miércoles, 31 de marzo de 2010
Una nueva física
El experimento llevado ayer a cabo por físicos de varios países en la frontera franco-suiza supone el comienzo de un nuevo capítulo de la física y un gran paso hacia el Conocimiento, afán de la Humanidad. El experimento consistió en hacer chocar en un túnel dos haces de partículas mediante el más potente acelerador de partículas del mundo, a una velocidad próxima a la de la luz (300.000 m/s). El análisis de los resultados aportarán grandes novedades, por ejemplo, en el campo de la materia. Pero la afirmación de algunos físicos de que se ha realizado un simulacro exacto del big-bang, la explosión origen del cosmos, es sólo ciencia-ficción, y cojea, porque cualquier imitación y su exactitud presuponen el conocimiento de lo imitado. En todo lo referente al universo solamente podemos hablar de teorías. Jamás nadie conseguirá desvelar el secreto del cosmos.
martes, 30 de marzo de 2010
Luna llena
Por el cristal de la galería abalconada veo una inmensa luna llena. A la izquierda parpadean casi amarillas las luces de Benidorm. La luna convierte en plata el agua del mar. Reina una tranquilidad absoluta.
Pienso en los millones de seres que también ven la luna llena.!Cuánta miseria! !"Cuanto sufrimiento! Nosotros somos ahora los privilegiados del destino. Sirve de consuelo?
Pienso en los millones de seres que también ven la luna llena.!Cuánta miseria! !"Cuanto sufrimiento! Nosotros somos ahora los privilegiados del destino. Sirve de consuelo?
Vivir el presente
Anhelar el pasado es desperdiciar el poco presente que nos queda. Es además una manera de mentirse a sí mismo, pues no "todo tiempo pasado fue mejor". Tendemos a idealizar lo vivido, porque en nuestra juventud creíamos que nuestro tiempo era inmenso y nos inclinábamos a obviar lo adverso en la vana esperanza de recuperarlo todo en el futuro. Ahora que sabemos que nuestro futuro es breve, tenemos la oportunidad de concentrarnos en el presente, de hallarnos a nosotros mismos y recuperar la felicidad de haber conseguido, a la postre, recorrer nuestro camino. Si es junto a un ser querido, tanto más intensa esa felicidad.
Un amigo
Un amigo no es sólo quien te visita, te llama o te escribe a cada momento. Un auténtico amigo te siente y te piensa como parte de su propia biografía. Pero, aunque sea de vez en cuando, necesitamos también un feed-back. Si no, la amistad se aleja en el tiempo y se diluye en lo cotidiano.
lunes, 29 de marzo de 2010
La depresión
Una auténtica depresión –no esas „depresiones“ de las que hablan en el plató de alguna televisión los famosillos y famosillas de vida huera, para ganar dinero contando sus intimidades- es muy difícil de describir, incluso para un escritor. Los psiquiatras y psicólogos la conocen por estar familiarizados con este tipo de enfermedad mental, pero tampoco ellos pueden saber lo que realmente sufre una persona aquejada de depresión: el malestar general, la ansiedad flotante, la desgana y los trastornos psicosomáticos. El paciente se siente muy solo, cuando lo que busca es apoyo afectivo y moral (es lo que sí pueden dar buenos psiquiatras y psicólogos), pero los seres más queridos, más allegados, se intranquilizan, impacientan y frustran al no poder ayudar. Los amigos van siendo cada vez menos por aburrimiento y, en la mayoría de los casos, por un inconfesado miedo al contagio. Una considerable ayuda son los psicofármacos, cuando se recetan correctamente.
Existen variadas clases de depresiones. Cada persona tiene su propia depresión, en no pocos casos, latente. Quizá la más leve, pero más fastidiosa, sea el llamado “trastorno depresivo recurrente”. Es artero e incurable, es decir, se instala para siempre en nuestra personalidad. Cuando mejor te sientes, súbitamente aparece esta depresión que casi paraliza. Te deja la energía precisa para cumplir con tu vida, pero cualquier esfuerzo te agota, tus miembros parecen de plomo, pierdes el apetito, sufres ligeros mareos y pequeñas pérdidas del equilibrio y, en el peor de los casos, aparecen dolores de cabeza y un malestar general, como si tuvieses la gripe. Y cuando el paciente ya casi ha perdido el interés por la vida, de pronto desaparece el trastorno y uno se siente como recién nacido. Nada de euforias ni extravagancias: sólo el sereno placer de vivir a gusto. Lo malo es que al ser imprevisible la aparición del trastorno, no se pueden hacer planes ni a corto, medio o largo plazo.
A quienes padecen depresiones les aconsejo primero un buen psiquiatra o psicólogo. Con su ayuda, buscar un compromiso con la enfermedad, un modus vivendi, y cultivar la esperanza en días mejores por venir en el vaivén psíquico. Pero que nadie crea que el psiquiatra o el psicólogo son magos o curanderos. Si bien es cierto que se ha de depositar casi plenamente la confianza en los profesionales de la mente, no es menos cierto que el trabajo lo ha de hacer el propio paciente, siguiendo, al principio, las pautas que le marquen su psiquiatra o su psicólogo. Para mí, lo más importante es creer en sí mismo y en la propia capacidad para soportar solo su dolencia mental, así como para aprovechar la ayuda que nos brinde nuestro entorno, sin que nosotros seamos onerosos o un incordio para familiares y amigos.
(Dedicado a mi buen amigo A.M.S.,que padece una depresión y al que comprendo muy bien por propia experiencia).
Existen variadas clases de depresiones. Cada persona tiene su propia depresión, en no pocos casos, latente. Quizá la más leve, pero más fastidiosa, sea el llamado “trastorno depresivo recurrente”. Es artero e incurable, es decir, se instala para siempre en nuestra personalidad. Cuando mejor te sientes, súbitamente aparece esta depresión que casi paraliza. Te deja la energía precisa para cumplir con tu vida, pero cualquier esfuerzo te agota, tus miembros parecen de plomo, pierdes el apetito, sufres ligeros mareos y pequeñas pérdidas del equilibrio y, en el peor de los casos, aparecen dolores de cabeza y un malestar general, como si tuvieses la gripe. Y cuando el paciente ya casi ha perdido el interés por la vida, de pronto desaparece el trastorno y uno se siente como recién nacido. Nada de euforias ni extravagancias: sólo el sereno placer de vivir a gusto. Lo malo es que al ser imprevisible la aparición del trastorno, no se pueden hacer planes ni a corto, medio o largo plazo.
A quienes padecen depresiones les aconsejo primero un buen psiquiatra o psicólogo. Con su ayuda, buscar un compromiso con la enfermedad, un modus vivendi, y cultivar la esperanza en días mejores por venir en el vaivén psíquico. Pero que nadie crea que el psiquiatra o el psicólogo son magos o curanderos. Si bien es cierto que se ha de depositar casi plenamente la confianza en los profesionales de la mente, no es menos cierto que el trabajo lo ha de hacer el propio paciente, siguiendo, al principio, las pautas que le marquen su psiquiatra o su psicólogo. Para mí, lo más importante es creer en sí mismo y en la propia capacidad para soportar solo su dolencia mental, así como para aprovechar la ayuda que nos brinde nuestro entorno, sin que nosotros seamos onerosos o un incordio para familiares y amigos.
(Dedicado a mi buen amigo A.M.S.,que padece una depresión y al que comprendo muy bien por propia experiencia).
domingo, 28 de marzo de 2010
Acabemos con los mitos
Después de haber leído en un diario alemán la biografía de la esposa de Kart Marx, Jenny, baronesa de Westfalia, quiero que conste por los siglos de los siglos que jamás fui marxista y nunca lo seré. Cada vez estoy más hastiado de los políticos de fama mundial. Todo mentira. Repasen, por ejemplo, la lista de presidentes norteamericanos, desde el principio hasta Bush. A Jefferson le gustaban sus esclavas negras. Con una de ellas tuvo al menos siete hijos.
Pero volviendo a Marx: según la biografía de su esposa, el defensor del proletariado, amaba la buena vida y era un patriarca machista, al estilo de los hombres de su época. Dejaba mucho que desear su compromiso “por los parias de este mundo”, comparado con su estilo de vida. Además, su aspecto exterior e higiene corporal eran deplorables.. En el trabajo gorroneaba de Engels, quien le escribía artículos que él sólo firmaba. En resumen: un impresentable.
Está visto que hemos de desconfiar de los mitos antiguos o actuales. Hoy que existe la tecnología necesaria, los medios de comunicación deberían asumir el deber de desmitificar a los que estén demasiado encumbrados, en el pasado o en el presente, sin que sus actos lo justifiquen. Pero eso sí, una cosa es acabar con el mito y otra calumniar.
Pero volviendo a Marx: según la biografía de su esposa, el defensor del proletariado, amaba la buena vida y era un patriarca machista, al estilo de los hombres de su época. Dejaba mucho que desear su compromiso “por los parias de este mundo”, comparado con su estilo de vida. Además, su aspecto exterior e higiene corporal eran deplorables.. En el trabajo gorroneaba de Engels, quien le escribía artículos que él sólo firmaba. En resumen: un impresentable.
Está visto que hemos de desconfiar de los mitos antiguos o actuales. Hoy que existe la tecnología necesaria, los medios de comunicación deberían asumir el deber de desmitificar a los que estén demasiado encumbrados, en el pasado o en el presente, sin que sus actos lo justifiquen. Pero eso sí, una cosa es acabar con el mito y otra calumniar.
"Don" Santiago
Leo hoy en La Verdad que cientos de republicanos españoles acabaron en un GULAG (campo de concentración) por querer escapar de la URSS. La politóloga rumana Luiza Iordache ha rescatado su memoria. Continúa el largo artículo:
“Las gestiones del Gobierno de la República en el exilio para liberar a sus compatriotas chocaron siempre con la oposición de los dirigentes comunistas españoles, cada vez más escorados hacia el estalinismo. La investigadora Luiza Iordache recoge las posiciones duras que, en este sentido, mantenían tanto Dolores Ibarruri, la Pasionaria, como Santiago Carrillo.”
