lunes, 29 de febrero de 2016

Atalaya: Que todo cambie…






Acabó la semana política como una pataleta de amantes engañados. El PP, por boca del presidente en funciones, Rajoy, no podía ocultar su enojo y desengaño por el pacto entre Pedro Sánchez (PSOE) y Albert Rivera, Ciudadanos. Como un amante cornudo, Rajoy, que de pronto tanto alababa al PSOE, con quien creía perpetuarse en el poder, apuntalado por la formación política del liberal-conservador Rivera, arremete ahora contra lo que ayer creía su baza para seguir en el gobierno. Para Rajoy ninguno de los dos firmantes dan la talla como políticos. Y el portavoz del PP,  Rafael Hernando, calificó a Albert Rivera de “pichón, correveidile y percha de Pedro Sánchez".
 
Para Rajoy y su PP, siempre flanqueado por las dos “damas-insignia”, Soraya Sáenz de Santa María y María Dolores Cospedal, lo solemnemente firmado por Sánchez y Rivera no es un pacto de investidura, sino una declaración de gobierno. Que el PSOE haya cedido ante Ciudadanos, renunciando a sustanciales cambios, como el de la Reforma Laboral, siendo su versión casi idéntica a la del PP, ha creado profundo malestar en el PSOE, así como la intención de mantener la nefasta ley de educación del señor Wert. Ojalá me equivoque aquí y también en la sospecha de que un gobierno PSOE-Ciudadanos tampoco pondrá a la Iglesia católica en el lugar que le corresponde, siendo España un Estado laico. Difícil serán cambios con respecto al Vaticano habiendo sido Felipe González quien suscribió el todavía actual acuerdo, tras el que se parapetan los jerarcas eclesiásticos españoles.

La cuarta fuerza del país, Podemos, acusa al PSOE de haberse aliado con Ciudadanos, en su opinión la marca blanca y cara simpática del PP. Según Podemos, la Patronal, que apoya al PP, no dejará desamparado a Ciudadanos, si por esas revueltas que tiene la política española, la formación de Rivera quedara flotando en el aire.
 
En cuanto a los que critican el pacto PSOE-Ciudadanos como un dique contra las prometidas reformas y una desestabilización del Gobierno de España, habrá que recordarles que el primer gobierno del gran político socialdemócrata alemán, Willy Brandt, en 1969 sólo fue posible gracias a una coalición del SPD con los liberales del FDP (que hasta entonces habían apoyado a los democristianos CDU/CSU), sin que por ello se dejaran de llevar a cabo profundas reformas en el sentido de la actualización democrática del Gobierno Federal. Hay que recordar que la Unión Cristiano Demócrata (CDU) había estado sin interrupción al frente del Gobierno desde la fundación de la República Federal de Alemania el 23 de mayo de 1949. Su artífice, Konrad Adenauer, un católico conservador, fue apadrinado y admitido como canciller federal por los Aliados vencedores en la II Guerra Mundial contra la Alemania nazi.
 
¿Por qué no puede haber en España coaliciones de  conservadores con socialmócratas y liberales? Si Rajoy se largara, no podría descartarse una coalición del PP con el PSOE y Ciudadanos, que daría mayor estabilidad política a nuestro país, siempre que el PP abandonase la regresión a posiciones fuertemente derechistas practicada por Rajoy en los últimos cuatro años para volver a acercarse a la centralidad.

Pero el flamante “estadista” merkeliano quiere ser el protagonista del cambio en España. Como decía el Príncipe de Salina en la famosa obra del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, "El Gatopardo": “Que todo cambie para que todo siga igual”.
 
 
 

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