Muchos de nosotros recordarán del bachillerato que el filósofo y escritor Platón (Atenas, 427 - 347 a. C.) era un gran admirador de su maestro, Sócrates, a quien integró como principal interlocutor en su obra, los Diálogos. Estos Diálogos se dividen cronológicamente en varios periodos: los “Diálogos de juventud” (de los 28 a los 38 años); los “Diálogos de transición” (de los 38 a los 41 años); los “Diálogos de madurez” (de los 41 a los 56 años) y, finalmente, los “Diálogos críticos y de vejez” (de los 56 a los 80 años).
Al periodo de madurez pertenece el “Diálogo” titulado “La República”, del cual les ofrecemos a continuación un fragmento que podría ser extrapolado a la actualidad política de nuestro país. Según la opinión de Platón:
“Serán ellos, los políticos, a quienes no esté permitido tocar el oro ni la plata (…). Si así proceden, se salvarán ellos y salvarán a la ciudad. Pero si adquieren tierras, casas, dinero, se convertirán de guardianes en administradores trapisondistas y de amigos de sus ciudadanos en odiosos déspotas. Pasarán su vida entera aborreciendo y siendo aborrecidos, conspirando y siendo objeto de conspiraciones, temiendo, en fin, mucho más a los enemigos de dentro que a los de fuera y así correrán en derechura al abismo, tanto ellos como la ciudad.”
Sin ánimo de establecer parangones, como diría la Reina de Inglaterra, “honi soit qui mal y pense”.
Margarita Rey
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