La memoria de doctorado recibió en 2007 el premio anual del Institut de Ciencias Politiques i Sociales de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha editado el trabajo. Si desean ustedes leer el artículo completo inserten en Google La Verdad En el infierno rojo.
Confieso que cada vez que oigo o veo a Carrillo en alguna tertulia radiofónica o televisada, me invade el enojo, y más cuando llaman respetuosamente a este en otro tiempo peligroso individuo de la política, don Santiago. Nunca olvidaré cuando intentamos entrevistarle en París, cuando yo dirigía un programa en español en la radiodifusión alemana. No nos recibió, con las palabras de: “yo no hablo con socialfascistas” (se daba la circunstancia de que eramos militantes del partido socialdemócrata alemán y del PSOE). Pues miren que bien: “don” Santiago se fue a vivir con los socialfascistas del PSOE. Y el nuevo PSOE, que tiene ya muy poco en común con el histórico, le abrió los brazos antes de leer bien la biografía “Federico Sánchez” de Alfredo Semprún. Quién sabe si “don” Santiago se refugió en el PSOE huyendo de sus antiguos camaradas.
En cuanto al PSOE, cada vez lo entiendo menos. Desde que Felipe retiró el marxismo y convirtió al partido en un “partido popular”, es decir, un partido abierto a todo el mundo, tenemos al PSOE lleno de meapeanas, apolíticos, oportunistas y “don” Santiagos. ¿Era éste el partido de Pablo Iglesias? Puestos a modernizar, ¿por qué no suprimir también la O de PSOE, dejándolo en Partido Socialista Español. ¿Dónde están los obreros en España?
“Las gestiones del Gobierno de la República en el exilio para liberar a sus compatriotas chocaron siempre con la oposición de los dirigentes comunistas españoles, cada vez más escorados hacia el estalinismo. La investigadora Luiza Iordache recoge las posiciones duras que, en este sentido, mantenían tanto Dolores Ibarruri, la Pasionaria, como Santiago Carrillo.”
La memoria de doctorado recibió en 2007 el premio anual del Institut de Ciencias Politiques i Sociales de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha editado el trabajo. Si desean ustedes leer el artículo completo inserten en Google La Verdad En el infierno rojo.
Confieso que cada vez que oigo o veo a Carrillo en alguna tertulia radiofónica o televisada, me invade el enojo, y más cuando llaman respetuosamente a este en otro tiempo peligroso individuo de la política, don Santiago. Nunca olvidaré cuando intentamos entrevistarle en París, cuando yo dirigía un programa en español en la radiodifusión alemana. No nos recibió, con las palabras de: “yo no hablo con socialfascistas” (se daba la circunstancia de que eramos militantes del partido socialdemócrata alemán y del PSOE). Pues miren que bien: “don” Santiago se fue a vivir con los socialfascistas del PSOE. Y el nuevo PSOE, que tiene ya muy poco en común con el histórico, le abrió los brazos antes de leer bien la biografía “Federico Sánchez” de Alfredo Semprún. Quién sabe si “don” Santiago se refugió en el PSOE huyendo de sus antiguos camaradas.
En cuanto al PSOE, cada vez lo entiendo menos. Desde que Felipe retiró el marxismo y convirtió al partido en un “partido popular”, es decir, un partido abierto a todo el mundo, tenemos al PSOE lleno de meapeanas, apolíticos, oportunistas y “don” Santiagos. ¿Era éste el partido de Pablo Iglesias? Puestos a modernizar, ¿por qué no suprimir también la O de PSOE, dejándolo en Partido Socialista Español. ¿Dónde están los obreros en España?
sábado, 27 de marzo de 2010
La palabra
?Cuándo surgirá la palabra definitiva? Que todos los pueblos se unan para crear un mundo mejor sin pobreza, sin hambre, sin guerras, sin persecuciones ni torturas, sin cárceles.
En los pasados dos milenios la mente humana ha hecho extraordinarios progresos, que nos permiten la esperanza. Quizá en los próximo milenios delante de nosotros salte de nuevo la chispa (como al principio de la humanidad inteligente) y el mundo mejor deje de ser una utopía para convertirse en una realidad. Todavía no hemos alcanzado el “conocimiento” (Erkenntnis) que cree al “homo sapiens, sapiens, sapiens”, el HOMBRE y la MUJER en definitiva, que hagan realdad la vieja utopía de la paz universal.
En los pasados dos milenios la mente humana ha hecho extraordinarios progresos, que nos permiten la esperanza. Quizá en los próximo milenios delante de nosotros salte de nuevo la chispa (como al principio de la humanidad inteligente) y el mundo mejor deje de ser una utopía para convertirse en una realidad. Todavía no hemos alcanzado el “conocimiento” (Erkenntnis) que cree al “homo sapiens, sapiens, sapiens”, el HOMBRE y la MUJER en definitiva, que hagan realdad la vieja utopía de la paz universal.
viernes, 26 de marzo de 2010
Máximo opina
Don Manuel, !qué manera de producir! 22 textos hasta hoy en lo que va de mes. No que estuvieras en activo. Algunos de tus temas me han hecho reír. Por ejemplo el del pene, aunque te faltara “la carne en barra" o el "cantimpalo”. A la parte “contraria”, algunos en Andalucía, donde hay gente pá to.., y quizás por aquello de las relaciones con Iberoamérica , también, la llaman la almejita. Bueno creo que intentar escribir todas las formas existentes para lo “más importante del ser humano” es tarea más que difícil cuando no imposible. No he llegado a comprender exactamente qué quieres decir con lo de Marañón y Don Juan. Me imagino que te refieres a don Juan Tenorio.
También me ha gustado el tema de la Maca – la Macarena- pero aquí debes permitirme una corrección a menos que tu fuente sea fetén. Para mi, como para muchos, la Macarena es una obra de un escultor anónimo de finales del siglo XVII si bien nos aventuramos también a atribuírsela a Luisa Roldán, “La Roldana”. Lo de Miguel Guía me era desconocido hasta leértelo.
El tema de la blasfemia no está nada mal. Y no estaría peor, creo yo, si compararas los tacos alemanes (en su mayoría escatológicos y los hispanos ( en su mayoría florales de entrepierna).
Me parece que pronto vas a pertenecer a la 5ta del Lobo, o a los últimos de Filipinas… ¿Por qué? Porque entre tanto ya nadie está satisfecho con la Angi, y mucho menos con la forma en que está manejando el tema Grecia. Para mi, la Merkel se está cargando en buena parte el espíritu europeo, la unidad europea. Eso sí, vamos por partes: los griegos son también unos impresentables de tres pares de cojones, pero eso lo sabíamos ya todos desde hace muchísimos años. Todos, o por lo menos muchos, sabíamos que los griegos eran capaces de construir carreteras que no iban a ninguna parte, que acababan en un precipicio, por cobrar las ayudas de la CEE. Todo eso y mucho más lo sabíamos y nadie se ha rasgado las vestiduras hasta hoy. Lo que nadie está diciendo, y menos la Angi, es que en los últimos años Grecia ha estado gobernada por los conservadores. Qué bien que ahora hay un socialista al que endosarle el muerto. Máxime cuando – y esto te lo digo de primerísima mano- los conservadores europeos están que trinan porque existe un Zapatero que les está jodiendo en sus ambiciones de poder- (Estoy de acuerdo que no lo está haciendo bien pero no hay más cera que la que arde). El problema de los socialistas es que todos tenemos derecho a opinar y no nos sometemos ni de coña a la disciplina de partido como lo hace la derecha (por cierto muy interesante y real como tratas el tema). Los socialistas, así lo entiendo yo, somos los románticos de la solidaridad, la democracia y un largo etc. . La derecha son los que llaman a las cosas por su nombre y ellos le dan el nombre e imponen su voluntad. Como todos lo saben, hay mucha más solidaridad entre ellos para evitar así el ostracismo. Pero bueno volvamos a la Merkel. Se trata de avalar a Grecia y evitar que tengan que pagar el 6,5% de intereses por sus bonos. Si tiene que pagar esta cantidad – y mucho me temo que los que más deuda griega compran son los bancos alemanes – si Atenas tiene que pagar estos intereses, nunca saldrá del agujero negro y la banca rota está a la vuelta de la esquina. Angi será una gran física o lo que sea pero de historia poquito y con sifón. Precisamente las deudas acumuladas por Alemania tras la Primera Guerra Mundial, y cuyos intereses Berlín no podían servir, fueron el detonador para que Hitler subiera al poder. Grecia no es, ni mucho menos, Alemania, ni tampoco la Alemania de 1930 pero Grecia es Europa. En nuestra casa deberíamos valernos nosotros solos sin entregar parte de lo nuestro a forasteros (FMI). Lo que Merkel no dice es que Alemania es, entre tanto, el tercer exportador mundial de armas. Que Grecia tiene contraída una importantísima deuda por la compra de armamento alemán. Que los alemanes, como buenos comerciantes, han vendido armamento a los turcos lo que ha obligado a los griegos a comprar también esos juguetes…
Que vamos, que la crisis de Chipre, de los setenta, no hace tanto que pasó. Qué afables eran los alemanes cuando estaban divididos. Como tú también yo lo he vivido en primera línea no sólo como ciudadano sino también en campo de batalla político. Todavía me acuerdo de la Cumbre de Estrasburgo en diciembre de 1989. Cómo mimaban Kohl y Genscher al resto de los socios comunitarios para que apoyaran – en aquellos momentos- la todavía hipotética unificación. Franceses y británicos no estaban por la labor- Quizás sabían porque. Gilipollas los de siempre: los temperamentales, los apasionados mediterráneos a la cabeza Felipe González y el resto.
La crítica en Alemania -incluido hasta el Financial Times- a la Merkel es importante. Máxime después de desautorizar al “de la silla de ruedas”(Schäuble, ministro federal de finanzas). Hoy la CDU está muy nerviosa porque pueden perder, en mayo, las elecciones en NRW (Renania del Norte Westfalia). Si esto ocurre, perderán también la mayoría en el Bundesrat . Saben que se juegan mucho pero como decía uno el otro día con un plátano en la mano: “Esto, un plátano, lo vio Merkel, por primera vez, hace 20 años y ahora ha logrado hacer una república bananera… Ahí queda eso.
