jueves, 4 de junio de 2015

Atalaya: Nunca es tarde…





Ayer, con ocasión de la visita de los reyes Felipe  VI y Letizia, Francia, en presencia de los reyes de España, rindió un emocionante homenaje a los republicanos españoles, que con tanques de la división Leclerc (“la Nueve”), pintados con nombres de localidades españolas, como Teruel, Guadalajara o Brunete (en las que se habían ensañado las hordas de Franco y sus amigos nazis y fascistas italianos) el 24 de agosto de 1944 liberaron París.
 
Anne Hidalgo, alcaldesa de París, de origen español e hija de republicanos, pronunció un emocionante discurso antes de descubrir una placa con el nombre de “La Nueve”. Desde ayer, los jardincillos justo enfrente de la alcaldía de la capital francesa se llamarán así en honor de la mítica compañía que tan injustamente había sido silenciada en las crónicas de los aliados. Hidalgo agradeció al Rey su presencia en este acto de desagravio al que asistieron familiares de los combatientes republicanos (hijos y nietos), que no pudieron contener las lágrimas al escuchar conmocionados los discursos de Anne Hidalgo y  de Felipe VI.

Han pasado 71 años desde que aquellos héroes, los primeros en entrar con sus tanques en París, tomaran el Ayuntamiento donde los nazis habían instalado su cuartel general. Uno a uno, con los brazos detrás de la cabeza, fue saliendo del Ayuntamiento aquella escoria genocida, que no merecía pertenecer a la especie humana.
 
El general De Gaulle, que había pasado la guerra en su exilio de Inglaterra, había prometido a los republicanos españoles en la Resistencia que una vez liberada Francia sería liquidado el régimen franquista y Franco recibiría su merecido castigo. Pero los heroicos españoles no sabían que Franco se les había adelantado. A espaldas de Hitler  (en la reunión de ambos dictadores en Hendaya) y de acuerdo también con el premier británico Churchill (y los norteamericanos), Franco había acordado con los aliados total inmunidad, si el gallego “caudillo” no entraba en la guerra al lado de las Potencias de Eje y si no permitía al ejército nazi que ocupara Gibraltar, de gran importancia estratégica como entrada al Mediterráneo oriental. Alemania fue derrotada. El enemigo era ahora el comunismo. Los soviéticos ya se habían apoderado de casi toda Europa del Este. Franco, con su anticomunismo, era un aliado muy valioso. Ya lo dijo Franco: “A mí de El Pardo solamente me sacan con los pies  por delante”. Gracias a las “democracias” occidentales, los españoles tuvimos que sufrir 40 años de cruel, inhumana y arbitraria dictadura. Quizá el señor Rajoy, tan demócrata, responsable de la paralización de la Ley de Memoria Histórica y tan apreciado en la Unión  Europea, comente en el próximo congreso de la UE el grandioso homenaje a los republicanos españoles en París.

Sobran los fanáticos. La Corona está para unir a los españoles militen en el partido que militen. Aunque suene a paradoja: España es una “monarquía republicana” o una “república monárquica”, como se da en los países nórdicos Suecia, Noruega y Dinamarca. La Historia no se escribe desde el pasado; el pasado es el producto de la Historia, que se teje en el presente.
 
 
 

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