lunes, 18 de abril de 2011
Tema de hoy: Un clown político anda suelto
Es de temer cuando José María Aznar habla fuera de España, y, muy en especial, en su ininteligible inglés macarrónico. Pero todo el mundo entiende los ataques de Aznar a España, no sólo a su gobierno.
Toda la prensa española se ha hecho eco de las últimas patochadas de Aznar, el 11 de este mes en la Universidad de Columbia en Nueva York. Los medios de comunicación reproducen aún los disparates dichos por el ex presidente del Gobierno y actual presidente de la llamada FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales). Cuando otros países como Alemania están apoyando a España para que no sea “rescatada” (como Portugal), decir que es difícil que España pague la deuda equivale a un acto de “alta traición” más que a una zancadilla a Zapatero. El tiro de Aznar tenía supuestamente tres objetivos: meterle un gol a La Moncloa, hacerle ver al mundo que España se hunde y necesita un “caudillo”, como él, para salvarla, y tres (que se infiere del segundo motivo), desacreditar a Rajoy, que según Aznar no sería capaz de dirigir los destinos del país. Las palabras de Aznar no apoyan al PP, sino que lo debilitan, pues siembran la duda de quién manda realmente en Génova y dónde está el patriotismo del PP.
Para lucirse más, Aznar (Ansar para Bush) calificó de amigo “extravagante” de Occidente al dictador libio Gadafi, pretendiendo así dejar en ridículo a la ONU.
Uno se pregunta, ¿quién proporciona a Aznar estas importantes conferencias en EE UU? Lo más seguro: el círculo de su jefe Murdoch, el magnate ultraconservador de los medios de comunicación.
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