También me ha gustado el tema de la Maca – la Macarena- pero aquí debes permitirme una corrección a menos que tu fuente sea fetén. Para mi, como para muchos, la Macarena es una obra de un escultor anónimo de finales del siglo XVII si bien nos aventuramos también a atribuírsela a Luisa Roldán, “La Roldana”. Lo de Miguel Guía me era desconocido hasta leértelo.
El tema de la blasfemia no está nada mal. Y no estaría peor, creo yo, si compararas los tacos alemanes (en su mayoría escatológicos y los hispanos ( en su mayoría florales de entrepierna).
Me parece que pronto vas a pertenecer a la 5ta del Lobo, o a los últimos de Filipinas… ¿Por qué? Porque entre tanto ya nadie está satisfecho con la Angi, y mucho menos con la forma en que está manejando el tema Grecia. Para mi, la Merkel se está cargando en buena parte el espíritu europeo, la unidad europea. Eso sí, vamos por partes: los griegos son también unos impresentables de tres pares de cojones, pero eso lo sabíamos ya todos desde hace muchísimos años. Todos, o por lo menos muchos, sabíamos que los griegos eran capaces de construir carreteras que no iban a ninguna parte, que acababan en un precipicio, por cobrar las ayudas de la CEE. Todo eso y mucho más lo sabíamos y nadie se ha rasgado las vestiduras hasta hoy. Lo que nadie está diciendo, y menos la Angi, es que en los últimos años Grecia ha estado gobernada por los conservadores. Qué bien que ahora hay un socialista al que endosarle el muerto. Máxime cuando – y esto te lo digo de primerísima mano- los conservadores europeos están que trinan porque existe un Zapatero que les está jodiendo en sus ambiciones de poder- (Estoy de acuerdo que no lo está haciendo bien pero no hay más cera que la que arde). El problema de los socialistas es que todos tenemos derecho a opinar y no nos sometemos ni de coña a la disciplina de partido como lo hace la derecha (por cierto muy interesante y real como tratas el tema). Los socialistas, así lo entiendo yo, somos los románticos de la solidaridad, la democracia y un largo etc. . La derecha son los que llaman a las cosas por su nombre y ellos le dan el nombre e imponen su voluntad. Como todos lo saben, hay mucha más solidaridad entre ellos para evitar así el ostracismo. Pero bueno volvamos a la Merkel. Se trata de avalar a Grecia y evitar que tengan que pagar el 6,5% de intereses por sus bonos. Si tiene que pagar esta cantidad – y mucho me temo que los que más deuda griega compran son los bancos alemanes – si Atenas tiene que pagar estos intereses, nunca saldrá del agujero negro y la banca rota está a la vuelta de la esquina. Angi será una gran física o lo que sea pero de historia poquito y con sifón. Precisamente las deudas acumuladas por Alemania tras la Primera Guerra Mundial, y cuyos intereses Berlín no podían servir, fueron el detonador para que Hitler subiera al poder. Grecia no es, ni mucho menos, Alemania, ni tampoco la Alemania de 1930 pero Grecia es Europa. En nuestra casa deberíamos valernos nosotros solos sin entregar parte de lo nuestro a forasteros (FMI). Lo que Merkel no dice es que Alemania es, entre tanto, el tercer exportador mundial de armas. Que Grecia tiene contraída una importantísima deuda por la compra de armamento alemán. Que los alemanes, como buenos comerciantes, han vendido armamento a los turcos lo que ha obligado a los griegos a comprar también esos juguetes…
Que vamos, que la crisis de Chipre, de los setenta, no hace tanto que pasó. Qué afables eran los alemanes cuando estaban divididos. Como tú también yo lo he vivido en primera línea no sólo como ciudadano sino también en campo de batalla político. Todavía me acuerdo de la Cumbre de Estrasburgo en diciembre de 1989. Cómo mimaban Kohl y Genscher al resto de los socios comunitarios para que apoyaran – en aquellos momentos- la todavía hipotética unificación. Franceses y británicos no estaban por la labor- Quizás sabían porque. Gilipollas los de siempre: los temperamentales, los apasionados mediterráneos a la cabeza Felipe González y el resto.
La crítica en Alemania -incluido hasta el Financial Times- a la Merkel es importante. Máxime después de desautorizar al “de la silla de ruedas”(Schäuble, ministro federal de finanzas). Hoy la CDU está muy nerviosa porque pueden perder, en mayo, las elecciones en NRW (Renania del Norte Westfalia). Si esto ocurre, perderán también la mayoría en el Bundesrat . Saben que se juegan mucho pero como decía uno el otro día con un plátano en la mano: “Esto, un plátano, lo vio Merkel, por primera vez, hace 20 años y ahora ha logrado hacer una república bananera… Ahí queda eso.
Warmongers
Warmongers se llaman en inglés a los estados o bandas mafiosas que trafican con armas, suministradas a países contendientes, enzarzados en una guerra muchas veces provocada por los propios estados o las mafias a través de sus agentes secretos o provocadores para obtener pingües beneficios. Los antecedentes del warmonger eran aquellos bandidos norteamericanos que suministraban armas a los “pieles rojas” para que atacaran a o se defendieran frente al ejército de Estados Unidos. Cierto es que estos reos de alta traición también colaboraban en la extinción de los amerindios vendiéndoles considerables cantidades de whisky, que los aborígenes llamaban “agua de fuego” (aguardiente).
La ONU prohíbe el suministro de armas a países en guerra, una prohibición que se la pasan por el arco de triunfo los warmongers. Quien sea inocente que tire la primera piedra. España no la puede tirar. Según un informe de Amnistía Internacional (AI), en 2008 nuestro país ocupó el octavo lugar de los países del mundo que más armas exportó a otras naciones, algunas de ellas autoras de violaciones de los derechos humanos Los países destinatarios del armamento español era enumerado así por AI: Israel, Marruecos, Cuba, China, Irán, Libia y Bolivia. Cabe imaginar que otros países se habrán sumado entretanto a la lista, entre ellos Venezuela.
Uno de los grandes ideales de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, era que reinase la paz en el mundo, donde la mayoría de los muertos y heridos de guerra son gente sencilla, la entonces llamada clase obrera. El gobierno del PSOE está demostrando seguir fieles a este ideal pacifista. Lo mismo que son fieles a otros ideales socialistas. En dos legislaturas del PSOE (Zapatero) se vendieron casi el triple de armas que con Aznar.
La ONU prohíbe el suministro de armas a países en guerra, una prohibición que se la pasan por el arco de triunfo los warmongers. Quien sea inocente que tire la primera piedra. España no la puede tirar. Según un informe de Amnistía Internacional (AI), en 2008 nuestro país ocupó el octavo lugar de los países del mundo que más armas exportó a otras naciones, algunas de ellas autoras de violaciones de los derechos humanos Los países destinatarios del armamento español era enumerado así por AI: Israel, Marruecos, Cuba, China, Irán, Libia y Bolivia. Cabe imaginar que otros países se habrán sumado entretanto a la lista, entre ellos Venezuela.
Uno de los grandes ideales de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, era que reinase la paz en el mundo, donde la mayoría de los muertos y heridos de guerra son gente sencilla, la entonces llamada clase obrera. El gobierno del PSOE está demostrando seguir fieles a este ideal pacifista. Lo mismo que son fieles a otros ideales socialistas. En dos legislaturas del PSOE (Zapatero) se vendieron casi el triple de armas que con Aznar.
jueves, 25 de marzo de 2010
Amigos y enemigos
No le deseo la muerte a ninguno de los que de alguna manera, buena o mala, ha jugado un papel en mi vida. Es muy triste quedarse sin amigos y sin enemigos.
lunes, 22 de marzo de 2010
!Ostras!
Estando traduciendo el guión de una película española al alemán, me tropecé con una expresión, que me dejó un poco perplejo: “Te voy a dar de hostias hasta en el DNI”.Confieso que estuve meditando un rato hasta que hallé un equivalente tan expresivo en alemán, pero con otras palabras. Los españoles, tan católicos, se desahogan blasfemando, es como si ensuciasen lo que más quieren o lo que les parece más sacro. Los alemanes, por el contrario, apenas tienen blasfemias (las que tienen son bastante inocentes desde el punto de vista español, como decir “Sakrament”). El alemán al “jurar en arameo” se inclina más por lo cropológico”, quizá debido a la obsesión por la limpieza.
Que yo sepa, en ninguna lengua europea se utiliza tanto “hostia” como palabrota como en español. Su uso en el lenguaje coloquial ha llegado a estar tan extendido que hasta lo oímos en la televisión. Hay varias expresiones con “hostia”, que me ha tocado traducir del guión al alemán, siempre eligiendo otras expresiones, pues “Hostie” es “Hostie”, pertenece al lenguaje religioso y nada más. “!Hostia!”, “!hostias!” (eufemismo: ¡ostras!); “!es la hostia!”; “se dio un hostión (hostiazo) con la moto”. Y para concluir una blasfemia soez, muy grosera: “!Me c… en la hostia!
Puedo asegurarles que en ninguna de las lenguas europeas, que conozco, existe esta procacidad. Si los blasfemos ibéricos no fuesen católicos sino musulmanes, el verdugo tendría que hacer horas extraordinarias.
Que yo sepa, en ninguna lengua europea se utiliza tanto “hostia” como palabrota como en español. Su uso en el lenguaje coloquial ha llegado a estar tan extendido que hasta lo oímos en la televisión. Hay varias expresiones con “hostia”, que me ha tocado traducir del guión al alemán, siempre eligiendo otras expresiones, pues “Hostie” es “Hostie”, pertenece al lenguaje religioso y nada más. “!Hostia!”, “!hostias!” (eufemismo: ¡ostras!); “!es la hostia!”; “se dio un hostión (hostiazo) con la moto”. Y para concluir una blasfemia soez, muy grosera: “!Me c… en la hostia!
