domingo, 27 de septiembre de 2015

Viajes: La Fiesta de la Cerveza

 

 

Una semana ha transcurrido ya desde la inauguración el 19 de septiembre de la “Oktoberfest”, la súper famosa Fiesta de la Cerveza de Múnich, el mayor festejo popular del mundo, que este año celebra su 182 edición. En 2014 la visitaron 6,3 millones de personas que, en dos semanas, se dejaron allí 1.000 millones (1.000.000.000) de euros. Para que se hagan una idea: en comparación, los 2,5 millones de visitantes de la muy concurrida Feria de Albacete 2015 gastaron tan sólo 65 millones de euros en sus diez días de duración.
 
El pasado sábado a las 11 de la mañana, los "Wiesenwirte" (propietarios de las diversas cervecerías muniquesas) y el alcalde de la ciudad, sentados en engalanados landós, encabezaban el espectacular desfile de bandas de música locales que acompañaban a los tradicionales carros tirados por robustos caballos, cargados de barriles de cerveza. Una vez llegados a su destino, la carpa más antigua de la Oktoberfest perteneciente a la familia Schottenhamel (dueños de la cervecería Spaten Bräu), el alcalde abrió a las 12 en punto el primer barril de cerveza con el grito tradicional en dialecto bávaro “O ‘zapft is!” (en alemán, “es ist angezapft”) que quiere decir: “Ya está abierto!“. A partir de ese momento, durante dos semanas, la cerveza corre a raudales, mientras que manjares tan típicos como el codillo asado o el pollo al ast (con ensalada de patatas o con chucrút) hacen las delicias de los asistentes al macroespéctaculo.

El domingo, la tradicional cabalgata de asociaciones de fusileros y grupos ataviados con los típicos trajes regionales de Baviera, diversas regiones alemanas y algunos países europeos recorrieron, a pie o en pequeños carruajes, en un trayecto que atraviesa las avenidas más emblemáticas de la ciudad, los 7 km entre el Maximilianeum (Parlamento de Baviera) y el recinto ferial donde están montadas las enormes carpas, alguna de ellas con un aforo de más de 8.000 personas a las que hay que añadir aproximadamente 3.000 plazas al aire libre por carpa para cuando el tiempo hace de las suyas y no permite sentarse fuera. ¿Y qué sería el Oktoberfest sin las típicas orquestas que se turnan en las carpas de la mañana a la noche para amenizar con su música bávara a sus clientes, incitándoles a la consumición?
 
Seguro que alguna vez habrán leído acerca del Oktoberfest. Sin embargo, me juego un pirulí a que la mayoría de nuestros lectores no ha oído nunca hablar del llamado “lunes de los albañiles” (“Maurermontag”). Yo se lo explico rápidamente. Se llama así al día libre que las empresas de la construcción obligatoriamente conceden a sus trabajadores para visitar la Fiesta de la Cerveza y que, tradicionalmente, siempre es un lunes. Generalmente, los patronos regalan también a su plantilla bonos para la consumición de un par de cervezas y un codillo o medio pollo en una de las carpas. Ese día es temido por los muniqueses, que no suelen asomar la nariz por el Oktoberfest debido a las batalles campales que se organizan por empinar el codo más de la cuenta, algo que se da con frecuencia (al menos en Baviera) en los obreros de ese ramo, que suelen tener la tendencia a  beber como cosacos. Más de uno ha llegado a ingerir hasta 14 litros de cerveza en el curso de esa jornada de asueto, con el consiguiente  resultado.
 
Otra costumbre curiosa es la que tienen muchos italianos del norte de acercarse en masa al Oktoberfest el segundo fin de semana de la fiesta (este año el 26 y 27 de septiembre). Miles de italianos acuden a “Monaco di Baviera” para participar en la “festa d’ottobre” (no en vano, los italianos consideran a Múnich como la ciudad más septentrional de Italia). Como los alojamientos escasean o están a precios prohibitivos, los turistas itálicos suelen desplazarse en roulottes o autocaravanas para no tener que pagar alojamiento. Algunos, generalmente jóvenes estudiantes que no temen los repentinos cambios de tiempo que se dan en Múnich a principios de otoño, duermen en sus tiendas de campaña en algún camping cercano a la ciudad. Y a todos les gusta tanto la fiesta que repiten año tras año. El caso es que los italianos, con un 20% de visitantes, son el grupo extranjero más representado en el Oktoberfest. Así, no es de extrañar que varios grupos de agentes de la policía de Bolzano (Tirol del Sur) se trasladen a Múnich para ayudar a sus colegas bávaros a mantener el orden durante el Oktoberfest. También una delegación del cuerpo de bomberos de esa provincia italiana viaja habitualmente a la capital de Baviera para apoyar a sus compañeros en sus medidas de protección del fuego. Otro grupo de tiroleses meridionales que presta su ayuda en la Fiesta de la Cerveza es la organización de voluntarios sanitarios “Cruz Blanca” que, en casos de enfermedad o accidente, ayudan a sus compatriotas en los servicios sanitarios instalados allí.

Pero no sólo italianos sino también ciudadanos de todas partes del mundo (franceses, ingleses, americanos y, cada vez más, españoles) acuden habitualmente al Oktoberfest Entre ellos se suelen contar muchos afamados artistas internacionales. Este año ha sido Arnold Schwarzenegger uno de los primeros en acaparar la atención mediática. Y seguramente otros muchos harán su aparición en el curso de la próxima semana para disfrutar del ambientazo que reina allí y que cautiva a todos los visitantes, quienes, por cierto, dejan a diario aproximadamente 15 toneladas de basura tras de sí, que los servicios muniqueses de limpieza tienen que retirar a destajo después del cierre para que, al día siguiente, el recinto ferial esté tan limpio como los chorros del oro.

Otra singularidad del Oktoberfest 2015 es el gran éxito que han tenido algunos platos vegetarianos. Así, uno de los  platos estrella ha sido un "plato verde": las albóndigas de espinacas que se han servido allí por primera vez con enorme éxito. Y como no quiero cansarles con cifras sobre ese espectacular evento, les sugiero que sigan el enlace para enterarse de muchos más detalles interesantes.
 
Al menos de momento, el tiempo no ha sido tan desastroso como en otras ocasiones y, según he podido leer en la prensa muniquesa, a pesar de algunos chubascos ocasionales, los cerveceros y los feriantes están hasta ahora bastante contentos con la evaluación intermedia del Oktoberfest. Algunas carpas tuvieron incluso que cerrar sus puertas debido a la gran afluencia de público.
 
Nosotros, desde aquí, deseamos a todos aquellos que se puedan permitir un viaje a Múnich, una feliz Oktoberfest. Y a los que no, sepan para que también aquí se celebran réplicas muy dignas de ese evento. Por ejemplo, hoy es el último día del Oktoberfest Madrid y del 2 al 11 de octubre tendrá lugar su hermanita en Barcelona Aunque la más antigua y la más conocida es la Oktoberfest de Calpe que, en su 29 edición, tendrá lugar del 7 al 18 de octubre en dicha localidad de la Costa Blanca (ver detalles siguiendo los links).

Margarita Rey
 
 
 

 

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