martes, 13 de enero de 2015

Turismo: “El canario” del Pirineo catalán



No hace mucho leí en algún medio que “el pequeño tren amarillo” estaba amenazado por los recortes de la SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses), equivalente a nuestra RENFE.
 
No sé si habrán ustedes jamás oído hablar de este singular tren de vía estrecha, también apodado “el canario” por su llamativo color, que conecta la preciosa ciudad fortificada de Villefranche du Conflent con Latour de Carol, pequeña localidad catalano-francesa a unos diez minutos de Puigcerda, con una estación de ferrocarril que tiene la peculiaridad de tener tres anchos de vía (internacional, vía estrecha y ancho español)
 
Por lo que a mí respecta, me acuerdo como si fuese ayer del primer viaje que hice en ese trencito en el otoño de 1960 cuando, siendo todavía muy niña, trasladé por motivos familiares mi lugar de residencia a la ciudad francesa de Perpiñán. Puede que me equivoque, pero me parece que, por aquel entonces, el tren llegaba hasta la misma frontera en Bourg-Madame. Claro que igual la memoria me juega una mala pasada y es posible que tuviésemos que hacer transbordo en La Tor de Querol (denominación catalana del pueblecito) para llegar a Bourg-Madame. Allí vivía la madre de mi tía Conchita y, si elegimos ese medio de locomoción para visitarla fue porque yo, más de una vez, había puesto perdido el coche de mi tío Miguel porque me mareaban las mil y una curvas del trayecto por carretera.

¡Qué preciosidad de tren y qué maravilla de paisajes los que éste atraviesa durante su recorrido! La única pega que le vi cuando viajé es que –no sé si las cosas habrán cambiado desde entonces– no contaba con servicios para los pasajeros, con lo cual era recomendable ir al WC antes de montarse, so pena de tener que hacerse las necesidades encima.
 
Según se explica en algunos folletos turísticos, los primeros trabajos se iniciaron en 1903. En 1910 ya se consiguió unir Villefranche y Mont- Louis, pero los trabajos se paralizaron debido a la 1ª  Guerra Mundial. La construcción de la línea entre Villefranche y Latour de Carol se terminó en 1927. La construcción de esta vía de 63 kilómetros no fue fácil pues hubo que adaptar la línea del tren a la complicada orografía del entorno, muy accidentado. Hubo que construir 19 son túneles y dos espectaculares puentes: el viaducto “Sejourné”, que franquea el rio Têt, (llevado a cabo por el ingeniero de Puentes y Calzadas Paul Séjourné y que guarda una cierta reminiscencia con la Torre Eiffel de Paris) y el puente colgante “Gisclard” (construido por el Comandante del Cuerpo de Ingenieros del Ejército Francés, que falleció en un accidente poco antes de la inauguración de su mayor obra arquitectónica), también conocido como “Pont de la Cassanya”, ambos maravillas de la ingeniería y arquitectura de la época y Monumentos Históricos desde 1994.
 
“El canari” es el ferrocarril más alto en Francia, siendo la estación de Bolquère, a 1.596 metros de altitud, su punto culminante. Hace muchos años que el trencito ha presentado su candidatura a ser declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
 
Si alguna vez viajan por la zona, no se lo pierdan. El Tren Amarillo funciona todo el año. Los horarios, que  cambian según la temporada, pueden ser consultados en la página web de la SNCF. En verano, “el pequeño tren amarillo verano ofrece a sus viajeros un vagón descubierto, con capacidad para más de 50 personas, para que disfruten de unas vistas panorámicas de este grandioso paisaje  que quita el hipo. Y si no me creen,  cliquen el enlace y vean el reportaje que se publicó hace algún tiempo en YouTube.
 
Por si les interesa, los billetes pueden ser adquiridos en la taquilla de cualquier de las estaciones de su recorrido o, ya en el tren, el mismo interventor se encarga también de su venta.
 
Margarita Rey



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