Puedo asegurarles que en ninguna de las lenguas europeas, que conozco, existe esta procacidad. Si los blasfemos ibéricos no fuesen católicos sino musulmanes, el verdugo tendría que hacer horas extraordinarias.
domingo, 21 de marzo de 2010
Hastío por la política
En toda Europa se observa en los ciudadanos un creciente hastío por la política, aunque la política es aquello que mueve nuestras existencias. Los ciudadanos confunden la política con los malos políticos, cuya ineptitud se ha puesto de manifiesto con la “crisis”. El único gobernante que sigue sacando un aprobado es la canciller alemana Angela Merkel, cuyas dotes de mando no son discutidas, pero si la calidad de sus ministros y los de la coalición, los demoliberales (FDP), que no dan la talla.
El hastío por la política es un fenómeno pasajero, que se supera cuando por fin se hallen los políticos o políticas idóneos, tarea que, en primer lugar, corresponde al presidente (o la presidenta) del consejo de ministros. La democracia se ve un tanto afectada por ese cansancio ciudadano, pero nada más. Por el contrario, el hastío por la política puede tener devastadoras consecuencias en un país, como España, que hace sólo 32 años que superó una dictadura de 40 años de duración. Por eso, tanto el presidente del Gobierno como el jefe de la Oposición, así como toda la clase política, tendrían que poner especial empeño en enderezar la singladura de la política española para que nuestra democracia no sufra ningún daño.
Desgraciadamente, tenemos un presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que confiesa no haber calibrado a tiempo la magnitud de la crisis, pero que cada vez da más muestras de engreimiento y arrogancia, tal vez para disimular su sensación de impotencia que parece embargarle cada día más. Zapatero, que llegó al poder como un hombre ecuánime, dialogante y decidido, se está convirtiendo en un ególatra autoritario, que trata a sus ministros (ministras) como si fuesen sus secretarios. Aquí habría que insertar la observación de que Zapatero cree un signo de progresismo ocupar numerosas carteras ministeriales con mujeres, como si por ser mujer se fuera también lo más apto para el cargo.
Zapatero es débil. La única reforma que se le conoce internacionalmente es introducir el llamado “matrimonio homosexual”. Otras reformas de la sociedad, que quería emprender Zapatero, se fueron a pique antes de ser iniciadas. Ahí está, por ejemplo, la conversión de España en lo que realmente es: un Estado laico. Los periodistas extranjeros cuando citan la Constitución española escriben que “España es un estado laico”. En realidad es la Constitución se habla de que el Estado español es aconfesional, pero en la práctica la Iglesia nacionalcatólica española sigue teniendo un peso exagerado en la sociedad, cuya mayoría solamente es católica por bautismo. Bastaron protestas de la Conferencia Episcopal y solapadas intervenciones de El Vaticano (no olvidemos que El Vaticano es un Estado extranjero), así como una multitudinaria manifestación de los obispos apoyados por el PP y los ingenuos padres católicos de familia, para que Zapatero echara el freno e hiciese retroceder lentamente el tren. Nombró a un católico visceral, Francisco Vázquez, ex alcalde de La Coruña, embajador en la “Santa” Sede y las visitas a El Vaticano de la vicepresidenta segunda, María Teresa Fernández de la Vega, se vienen sucediendo desde entonces, siendo ésta recibida, no por el Papa, sino por cargos subalternos. Ahora Zapatero vuelve a tener a los obispos pisándole los talones, con motivo de las protestas contra la nueva ley del aborto. Apuntaré que los obispos se han gastado un dineral en propaganda. ¿De dónde salen estos fondos?
Laicismo, aborto… Todo secundario en vista de la crisis que machaca a nuestro país, que ya sin la crisis tenía 8 millones de pobres. De los 20% de parados en la vida laboral española, más de uno irá a engrosar esa cifra de indigentes. Zapatero prepara leyes para impedir la catástrofe social. ¿Surtirán efecto? ¿Y la Oposición? El partido de las gaviotas espera como un ave carroñera a que Zapatero y su Gobierno se derrumben. ¿Tiene Rajoy la receta en el bolsillo? Me temo que no. Rajoy también es débil y maleable, como lo ha demostrado en repetidas recientes ocasiones de su biografía. Pero lo mismo que en el PSOE, también en el PP tiene que haber buenos políticos. ¿Por qué no se les deja expedito el camino hacia el liderazgo? Personalmente soy de la opinión de que José Bono o Javier Solana (PSOE) pueden rendir excelentes servicios a España como jefes del Gobierno. También me merece confianza el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (PP), tan atacado por la presidenta de la autonomía madrileña, la radical derechista Esperanza Aguirre -que en el fondo aspira a la presidencia del Gobierno-. Otro político de calibre es Rodrigo Rato (PP). Los tres políticos nombrados quieren diálogo para salir del atolladero. Podrían ser el núcleo de una necesaria coalición.
El hastío por la política es un fenómeno pasajero, que se supera cuando por fin se hallen los políticos o políticas idóneos, tarea que, en primer lugar, corresponde al presidente (o la presidenta) del consejo de ministros. La democracia se ve un tanto afectada por ese cansancio ciudadano, pero nada más. Por el contrario, el hastío por la política puede tener devastadoras consecuencias en un país, como España, que hace sólo 32 años que superó una dictadura de 40 años de duración. Por eso, tanto el presidente del Gobierno como el jefe de la Oposición, así como toda la clase política, tendrían que poner especial empeño en enderezar la singladura de la política española para que nuestra democracia no sufra ningún daño.
Desgraciadamente, tenemos un presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que confiesa no haber calibrado a tiempo la magnitud de la crisis, pero que cada vez da más muestras de engreimiento y arrogancia, tal vez para disimular su sensación de impotencia que parece embargarle cada día más. Zapatero, que llegó al poder como un hombre ecuánime, dialogante y decidido, se está convirtiendo en un ególatra autoritario, que trata a sus ministros (ministras) como si fuesen sus secretarios. Aquí habría que insertar la observación de que Zapatero cree un signo de progresismo ocupar numerosas carteras ministeriales con mujeres, como si por ser mujer se fuera también lo más apto para el cargo.
Zapatero es débil. La única reforma que se le conoce internacionalmente es introducir el llamado “matrimonio homosexual”. Otras reformas de la sociedad, que quería emprender Zapatero, se fueron a pique antes de ser iniciadas. Ahí está, por ejemplo, la conversión de España en lo que realmente es: un Estado laico. Los periodistas extranjeros cuando citan la Constitución española escriben que “España es un estado laico”. En realidad es la Constitución se habla de que el Estado español es aconfesional, pero en la práctica la Iglesia nacionalcatólica española sigue teniendo un peso exagerado en la sociedad, cuya mayoría solamente es católica por bautismo. Bastaron protestas de la Conferencia Episcopal y solapadas intervenciones de El Vaticano (no olvidemos que El Vaticano es un Estado extranjero), así como una multitudinaria manifestación de los obispos apoyados por el PP y los ingenuos padres católicos de familia, para que Zapatero echara el freno e hiciese retroceder lentamente el tren. Nombró a un católico visceral, Francisco Vázquez, ex alcalde de La Coruña, embajador en la “Santa” Sede y las visitas a El Vaticano de la vicepresidenta segunda, María Teresa Fernández de la Vega, se vienen sucediendo desde entonces, siendo ésta recibida, no por el Papa, sino por cargos subalternos. Ahora Zapatero vuelve a tener a los obispos pisándole los talones, con motivo de las protestas contra la nueva ley del aborto. Apuntaré que los obispos se han gastado un dineral en propaganda. ¿De dónde salen estos fondos?
Laicismo, aborto… Todo secundario en vista de la crisis que machaca a nuestro país, que ya sin la crisis tenía 8 millones de pobres. De los 20% de parados en la vida laboral española, más de uno irá a engrosar esa cifra de indigentes. Zapatero prepara leyes para impedir la catástrofe social. ¿Surtirán efecto? ¿Y la Oposición? El partido de las gaviotas espera como un ave carroñera a que Zapatero y su Gobierno se derrumben. ¿Tiene Rajoy la receta en el bolsillo? Me temo que no. Rajoy también es débil y maleable, como lo ha demostrado en repetidas recientes ocasiones de su biografía. Pero lo mismo que en el PSOE, también en el PP tiene que haber buenos políticos. ¿Por qué no se les deja expedito el camino hacia el liderazgo? Personalmente soy de la opinión de que José Bono o Javier Solana (PSOE) pueden rendir excelentes servicios a España como jefes del Gobierno. También me merece confianza el actual alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón (PP), tan atacado por la presidenta de la autonomía madrileña, la radical derechista Esperanza Aguirre -que en el fondo aspira a la presidencia del Gobierno-. Otro político de calibre es Rodrigo Rato (PP). Los tres políticos nombrados quieren diálogo para salir del atolladero. Podrían ser el núcleo de una necesaria coalición.
sábado, 20 de marzo de 2010
Eutanasia
Eutanasia
Eutanasia viene de las palabras griegas eu , que significa bueno y thanatos (zánatos); muerte. Quiere decir que se facilite la muerte voluntaria de una persona, que padece de una enfermedad incurable, que le causa grandes dolores y cuyo óbito caber esperar en un mediano o largo plazo. También se discute sobre la eutanasia en pacientes largo tiempo en coma, (incluso años), que son mantenidos artificialmente en vida entubados.
En torno a la eutanasia existe una gran polémica en la que participan los enfermos, sus familiares, los médicos y los jueces. La mayoría de los pacientes y sus familiares están de acuerdo con la eutanasia; los médicos y los jueces están divididos. Quien mantiene una postura férrea contraria a la eutanasia es la Iglesia, que no siempre se ha distinguido por su respeto a la vida. Por no ir más lejos, recordaremos que Pío XII era amigo de Hitler y de los nazis, que practicaban la eutanasia, especialmente en enfermos mentales. También fue amigo del criminal de guerra Franco y no turbaron demasiado sus sueños los fusilamientos de republicanos ordenados por el dictador después de acabar la guerra civil española (1936-1939).
