En más de una ocasión, en la rúbrica “Leído en la Prensa”, les he ofrecido algún comentario de ese gran profesional que es Teodoro León Gross, publicada en su columna de Diario Sur, “El Mirador”.
El pasado 8 de enero, León Gross nos dio la sorpresa al despedirse de sus fieles lectores con un artículo final para ese medio titulado: “Mi última columna en Sur”, en el que no entraba en detalles sobre el porqué de su marcha tras 20 años como colaborador de la publicación del grupo Vocento (ABC, La Verdad, Las Provincias, etc.), pero sí daba de forma una velada pista sobre los auténticos motivos de su salida del staff del periódico. “La vida es un jardín de senderos que se bifurcan; y el periódico toma esta vez una dirección distinta con lo que a mí me toca seguir otro rumbo”, escribió entonces. Se refería elegantemente al cambio de política editorial de Diario Sur, como consecuencia del enorme giro a la derecha del Grupo Vocento en los dos últimos años, que había conducido a su despido. Lo que más llama la atención es que Teodoro León Gross no puede ser considerado precisamente un periodista de izquierdas (aunque su hermano Bernardino, diplómatico de carrera, ha ostentado destacados cargos dentro del PSOE), sino que pertenece más bien a ese centroderecha tan odiado por la caverna, especialmente desde la aparición de “Ciudadanos”. Poco después, la Cadena SER anunciaba el fichaje de Gross como tertuliano del programa La Ventana Andalucía y el diario El Mundo le incorporaba a su equipo de analistas políticos.
Siguiendo la huella del periodista, a quien admiro mucho por su sagacidad y la fiabilidad de sus análisis, encontré un interesante artículo sobre la llegada a Málaga de los antepasados de Gross, publicado por la “Edición Andalucía” del diario El Mundo. Bajo el título: “Los inquilinos alemanes del Palacio de Buenavista”, su autor, Cristóbal G. Montilla, hurgaba en los orígenes nor- y centroeuropeos de la familia que reproducimos a continuación y que, sin duda, captará también su interés. Dice así:
“Ese océano pretérito que es la historia tiene guardadas suculentas revelaciones para quien se atreve a sumergirse en él. Por ejemplo, el Museo Picasso -que ahora alberga la exposición 'Picasso. Registros alemanes', que ahonda en las relación del genio malagueño con el país europeo- se ha reencontrado con el pasado alemán de su edificio, en cuanto ha emprendido el viaje contrario de esta muestra y se ha puesto a recopilar la huella alemana que pervive en tierras malagueñas. Precisamente, uno de los descendientes de una de las familias de origen alemán que echaron raíces en la ciudad, el profesor y periodista Teodoro León Gross, partió del hecho de que sus antepasados vivieron en el siglo XIX en la sede de la pinacoteca, el Palacio de Buenavista, cuando por petición del propio museo indagó en el pasado de los Gross, familia en la que pertenece a su séptima generación.
Para recorrer esta curiosa certeza, León Gross se situó ante la llegada a Málaga en 1805 de Jorge Heythe Gross, quien dos años después se casó aquí con María del Carmen Lund, quien portaba otro apellido nórdico, «en su caso procedente de Copenhague». «El edificio del Museo Picasso, el palacio renacentista tradicionalmente conocido como Palacio de los Condes de Buenavista era el patio de juego de sus cuatro hijos, que nacieron en él: Juan, Margarita, Federico y Jorge», explicó León Gross.
Precisamente, uno de los últimos inquilinos de la familia Gross en el Palacio de Buenavista fue el tarabuelo del periodista, Teodoro Gross Gayen, nieto del 'primerizo' Jorge Heythe Gross, al ser el tercero de los hijos de Federico Gross y Tecla Gayen. «Teodoro continuó viviendo en el Palacio de Buenavista con su mujer Clara Pries Scholtz, y allí nacieron sus primeros cinco hijos -tuvieron seis- hasta el terremoto de 1884», explicó Teodoro León Gross remontándose al acontecimiento que precipitó la salida de sus antepasados de la actual pinacoteca: «Asustados por los terremotos de las navidades de 1884, decidieron edificar 'Villa Clara', la primera casa antisísmica, a la que se trasladaron en el año 1886, en terrenos que Clara había recibido como herencia de su padre, comprados al ministerio de Defensa, lo que hoy es la Avenida de Pries», relató el columnista de El Mundo para reconstruir los vínculos de sus antepasados con la sede del Museo Picasso.
Así, si se siguen las averiguaciones de Teodoro León Gross, «después de abandonar la familia Gross la casa, el Palacio de Buenavista fue deteriorándose y, por los años veinte, debió de quedar convertido en una especie de corralón donde se instalaron talleres de los más diversos oficios». «Después de la guerra, pronto se iniciaron los trámites de despido y expropiación para convertirlo en museo», agregó el periodista situando en tales trámites el germen del uso museístico del Palacio de Buenavista, que mutó en Museo Picasso tras varias décadas como escenario del Bellas Artes.
Precisamente, su tatarabuelo Teodoro fue uno de los hijos de Tecla Gayen que «fueron fieles a la tradición comercial y a la exportación de vinos y de frutas del sur», ya que «Teodoro y Adolfo Gross fundaron su propia empresa bajo el nombre de 'Gross hermanos', que a su vez fue continuada por sus hijos» hasta que echó el cierre en 1970.
