lunes, 12 de diciembre de 2011

Pincelada: Puentes singulares (I)






Por asociación de ideas, al colgar en el blog el aviso de que nos marchábamos de megapuente, me puse a meditar sobre los puentes “de verdad”, de piedra o madera, más bonitos que he visto en mis múltiples viajes a distintos países.

La lista es larga, aunque todos ellos se encuentran en Europa (los otros continentes no llegaré nunca a conocerlos, ya que soy incapaz de pasar más de cuatro horas sentada en un avión). Creo que les podría interesar conocer mi particular selección, en la que tan sólo he escogido a boleo un pequeño número de puentes para no aburrirles demasiado, algunos de ellos famosos y otros, menos. Puede que algunos de nuestros lectores también los conozcan y les pido disculpas por no aportarles nada nuevo. A todos los demás, quizás les sirva esta relación de incentivo para hacer alguna vez un viajecito y disfrutarlos en vivo y en directo.

Empezaremos por España:

El Puente Nuevo de Ronda (Málaga).
El Puente Nuevo de 98 metros de altura es uno de los símbolos de la ciudad. Se alza sobre la garganta conocida como “Tajo” cuyo origen es la erosión producida por el curso del río Gudalevín. Concebido para unir la parte antigua y la nueva de la ciudad, esta obra maestra fue inaugurada en 1793 tras 40 años de difíciles trabajos.



El Puente de Alcántara (Cáceres)
El origen de su nombre actual viene del árabe al-Qantarat (el puente), pero se trata del puente de piedra del Imperio Romano más representativo y mejor conservado en todo el mundo. Construido a principios del siglo II d.C. por el arquitecto romano Cayo Iulio Lacer sobre el río Tajo, su objetivo fue comunicar Norba (la actual Cáceres) y Conimbriga (Condeixa-a-Velha en Portugal). Su constructor le hizo inscribir la frase: Pontem perpetui mansvrvm in secula mvndi: "Puente, que durará mientras dure el mundo" y parece que su deseo se ha cumplido, ya que el puente sigue en pie dos mil años después de su inauguración.

El Pont Vell de Besalú (Gerona)
Este puente románico de 105 metros data del S. XIV, aunque ya en el siglo XI existía constancia de uno más pequeño en el mismo lugar. Las dos torres fortificadas le fueron añadidas durante el reinado de Pedro IV (1429-1466) con el único fin de cobrar peaje condal a los viajeros que lo utilizaban para cruzar a la otra orilla del río Fluviá. Durante la guerra civil española fue en parte volado. Se reconstruyó totalmente en los años 60 con materiales de la ruinosa colegiata de Santa María de Besalú.


El Pont Vieux de Béziers
Cruzando los Pirineos, por La Junquera continuamos hasta Béziers. Allí, el Puente Viejo (Pont Vieux) sobre el río Orb, construido el S. XII sobre las bases de un puente romano, nos da una suntuosa bienvenida a esta encantadora ciudad de 2.700 años de antigüedad.



El Pont Vieux de Carcasona
Esta espectacular ciudad fortificada, que parece salida de un cuento de hadas, cuenta con otro precioso puente de doce arcos irregulares sobre el río Aude (también construido sobre la base de un puente romano) que data de principios del siglo XIV.




Pont du Gard
Cerca de Remoulins (departamento de Gard) nos encontramos con este puente-acueducto de 50 km sobre el río Gardón que impresiona por su majestuosidad y sus dimensiones: 275 metros de longitud y 48 metros de altura. Esta construcción romana del siglo I. d.C. se atribuye a Marco Vipsanio Agripa, yerno del emperador Augusto. Su fin era abastecer a la cercana ciudad de Nimes con agua potable. Es una muestra sorprendente de la dominación romana en el sur de Francia.
Margarita Rey                                                                                                        (continuará)

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