En Europa, Suiza es el único país donde está permitida la eutanasia, pero bajo severas condiciones previas, recogidas en un formulario que el paciente (o uno de sus allegados) ha de rellenar y firmar. Para la eutanasia hay en Zurich un instituto llamado”Dignitas”, que garantiza la muerte humana y digna del enfermo incurable. El enfermo es introducido en una habitación, como en un hotel, muy acogedora. Hay una cómoda cama, en la que se acuesta el paciente. En la mesilla de noche hay un vaso con dos sustancias mezcladas: un barbitúrico y otra sustancia que es la que produce el óbito. Cuando el paciente ingiere el contenido del vaso, una gran paz se apodera de él, una paz que poco a poco se va convirtiendo en profundo sueño. Una vez dormido, actúa la otra sustancia de manera que el enfermo cruza la tenue línea entre la vida y la muerte sin enterarse de nada. El Instituto se encarga de los pertinentes trámites, siendo lo usual, por la sencillez de las formalidades, que el cadáver sea incinerado. Acuden muchos extranjeros a Zurich a “dormir los últimos minutos”.
Curiosamente, de las enfermedades crónicas e incurables admitidas en Zurich, está excluida la depresión, aunque una depresión incurable es motivo de muchos sufrimientos psicosomáticos, disminuye casi al máximo la calidad de vida del paciente, que se ve forzado a veces a vegetar como un inválido, y causa gran tristeza en sus seres más allegados, que le ven sufrir impotentes, sabiendo que no pueden ayudarle.
Eutanasia viene de las palabras griegas eu , que significa bueno y thanatos (zánatos); muerte. Quiere decir que se facilite la muerte voluntaria de una persona, que padece de una enfermedad incurable, que le causa grandes dolores y cuyo óbito caber esperar en un mediano o largo plazo. También se discute sobre la eutanasia en pacientes largo tiempo en coma, (incluso años), que son mantenidos artificialmente en vida entubados.
En torno a la eutanasia existe una gran polémica en la que participan los enfermos, sus familiares, los médicos y los jueces. La mayoría de los pacientes y sus familiares están de acuerdo con la eutanasia; los médicos y los jueces están divididos. Quien mantiene una postura férrea contraria a la eutanasia es la Iglesia, que no siempre se ha distinguido por su respeto a la vida. Por no ir más lejos, recordaremos que Pío XII era amigo de Hitler y de los nazis, que practicaban la eutanasia, especialmente en enfermos mentales. También fue amigo del criminal de guerra Franco y no turbaron demasiado sus sueños los fusilamientos de republicanos ordenados por el dictador después de acabar la guerra civil española (1936-1939).
En Europa, Suiza es el único país donde está permitida la eutanasia, pero bajo severas condiciones previas, recogidas en un formulario que el paciente (o uno de sus allegados) ha de rellenar y firmar. Para la eutanasia hay en Zurich un instituto llamado”Dignitas”, que garantiza la muerte humana y digna del enfermo incurable. El enfermo es introducido en una habitación, como en un hotel, muy acogedora. Hay una cómoda cama, en la que se acuesta el paciente. En la mesilla de noche hay un vaso con dos sustancias mezcladas: un barbitúrico y otra sustancia que es la que produce el óbito. Cuando el paciente ingiere el contenido del vaso, una gran paz se apodera de él, una paz que poco a poco se va convirtiendo en profundo sueño. Una vez dormido, actúa la otra sustancia de manera que el enfermo cruza la tenue línea entre la vida y la muerte sin enterarse de nada. El Instituto se encarga de los pertinentes trámites, siendo lo usual, por la sencillez de las formalidades, que el cadáver sea incinerado. Acuden muchos extranjeros a Zurich a “dormir los últimos minutos”.
Curiosamente, de las enfermedades crónicas e incurables admitidas en Zurich, está excluida la depresión, aunque una depresión incurable es motivo de muchos sufrimientos psicosomáticos, disminuye casi al máximo la calidad de vida del paciente, que se ve forzado a veces a vegetar como un inválido, y causa gran tristeza en sus seres más allegados, que le ven sufrir impotentes, sabiendo que no pueden ayudarle.
Modestos
Modestos
Si usted se encuentra con una persona que no hace más que repetir: “a mi modesto entender” o “con toda humildad opino…” ándese con mucho cuidado. En la mayoría de los casos se trata de un soberbio “clandestino”, un arrogante cargado de complejos de inferioridad y cuyo máximo placer es machacar a la persona culta o brillante que tiene enfrente, desarmada ante la “sencillez” de su interlocutor. Muy astutamente, como la serpiente, el modesto-soberbio va llevando a la otra persona a un campo que él domina (“modestamente hablando”) a la perfección y cuando su interlocutor confiesa que sinceramente no domina el tema, el “modesto” se vuelca en observaciones sarcásticas contra los “generalistas”, y su “humildad” se convierte en hiriente ironía. Su “ego” acomplejado triunfa arteramente sobre la sincera autoestima de la otra persona, que no estaba preparada para el ataque.
La mejor arma contra estos ofidios es rehuir cualquier conversación con ellos, no escucharles. Darles la espalda y dejarles que viertan su veneno contra otros “modestos” o “humildes”, que suelen también ser muy vanidosos.
Si usted se encuentra con una persona que no hace más que repetir: “a mi modesto entender” o “con toda humildad opino…” ándese con mucho cuidado. En la mayoría de los casos se trata de un soberbio “clandestino”, un arrogante cargado de complejos de inferioridad y cuyo máximo placer es machacar a la persona culta o brillante que tiene enfrente, desarmada ante la “sencillez” de su interlocutor. Muy astutamente, como la serpiente, el modesto-soberbio va llevando a la otra persona a un campo que él domina (“modestamente hablando”) a la perfección y cuando su interlocutor confiesa que sinceramente no domina el tema, el “modesto” se vuelca en observaciones sarcásticas contra los “generalistas”, y su “humildad” se convierte en hiriente ironía. Su “ego” acomplejado triunfa arteramente sobre la sincera autoestima de la otra persona, que no estaba preparada para el ataque.
La mejor arma contra estos ofidios es rehuir cualquier conversación con ellos, no escucharles. Darles la espalda y dejarles que viertan su veneno contra otros “modestos” o “humildes”, que suelen también ser muy vanidosos.
viernes, 19 de marzo de 2010
Permiso de conducir
He de confesar que no estoy de acuerdo con que se conceda a los (las) jóvenes de 17 años el permiso de conducir. Conducir es una habilidad que, si no se reúnen las condiciones previas absolutamente necesarias, puede ser la causa de tal número de muertes como si se tratara de una catástrofe.
Para conducir es preciso tener un alto grado de responsabilidad, no sólo ante sí mismo, sino sobre todo ante los demás. Además, manejar un vehículo requiere altas dosis de ética, que no demuestran aquellos jóvenes (tampoco, por desgracia, frecuentemente los adultos) que salen de las discotecas totalmente alcoholizados y ahítos de toda clase de droga y no tienen reparos en ponerse detrás del volante, llevando consigo a sus amiguetes. Las consecuencias, según los partes de las DGTs de todos los países, suelen ser la muerte de seres inocentes, incluida la del desaprensivo conductor y sus acompañantes.
Si estuviese en mi mano, yo pondría como condición sine qua non para obtener un permiso de conducir no sólo presentar el aprobado de la Escuela (L) (todas las escuelas tienen especial interés en aprobar al mayor número posible de alumnos), pasar un test en el que se refleje los paradigmas psicológicos del candidato, así como su carácter y personalidad. En la Edad Media, los caballeros querían distinguirse por sus buenas maneras, de ahí el sentido de caballero y caballeroso en todos los idiomas europeos. Hoy hay conductores que parecen querer demostrar al volante su grosería, su mala educación. Existe un alto grado de descortesía en la conducta de automovilistas, que se pone de manifiesto, por ejemplo, en los adelantamientos. Los hay que ocupan innecesariamente el carril izquierdo, provocando una interminable cola de todos aquellos coches que desean adelantar a un camión. Por otra parte, los hay también quienes quieren fulminar con la “bocina de luz” al conductor que está precisamente adelantando a un camión. También los hay –y no sólo entre los jóvenes- quienes adelantan a otro automóvil con saña, con un gesto de triunfo, de “yo soy más macho”, y que una vez realizado el adelanto echan una mirada de triunfo a “la birria de coche” adelantado. Y lo que es peor, esos individuos suelen cortar el camino al coche adelantado, “al débil”, que no tiene más remedio que frenar en seco.
Los iracundos, los coléricos no deberían obtener nunca un permiso de conducir. Al volante, son un peligro público. Y hablando de público: me gustaría vez más controles de policía en autopistas, autovías y carreteras. Más rádares y más helicópteros que vigilen desde arriba esa ruleta rusa en que se ha convertido el tráfico.
Para conducir es preciso tener un alto grado de responsabilidad, no sólo ante sí mismo, sino sobre todo ante los demás. Además, manejar un vehículo requiere altas dosis de ética, que no demuestran aquellos jóvenes (tampoco, por desgracia, frecuentemente los adultos) que salen de las discotecas totalmente alcoholizados y ahítos de toda clase de droga y no tienen reparos en ponerse detrás del volante, llevando consigo a sus amiguetes. Las consecuencias, según los partes de las DGTs de todos los países, suelen ser la muerte de seres inocentes, incluida la del desaprensivo conductor y sus acompañantes.
Si estuviese en mi mano, yo pondría como condición sine qua non para obtener un permiso de conducir no sólo presentar el aprobado de la Escuela (L) (todas las escuelas tienen especial interés en aprobar al mayor número posible de alumnos), pasar un test en el que se refleje los paradigmas psicológicos del candidato, así como su carácter y personalidad. En la Edad Media, los caballeros querían distinguirse por sus buenas maneras, de ahí el sentido de caballero y caballeroso en todos los idiomas europeos. Hoy hay conductores que parecen querer demostrar al volante su grosería, su mala educación. Existe un alto grado de descortesía en la conducta de automovilistas, que se pone de manifiesto, por ejemplo, en los adelantamientos. Los hay que ocupan innecesariamente el carril izquierdo, provocando una interminable cola de todos aquellos coches que desean adelantar a un camión. Por otra parte, los hay también quienes quieren fulminar con la “bocina de luz” al conductor que está precisamente adelantando a un camión. También los hay –y no sólo entre los jóvenes- quienes adelantan a otro automóvil con saña, con un gesto de triunfo, de “yo soy más macho”, y que una vez realizado el adelanto echan una mirada de triunfo a “la birria de coche” adelantado. Y lo que es peor, esos individuos suelen cortar el camino al coche adelantado, “al débil”, que no tiene más remedio que frenar en seco.