Además, los Gross fueron propietarios de El Rompedizo, El Carambuco, Santa Amalia o Los Paseros. «El Rompedizo fue expropiado para el aeropuerto y Eugenio Gross le vendió su casa El Carambuco a Julio Caro Baroja por mediación de Gerald Brenan», recordó León Gross.
La suya fue una de las muchas familias extranjeras que se instalaron en Málaga, una vez que «la actividad comercial se había relanzado a finales del siglo XVIII, cuando el Puerto de Málaga había sido autorizado para comerciar con las colonias americanas, teniendo ya significativas relaciones con el norte de Europa».
«Eso desencadenó una gran revolución comercial en el siglo XIX, igual que los Gross, los Rein, Krauel, Hirschfeld o Scholtz fuero comerciantes centroeuropeos que se dedicaron con éxito a la elaboración y exportación tanto de vinos como de otros productos de la tierra, como frutos secos o conservas», expuso Teodoro León Gross a bordo de ese viaje por el pasado de su familia en el que lo ha embarcado una exposición del Museo Picasso.
Finca Santa Tecla |
El rey Alfonso XIII, en la finca de Santa Tecla
Inmerso en el viaje al pasado que lo sitúa ante sus antecedentes familiares, Teodoro León Gross hizo hincapié en la importancia del matrimonio que Federico -uno de los hijos del 'pionero' Jorge Heythe Gross- contrajo con Tecla Gayen Flick en Hamburgo. «Todos los Gross españoles proceden de este matrimonio, alguna vez he oído decir a la familia que todos los Gross son Gayen», dijo el profesor y periodista al extraer las conclusiones de su investigación para el ciclo del Museo Picasso sobre la huella alemana en Málaga. «De vuelta a Málaga, ellos continúan viviendo en el Palacio de Buenavista y además compran la maravillosa finca de Santa Tecla en Torremolinos, un vergel paradisiaco de flores y frutales que enamoraba a los invitados procedentes del norte de Europa. Muchos años después, en noviembre de 1906, habrá una memorable visita de los Reyes Alfonso XIII y Victoria a la finca de Santa Tecla», relató León Gross.
Inmerso en el viaje al pasado que lo sitúa ante sus antecedentes familiares, Teodoro León Gross hizo hincapié en la importancia del matrimonio que Federico -uno de los hijos del 'pionero' Jorge Heythe Gross- contrajo con Tecla Gayen Flick en Hamburgo. «Todos los Gross españoles proceden de este matrimonio, alguna vez he oído decir a la familia que todos los Gross son Gayen», dijo el profesor y periodista al extraer las conclusiones de su investigación para el ciclo del Museo Picasso sobre la huella alemana en Málaga. «De vuelta a Málaga, ellos continúan viviendo en el Palacio de Buenavista y además compran la maravillosa finca de Santa Tecla en Torremolinos, un vergel paradisiaco de flores y frutales que enamoraba a los invitados procedentes del norte de Europa. Muchos años después, en noviembre de 1906, habrá una memorable visita de los Reyes Alfonso XIII y Victoria a la finca de Santa Tecla», relató León Gross.
La Málaga 'alemana' que sedujo a Andersen
Los elogios que su paso por Málaga arrancaron a Hans Christian Andersen (1805-1875) no tendrían sentido sin sus contactos con la burguesía de origen alemán. «En ninguna otra ciudad española he llegado a sentirme tan dichoso y tan en casa como en Málaga. Las costumbres de sus gentes, su temperamento, el ancho mar, todo ello tan necesario y valioso para mí, lo encontré allí. Y algo más importante: gente amable y atenta», aseguró el universal autor danés de cuentos, que se enamoró del Cementerio Inglés pero no visitó ni la Alcazaba ni Gibralfaro. Según recordó Teodoro León Gross, «Andersen trató con representantes destacados de la colonia alemana: cita a los Scholtz, los Delius y los Pries». «Sencillamente Andersen se ve en Alemania, en un ambiente alemán y nórdico. Disfruta de un entorno cosmopolita debido a la abundancia de familias de origen extranjero que la caracterizó desde el siglo XVIII», añadió León Gross.
Ricardo Gross Orueta |
Ricardo Gross Orueta, el creador del Bellas Artes
Al bucear por las contribuciones de sus antepasados, Teodoro León Gross destacó la figura de Ricardo Gross Orueta, «cuyos cargos y honores dan idea de su categoría: Gentil Hombre de Cámara de su Majestad, Marqués de Casa Loring, Presidente de la Real Academia de San Telmo, de la Real Sociedad de Tiro de Pichón, de la Junta de Obras del Puerto, Académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando, además de la Medalla con distintivo rojo al Mérito Militar y distintivo blanco al Mérito Naval...». Este personaje, que daba nombre al actual Muelle 1, «fue el creador del Museo de Bellas Artes, siendo presidente, en un inmueble de Pedro Toledo y Císter». Y, según apuntó León Gross, «se le suele recordar más por liderar la fusión de la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte con la antigua Cofradía de la Virgen de la Soledad, que dio lugar a la actual Congregación de Mena, de la que fue el primer hermano mayor».”
Fuente: El Mundo
Aunque, en este caso preciso el árbol genealógico esté estrechamente ligado a Málaga, hay no pocos apellidos extranjeros, muchos de ellos de antiguos colonos reconvertidos en andaluces de pura cepa, algunos de los cuales han alcanzado fama mundial (Osborne, Domecq o el torero Jaime Ostos –antiguamente Osthoft– ). Puede que un día de estos nos explayemos largo y tendido sobre ese tema.
M.R.
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