformas con las medidas prioritarias para pactar el ansiado tercer rescate, cuyo fin es evitar la bancarrota y la salida del euro.
Mientras la mayoría en la UE saluda el progreso de las negociaciones, con lo que la prensa internacional califica de optimismo, Alemania hace chistes. Si sale mal el plan. Alemania sería la primera en pagar las consecuencias a mediano y largo plazo. ¿Qué haría Frau Merkel sin una Grecia como frontera de contención oriental y con una población turca de cinco millones, (una buena parte radical islamita) dentro de las fronteras alemanas? Por el contrario, el presidente francés, Hollande, se congratula de los progresos que están haciendo las negociaciones. Otros dirigente políticos temen que si no hubiese acuerdo entre Bruselas y Atenas, ello podría significar el hundimiento de lo que un día fue la modesta Montanunion (limitada al carbón y al acero), y después, ya enfilando el camino hacia una Europa Unida, el Mercado Común, la Comunidad Económica Europea, hasta desembocar en la UE, cuyo brazo armado, en este convulso mundo, bastión de la democracia, es la NATO (OTAN).
Es más que seguro que EE UU, por encima de las diferencias ideológicas, apoyan a los helenos, especialmente en unos tiempos muy candentes y sangrientos de terrorismo islamista en el Mediterráneo Oriental. Para que veamos que la cosa es seria, hace unos días el Ministro Español del Interior, Jorge Fernández Díaz, sin querer alarmar a los ciudadanos, calificaba de muy seria la amenaza yihadista y pedía precaución. En Washington se tiene la misma óptica. Ya se está iniciando la cooperación España EE UU. España es un país mediterráneo de gran valor geoestratégico, lo mismo que Grecia.
“Η ελλάδα ποτέ δεν πεθαίνει” (“I Ellada pote den pethainei” = “Grecia nunca muere”) era el grito de guerra de los griegos durante los seis siglos de ocupación otomana. Pero no todo gira en torno a lo bélico. Es urgente la reforma de esta gran idea que es Europa para que pueda convertirse en un proyecto en favor de todos los ciudadanos que la integran y no sólo de los Bancos
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