Los iracundos, los coléricos no deberían obtener nunca un permiso de conducir. Al volante, son un peligro público. Y hablando de público: me gustaría vez más controles de policía en autopistas, autovías y carreteras. Más rádares y más helicópteros que vigilen desde arriba esa ruleta rusa en que se ha convertido el tráfico.
miércoles, 17 de marzo de 2010
La homosexualidad
La historia de la llamada homosexualidad ha sido en los pasados siglos tenebrosa, horrible, un tremendo sufrimiento para la persona homosexual. Cotolengos, brutales tratamientos “psiquiátricos” como los electroshocks, los baños de agua fría, o fuertes drogas inhibidoras del sexo, estaban en el orden del día. España no ha sido una excepción, en especial durante la “varonil” dictadura franquista. (Gregorio Marañón nos enseñó a ser cautos al juzgar la virilidad de ciertos individuos, como Don Juan, pero también de aguerridos varones, que de uniforme o de paisano, iban por el mundo hispano de “machos”). Todavía hoy se sigue ahorcando a homosexuales en países árabes como Irán.
Los homosexuales se enfadan cuando los científicos señalan que la homosexualidad tiene como origen a un gen. Creen que con ello los están clasificando como enfermos. Yo no lo veo así. También los heterosexuales lo somos gracias a un determinado gen. Es la propia Naturaleza quien decide qué inclinación sexual va a adoptar el individuo. Pero existen excepciones de homosexuales que lo han sido más tarde: por convicción o por abrir más el abanico del placer sexual. Y es precisamente entre estos homosexuales donde más se da la perversión, el travestismo, el exhibicionismo y la promiscuidad. En casos extremos son llamados por los auténticos homosexuales mariconas o locas. El auténtico homosexual suele caracterizarse por su seriedad, su afán de no llamar la atención, ser un ciudadano más. No es promiscuo. Cuando uno de estos homosexuales encuentra una pareja suele llevar la vida normal de un “matrimonio”.
En cuanto al llamado “matrimonio gay”, mi opinión es que sobra la palabra matrimonio, que suena demasiado a iglesia y que hasta ahora, durante todos los siglos de nuestra era, estaba reservada a la unión de un hombre y una mujer. A mí me parece más acertada la palabra “unión”, que, por supuesto, goza de los mismos derechos y obligaciones desde el plano jurídico que el “matrimonio”. Cuando veo “matrimonios” gays y lesbianos tengo algo así como la sensación de asistir a un acto de carnaval. Los contrayentes, si afirman su derecho a la diversidad, deberán crear su propio escenario. La Naturaleza nos ha hecho diferentes: pues acatemos a la naturaleza. Ser diferente, sin embargo, no significa ser mejores o peores, tener más o menos derechos.
Confieso que en el asunto de la adopción de nenes o nenas por "homocónyuges" no tengo un juicio positivo. ?Puede alguien explicarme si no existe el riesgo de una homosexualidad adquirida en los menores homoparentales? ?No pueden crearse problemas psicológicos a los adoptados lo más tarde cuando vayan a la escuela? Allí verán cómo sus amiguitos tienen padre y madre y no, como ellos, padre y padre o madre y madre. Cómo reaccionarán los adoptados homoparentalmente cuando observen que duermen juntos y tienen relaciones sexuales sus padres-padres o sus madres-madres? ?Está la sociedad madura para asimilar también las adopciones homoparentales? Son éstas preguntas a las que desearía respuestas convincentes.
Un caso diferente de diversidad sexual son los transexuales, personas que cambian de sexo por haber nacido con el sexo equivocado. Aquí sí me gustaría hablar de un trágico error de la llamada “sabia Naturaleza”. Hoy estas personas tienen la oportunidad de corregir a la Naturaleza sometiéndose a tratamientos de hormonas y a intervenciones quirúrgicas, además de una intensa asistencia psiquiátrica y psicológica. Es escalofriante pensar en la suerte de estas personas en los tiempos que aún no eran tan tolerantes o no estaban tan informados y la medicina no estaba tan adelantada.
Los homosexuales se enfadan cuando los científicos señalan que la homosexualidad tiene como origen a un gen. Creen que con ello los están clasificando como enfermos. Yo no lo veo así. También los heterosexuales lo somos gracias a un determinado gen. Es la propia Naturaleza quien decide qué inclinación sexual va a adoptar el individuo. Pero existen excepciones de homosexuales que lo han sido más tarde: por convicción o por abrir más el abanico del placer sexual. Y es precisamente entre estos homosexuales donde más se da la perversión, el travestismo, el exhibicionismo y la promiscuidad. En casos extremos son llamados por los auténticos homosexuales mariconas o locas. El auténtico homosexual suele caracterizarse por su seriedad, su afán de no llamar la atención, ser un ciudadano más. No es promiscuo. Cuando uno de estos homosexuales encuentra una pareja suele llevar la vida normal de un “matrimonio”.
En cuanto al llamado “matrimonio gay”, mi opinión es que sobra la palabra matrimonio, que suena demasiado a iglesia y que hasta ahora, durante todos los siglos de nuestra era, estaba reservada a la unión de un hombre y una mujer. A mí me parece más acertada la palabra “unión”, que, por supuesto, goza de los mismos derechos y obligaciones desde el plano jurídico que el “matrimonio”. Cuando veo “matrimonios” gays y lesbianos tengo algo así como la sensación de asistir a un acto de carnaval. Los contrayentes, si afirman su derecho a la diversidad, deberán crear su propio escenario. La Naturaleza nos ha hecho diferentes: pues acatemos a la naturaleza. Ser diferente, sin embargo, no significa ser mejores o peores, tener más o menos derechos.
Confieso que en el asunto de la adopción de nenes o nenas por "homocónyuges" no tengo un juicio positivo. ?Puede alguien explicarme si no existe el riesgo de una homosexualidad adquirida en los menores homoparentales? ?No pueden crearse problemas psicológicos a los adoptados lo más tarde cuando vayan a la escuela? Allí verán cómo sus amiguitos tienen padre y madre y no, como ellos, padre y padre o madre y madre. Cómo reaccionarán los adoptados homoparentalmente cuando observen que duermen juntos y tienen relaciones sexuales sus padres-padres o sus madres-madres? ?Está la sociedad madura para asimilar también las adopciones homoparentales? Son éstas preguntas a las que desearía respuestas convincentes.
Un caso diferente de diversidad sexual son los transexuales, personas que cambian de sexo por haber nacido con el sexo equivocado. Aquí sí me gustaría hablar de un trágico error de la llamada “sabia Naturaleza”. Hoy estas personas tienen la oportunidad de corregir a la Naturaleza sometiéndose a tratamientos de hormonas y a intervenciones quirúrgicas, además de una intensa asistencia psiquiátrica y psicológica. Es escalofriante pensar en la suerte de estas personas en los tiempos que aún no eran tan tolerantes o no estaban tan informados y la medicina no estaba tan adelantada.
martes, 16 de marzo de 2010
La Confederación Ibérica
Aunque todo el mundo esté de acuerdo en que más vale una constitución que ninguna, la actual constitución española, surgida tras el final del régimen franquista con la muerte del dictador en noviembre de 1975, lo es todo menos la ideal. Habrá que modificarla alguna vez, cuando de verdad se haya pasado el miedo de la izquierda a la derecha, que fue lo que hizo que los padres izquierdistas de la constitución cedieran en 1978 a las pretensiones de la derecha (hasta entonces los vencedores) a veces excesivamente, como es el caso de la Iglesia católica o el del peculiar y secular problema territorial español. ¿Por qué España, con una geografía muy similar y una gran riqueza étnica, no ha sido capaz durante su accidentada historia de arreglar de una vez para siempre su problema étnico-territorial? La respuesta llenaría varios tomos, en los que el centralismo austriaco y el borbónico jugarían el principal papel. Pero España no es ni Francia, ni la Austria de aquellos siglos.
Lo ideal para España hubiese sido convertirse en una monarquía (no tiene por qué ser siempre una república) federal, según el ejemplo de Suiza, que es una república federal de 26 estados, llamados cantones y que tienen a Berna como sede de las autoridades federales. Es muy larga y compleja la historia de Suiza. Puede decirse que la carta federal de 1921 está considerada como el documento que sentó las bases de la fundación de lo que sería la Confederación helvética. La confederación era la forma que mejor servía a los intereses de los confederados tanto en las comunicaciones entre los valles centrales alpinos, como en el libre comercio y aseguraba la paz en las principales rutas mercantiles de las montañas.
El centralismo de Franco fue nefasto para todas las regiones españolas. Fue un trágala que acumuló veneno en las relaciones entre las regiones, hoy mal llamadas históricas, y Castilla o Madrid, que sufrían tanto como las regiones periféricas la insidia de la dictadura fascista. Hoy, con el Estado de las Autonomías se han subsanado muchos de aquellos desafueros, pero no es suficiente ni para satisfacer el ansia de más autonomía de algunas regiones, que en muchos casos gozan de más “libertad” que los “länder” alemanes, por ejemplo, pero que en otros aún se sienten sujetas a un centralismo. En este contexto observaré que me parece inadecuada la figura del delegado (o subdelegado) del Gobierno, que me recuerda mucho la del gobernador civil franquista. En Alemania es al revés: son los “länder” los que tienen su representación en la capital, junto al Gobierno. Desde tales representaciones (como “embajadas”), los presidentes de las mismas defienden directamente los intereses de su “land” ante el poder federal.
Quizá habrá que esperar otros 32 años hasta que todas las autonomías españolas (solucionado el problema mafioso de ETA) estén maduras para confederarse sin apetitos absurdos de independencia, que en la Europa actual no conducen a ninguna parte; para educarse para la solidaridad y la convivencia, con afán de superación, pero no de aplastar al vecino, al socio dentro de la Confederación. No habría ningún impedimento para que la Confederación de estados españoles, la Confederación Ibérica, estuviese coronada por la institución monárquica. Quién sabe si en tales circunstancias, Gibraltar y Portugal entrarían algún día en la Confederación. ¿Por qué no puede España conseguir lo que los suizos, con muchas mas diferencias étnicas y lingüísticas, lograron en 1921?
