jueves, 23 de junio de 2011
Pincelada: ¡Señor, qué calor!
Este año el calor ha llegado antes de tiempo y todos los expertos coinciden en pronosticar que tenemos canícula para rato.
Aunque como buenos mediterráneos que somos, tengamos más o menos experiencia en eso de preservarnos del calor, no está de más recordar algunos consejos que se suelen oír por boca de experto al llegar a estas fechas y que aconsejan:
Abrir las ventanas y persianas a primera horade la mañana, lo que permite conservar la casa fresca. Durante el resto del día, mantener las persianas, toldos y cortinas bajados (para evitar que el sol entre directamente y las ventanas cerradas durante las horas más calurosas). Por la noche, que es cuando más refresca, antes de acostarse abrir las ventanas de par en par para que, al mismo tiempo, se renueve el aire
Evitar en lo posible las fuentes de calor como aparatos eléctricos, bombillas encendidas, horno, tostador, etc.
Permanecer en lugares frescos y bien ventilados.
Si se tiene aire acondicionado, hay que mantener cerradas puertas y ventanas (la temperatura no debería ser inferior a 24°). Por el contrario, si se utilizan ventiladores eléctricos, es recomendable abrir las ventanas, ya que éstos no enfrían el aire (con el giro de sus aspas provocan únicamente una corriente que refresca el ambiente)
Beber mucho líquido aunque no se sienta sed, ya que el cuerpo tiene que estar bien hidratado (en verano se suda mucho más y, en ese proceso, se pueden llegar a perder hasta dos litros de agua). Se reducirá así el riesgo de sufrir un golpe de calor o una “pájara” (vahído o desmayo). Ideales son el agua fresca (no fría), limonadas, zumos e infusiones (la cantidad mínima ideal es de 2 litros al día). Se deben evitar las bebidas alcohólicas o con cafeína
No realizar ejercicios físicos extremos y procurar evitar las actividades en el exterior en las horas más calurosas del día. Si no queda más remedio que salir, hay que buscar la sombra y protegerse del sol en la medida de lo posible. Y que las señoras no se olviden de su abanico para refrescarse
Usar ropa de color claro y holgada, a ser posible de tejidos naturales como el lino, la seda o el algodón (las telas sintéticas acumulan el sudor, que se queda pegado al cuerpo, lo que puede producir dermatitis de contacto). Y el calzado, que sea cómodo y fresco para que transpiren bien los pies
Refrescarnos a menudo la cara, los brazos y la nuca con agua fresca. Para la cara se puede utilizar un pulverizador con agua mineral que habremos colocado con anterioridad en el frigorífico. La ducha matinal, con agua casi fría, se puede complementar con una ducha vespertina que pondrá nuestro cuerpo a tono
Prestar especial atención a bebés, niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades crónicas, especialmente cardiovasculares o diabetes, procurando que estén siempre bien hidratados, ya que ellos son más sensibles al calor
En cuanto a las comidas, en nuestra próxima pincelada trataremos los alimentos ideales para el verano y las precauciones a tomar con los comestibles en esta estación del año.
Margarita Rey
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