Lo ideal para España hubiese sido convertirse en una monarquía (no tiene por qué ser siempre una república) federal, según el ejemplo de Suiza, que es una república federal de 26 estados, llamados cantones y que tienen a Berna como sede de las autoridades federales. Es muy larga y compleja la historia de Suiza. Puede decirse que la carta federal de 1921 está considerada como el documento que sentó las bases de la fundación de lo que sería la Confederación helvética. La confederación era la forma que mejor servía a los intereses de los confederados tanto en las comunicaciones entre los valles centrales alpinos, como en el libre comercio y aseguraba la paz en las principales rutas mercantiles de las montañas.
El centralismo de Franco fue nefasto para todas las regiones españolas. Fue un trágala que acumuló veneno en las relaciones entre las regiones, hoy mal llamadas históricas, y Castilla o Madrid, que sufrían tanto como las regiones periféricas la insidia de la dictadura fascista. Hoy, con el Estado de las Autonomías se han subsanado muchos de aquellos desafueros, pero no es suficiente ni para satisfacer el ansia de más autonomía de algunas regiones, que en muchos casos gozan de más “libertad” que los “länder” alemanes, por ejemplo, pero que en otros aún se sienten sujetas a un centralismo. En este contexto observaré que me parece inadecuada la figura del delegado (o subdelegado) del Gobierno, que me recuerda mucho la del gobernador civil franquista. En Alemania es al revés: son los “länder” los que tienen su representación en la capital, junto al Gobierno. Desde tales representaciones (como “embajadas”), los presidentes de las mismas defienden directamente los intereses de su “land” ante el poder federal.
Quizá habrá que esperar otros 32 años hasta que todas las autonomías españolas (solucionado el problema mafioso de ETA) estén maduras para confederarse sin apetitos absurdos de independencia, que en la Europa actual no conducen a ninguna parte; para educarse para la solidaridad y la convivencia, con afán de superación, pero no de aplastar al vecino, al socio dentro de la Confederación. No habría ningún impedimento para que la Confederación de estados españoles, la Confederación Ibérica, estuviese coronada por la institución monárquica. Quién sabe si en tales circunstancias, Gibraltar y Portugal entrarían algún día en la Confederación. ¿Por qué no puede España conseguir lo que los suizos, con muchas mas diferencias étnicas y lingüísticas, lograron en 1921?
lunes, 15 de marzo de 2010
Olvidar
A determinadas edades, en las que ya hemos adquirido una perspectiva que nos permite abarcar el pasado y el presente y preparar de alguna forma nuestro ya corto futuro, hemos de aprender el arte de olvidar. Olvidar no significa borrar, sino neutralizar lo vivido negativamente y agradecernos lo positivo que hemos hecho, con nuestro propio esfuerzo, integrándolo en nuestro presente.
Olvidar significa en cierta manera perdonar, tras analizar las injusticias, los entuertos, las barrabasadas sufridas y la falta de reconocimiento de nuestros méritos por motivos intencionados por parte de los demás, bien en el puesto de trabajo bien en el círculo de conocidos. El recordar lo malo nos sirve para que nosotros mismos no caigamos nunca en la tentación de portarnos vilmente en lo que nos queda de vida, de aferrarse al propósito de que algo así no se repita jamás, mientras que recordar lo bueno nos reconcilia con la vida y con nosotros mismos, que hemos hecho lo que ha estado en nuestras fuerzas para ser útiles a los demás, a la sociedad e incluso a nosotros mismos. Los méritos auténticos reconocidos por nosotros mismos, sin vanidad ni afán de notoriedad, enriquecen nuestras vidas en el presente.
El pasado está periclitado, no existe, sólo está como fantasmas en nuestros cerebros y se manifiestan en los sueños o pesadillas. Hemos de realizar un trabajo de drenaje para limpiar nuestra mente de esos fantasmas. Olvidar. El primer paso para apartar la chatarra del pasado de nosotros es analizar y comprender. Y, después, perdonar, no sólo a los demás por su torpeza frente a nosotros, sino a nosotros mismos por no haber sido capaces en su momento de ser firmes, estar seguros de nuestra valía y al propio tiempo no haber tenido la humildad de renunciar a ambiciones de poder, de prestigio y de reconocimiento.
Olvidemos para ser más felices en el umbral de la nada. Pensemos en nuestra caducidad y aprovechemos todo instante que estemos en este planeta para disfrutar de la sensación de haber cumplido en nuestro pasado con el deber que nos marcó nuestro destino.
Olvidar significa en cierta manera perdonar, tras analizar las injusticias, los entuertos, las barrabasadas sufridas y la falta de reconocimiento de nuestros méritos por motivos intencionados por parte de los demás, bien en el puesto de trabajo bien en el círculo de conocidos. El recordar lo malo nos sirve para que nosotros mismos no caigamos nunca en la tentación de portarnos vilmente en lo que nos queda de vida, de aferrarse al propósito de que algo así no se repita jamás, mientras que recordar lo bueno nos reconcilia con la vida y con nosotros mismos, que hemos hecho lo que ha estado en nuestras fuerzas para ser útiles a los demás, a la sociedad e incluso a nosotros mismos. Los méritos auténticos reconocidos por nosotros mismos, sin vanidad ni afán de notoriedad, enriquecen nuestras vidas en el presente.
El pasado está periclitado, no existe, sólo está como fantasmas en nuestros cerebros y se manifiestan en los sueños o pesadillas. Hemos de realizar un trabajo de drenaje para limpiar nuestra mente de esos fantasmas. Olvidar. El primer paso para apartar la chatarra del pasado de nosotros es analizar y comprender. Y, después, perdonar, no sólo a los demás por su torpeza frente a nosotros, sino a nosotros mismos por no haber sido capaces en su momento de ser firmes, estar seguros de nuestra valía y al propio tiempo no haber tenido la humildad de renunciar a ambiciones de poder, de prestigio y de reconocimiento.
Olvidemos para ser más felices en el umbral de la nada. Pensemos en nuestra caducidad y aprovechemos todo instante que estemos en este planeta para disfrutar de la sensación de haber cumplido en nuestro pasado con el deber que nos marcó nuestro destino.
domingo, 14 de marzo de 2010
El tiempo
En la mitología griega, el dios Crono (el tiempo) –Saturno entre los romanos- devora a sus hijos. Se trata de una alegoría del paso del tiempo, pues Crono se comía a los hijos recién nacidos de Rea, su mujer, por temor a ser destronado por uno de ellos. Esta terrible leyenda está representada en el Saturno de Goya, que se halla en el Museo del Prado (Madrid).
Desde la más remota antigüedad, el ser humano ha percibido “el paso del tiempo”, que podía observar en sí mismo con su propio envejecimiento. Los pueblos antiquísimos como los caldeos o los babilonios aprendían a apreciar el tiempo observando al cielo nocturno, con sus planetas y constelaciones. Durante el día, el sol era el más exacto reloj. La tierra, con su giro alrededor de su eje, es el principal reloj natural en lo estático del tiempo.
Son innumerables los instrumentos construidos para “medir” el tiempo. Los más conocidos son, sin duda, los relojes de arena, los relojes de sol, y en la edad moderna los relojes de bolsillo y los cronómetros de pulsera. ¿Miden estos instrumentos el tiempo? En mi opinión todos ellos son convencionales, pues el tiempo no puede medirse. El tiempo no es algo que “pasa” o que “transcurre”, somos nosotros, es la Naturaleza, y es nuestro entorno lo que se modifica, lo que pasa en una dimensión que, hasta ahora, no ha podido ser descubierta a pesar de que centenares de científicos se ocupan intensamente del tema. El gran científico británico Hawkings tuvo hace pocos años la honradez de confesar públicamente que todas sus teorías, incluida la del tiempo, eran erróneas. Algunos científicos van tan lejos como para pretender hallar un día una máquina que permitiese a la humanidad viajar a través del tiempo, por ejemplo hacia atrás, hasta llegar a la edad de los romanos. Para mí que se trata de unos extravagantes amantes de la más fantasiosa ciencia ficción.
No soy científico y no voy a aventurar ninguna teoría. Sólo comunicar mi impresión muy personal. A veces creo que el tiempo no pasa, sino que es el universo, incluido nuestro planeta, lo que pasa, no por el tiempo, sino en el tiempo. Puedo imaginarme al tiempo como una dimensión estática en la que suceden cosas y existen procesos, que, lo mismo que el latido de nuestro pulso o de nuestro corazón, pueden servir para medir convencionalmente la duración de todo. La luz que viaja por el cosmos está marcando el tiempo, por ejemplo, sin que el tiempo se mueva. El tiempo es, a mi parecer, infinito. Cuando dentro de unos 5.000 millones de años se acabe nuestro sistema solar, el tiempo seguirá existiendo. Nosotros envejecemos, no porque pase el tiempo por nosotros, sino porque en el tiempo, en el seno del tiempo, nuestras células, nuestros órganos, todo lo que constituye un ser humano, se van desgastando, porque llevan el tiempo dentro, el propio tiempo. Si la medicina consigue prolongar más allá de lo natural la vida del ser humano, habrá dado sin duda un salto gigantesco hacia adelante, pero no habrá vencido al tiempo, habrá ganado una batalla a la Naturaleza, aunque son muy pírricas las victorias humanas sobre la Naturaleza: ésta, al interrumpirse o alterarse sus leyes evolutivas, puede reaccionar con fenómenos cada vez más alarmantes: cambio climático, nuevas enfermedades…Para el tiempo, 20, 30, 100, 200 años más son la fracción de la fracción de un segundo. Millares de millares de millones de años son una bagatela para Crono-Saturno.
Desde la más remota antigüedad, el ser humano ha percibido “el paso del tiempo”, que podía observar en sí mismo con su propio envejecimiento. Los pueblos antiquísimos como los caldeos o los babilonios aprendían a apreciar el tiempo observando al cielo nocturno, con sus planetas y constelaciones. Durante el día, el sol era el más exacto reloj. La tierra, con su giro alrededor de su eje, es el principal reloj natural en lo estático del tiempo.
Son innumerables los instrumentos construidos para “medir” el tiempo. Los más conocidos son, sin duda, los relojes de arena, los relojes de sol, y en la edad moderna los relojes de bolsillo y los cronómetros de pulsera. ¿Miden estos instrumentos el tiempo? En mi opinión todos ellos son convencionales, pues el tiempo no puede medirse. El tiempo no es algo que “pasa” o que “transcurre”, somos nosotros, es la Naturaleza, y es nuestro entorno lo que se modifica, lo que pasa en una dimensión que, hasta ahora, no ha podido ser descubierta a pesar de que centenares de científicos se ocupan intensamente del tema. El gran científico británico Hawkings tuvo hace pocos años la honradez de confesar públicamente que todas sus teorías, incluida la del tiempo, eran erróneas. Algunos científicos van tan lejos como para pretender hallar un día una máquina que permitiese a la humanidad viajar a través del tiempo, por ejemplo hacia atrás, hasta llegar a la edad de los romanos. Para mí que se trata de unos extravagantes amantes de la más fantasiosa ciencia ficción.
No soy científico y no voy a aventurar ninguna teoría. Sólo comunicar mi impresión muy personal. A veces creo que el tiempo no pasa, sino que es el universo, incluido nuestro planeta, lo que pasa, no por el tiempo, sino en el tiempo. Puedo imaginarme al tiempo como una dimensión estática en la que suceden cosas y existen procesos, que, lo mismo que el latido de nuestro pulso o de nuestro corazón, pueden servir para medir convencionalmente la duración de todo. La luz que viaja por el cosmos está marcando el tiempo, por ejemplo, sin que el tiempo se mueva. El tiempo es, a mi parecer, infinito. Cuando dentro de unos 5.000 millones de años se acabe nuestro sistema solar, el tiempo seguirá existiendo. Nosotros envejecemos, no porque pase el tiempo por nosotros, sino porque en el tiempo, en el seno del tiempo, nuestras células, nuestros órganos, todo lo que constituye un ser humano, se van desgastando, porque llevan el tiempo dentro, el propio tiempo. Si la medicina consigue prolongar más allá de lo natural la vida del ser humano, habrá dado sin duda un salto gigantesco hacia adelante, pero no habrá vencido al tiempo, habrá ganado una batalla a la Naturaleza, aunque son muy pírricas las victorias humanas sobre la Naturaleza: ésta, al interrumpirse o alterarse sus leyes evolutivas, puede reaccionar con fenómenos cada vez más alarmantes: cambio climático, nuevas enfermedades…Para el tiempo, 20, 30, 100, 200 años más son la fracción de la fracción de un segundo. Millares de millares de millones de años son una bagatela para Crono-Saturno.
jueves, 11 de marzo de 2010
La blasfemia
Curiosamente, en países tan religiosos como Grecia (ortodoxa) e Italia (católica) se blasfema mucho. Pero todavía más se blasfema en la “tierra de María Santísima” (no sólo Andalucía, sino en toda España y en todas sus lenguas vernáculas). Los objetos elegidos para dirigir contra ellos las más groseras imprecaciones escatológicas son “Dios”, “la Virgen”, “el copón” y la “hostia”.
He meditado mucho a qué se debe este furor blasfemo en un pueblo tan creyente y creo haber hallado una pista en el fervor católico de una mayoría de los españoles. Insultamos a algo que, en el fondo, reverenciamos o respetamos, a lo que estamos fuertemente unidos emocionalmente. Cierto es que existen eufemismos como “me cago en la mar” o “mecachis”, pero para uno de esos españoles enfurecidos, el eufemismo no sirve para descargar su ira acumulada. Hay que disparar más alto: al mismísimo Dios o a la Virgen. Me sorprende, sin embargo, que Jesús o Jesucristo se libre de la suciedad que mana de algunas bocas, en otras ocasiones, tan piadosas.
He meditado mucho a qué se debe este furor blasfemo en un pueblo tan creyente y creo haber hallado una pista en el fervor católico de una mayoría de los españoles. Insultamos a algo que, en el fondo, reverenciamos o respetamos, a lo que estamos fuertemente unidos emocionalmente. Cierto es que existen eufemismos como “me cago en la mar” o “mecachis”, pero para uno de esos españoles enfurecidos, el eufemismo no sirve para descargar su ira acumulada. Hay que disparar más alto: al mismísimo Dios o a la Virgen. Me sorprende, sin embargo, que Jesús o Jesucristo se libre de la suciedad que mana de algunas bocas, en otras ocasiones, tan piadosas.
El poder de la palabra
El poder de la palabra
Cuando alguien tiene un conflicto, si es católico practicante (e ingenuo) acudirá a su confesor. En el confesionario, en un ambiente sacro, rodeado de un silencio que le tranquiliza y protege y sabiendo que un representante de Dios le escucha, la persona con el conflicto puede “abrir su corazón” y “dejar fluir todo el magma del volcán interno que le atormenta”. Sabe que el sacerdote está obligado por juramento a no revelar a nadie lo que escucha en el confesionario. Sin duda, acabada la confesión, echado fuera de sí el lastre que la oprimía, la persona en cuestión, después de oír el “te absuelvo” y la penitencia impuesta, se siente aliviada y reconciliada consigo misma. Pero un sacerdote no puede tratar ni curar una enfermedad mental (al revés, sin querer puede hacer mucho daño). Para las enfermedades psíquicas están los psiquiatras y los psicólogos. Los psiquiatras son médicos y los únicos facultados para recetar. Hay psiquiatras y psicólogos modernos que aconsejan a sus pacientes que comuniquen sus problemas anímicos a sus familiares y amigos. En sí, el consejo no es descabellado. La palabra, dicha a personas queridas y en las que se confía, tiene un gran poder curativo. Pero si el paciente no sabe medir bien su necesidad comunicativa y su deseo de empatía, puede a medio plazo resultar oneroso a sus familiares y a sus amigos y verá, con el consiguiente sufrimiento, cómo sus familiares le rehuyen y cómo se va reduciendo el círculo de sus amistades.
Las personas de principal referencia del paciente mental han de ser el psiquiatra y el psicólogo, quienes tampoco han de dar consejos, sino sutilmente hacer sugerencias, que parezcan que nacen del propio paciente, que es la primera persona importante en la resolución o alivio de un conflicto psíquico y que tiene que aprender a dialogar o razonar consigo mismo, siguiendo las pautas que le marquen su psiquiatra o su psicólogo. La palabra tiene un gran poder (para bien o para mal) en el paciente. No obstante, en la mayoría de los casos no bastará sólo con la palabra, el “logos”: será preciso recurrir a los psicofármacos (recetados por el psiquiatra). Así se establece una interrelación entre la palabra y la química, potenciándose recíprocamente.
Una palabra puede elevarnos. Una palabra puede hundirnos. Habremos llegado a la madurez psíquica cuando seamos inmunes a las palabras negativas, cuando nos afirmemos a nosotros mismos a pesar de nuestros trastornos físicos o psíquicos. Uno mismo es su mejor psiquiatra y su mejor psicólogo si aprendemos a serlo con la ayuda de estos profesionales de la mente.
Cuando alguien tiene un conflicto, si es católico practicante (e ingenuo) acudirá a su confesor. En el confesionario, en un ambiente sacro, rodeado de un silencio que le tranquiliza y protege y sabiendo que un representante de Dios le escucha, la persona con el conflicto puede “abrir su corazón” y “dejar fluir todo el magma del volcán interno que le atormenta”. Sabe que el sacerdote está obligado por juramento a no revelar a nadie lo que escucha en el confesionario. Sin duda, acabada la confesión, echado fuera de sí el lastre que la oprimía, la persona en cuestión, después de oír el “te absuelvo” y la penitencia impuesta, se siente aliviada y reconciliada consigo misma. Pero un sacerdote no puede tratar ni curar una enfermedad mental (al revés, sin querer puede hacer mucho daño). Para las enfermedades psíquicas están los psiquiatras y los psicólogos. Los psiquiatras son médicos y los únicos facultados para recetar. Hay psiquiatras y psicólogos modernos que aconsejan a sus pacientes que comuniquen sus problemas anímicos a sus familiares y amigos. En sí, el consejo no es descabellado. La palabra, dicha a personas queridas y en las que se confía, tiene un gran poder curativo. Pero si el paciente no sabe medir bien su necesidad comunicativa y su deseo de empatía, puede a medio plazo resultar oneroso a sus familiares y a sus amigos y verá, con el consiguiente sufrimiento, cómo sus familiares le rehuyen y cómo se va reduciendo el círculo de sus amistades.
Las personas de principal referencia del paciente mental han de ser el psiquiatra y el psicólogo, quienes tampoco han de dar consejos, sino sutilmente hacer sugerencias, que parezcan que nacen del propio paciente, que es la primera persona importante en la resolución o alivio de un conflicto psíquico y que tiene que aprender a dialogar o razonar consigo mismo, siguiendo las pautas que le marquen su psiquiatra o su psicólogo. La palabra tiene un gran poder (para bien o para mal) en el paciente. No obstante, en la mayoría de los casos no bastará sólo con la palabra, el “logos”: será preciso recurrir a los psicofármacos (recetados por el psiquiatra). Así se establece una interrelación entre la palabra y la química, potenciándose recíprocamente.
Una palabra puede elevarnos. Una palabra puede hundirnos. Habremos llegado a la madurez psíquica cuando seamos inmunes a las palabras negativas, cuando nos afirmemos a nosotros mismos a pesar de nuestros trastornos físicos o psíquicos. Uno mismo es su mejor psiquiatra y su mejor psicólogo si aprendemos a serlo con la ayuda de estos profesionales de la mente.
miércoles, 10 de marzo de 2010
El destino
"Caminante, no hay camino/ se hace camino al andar..." (Antonio Machado)
Desde el mismísimo momento en que nacemos iniciamos un camino, que no es rectilíneo, sino sinuoso, lleno de meandros e inesperadas curvas, pero que, de una manera u otra va hacia su final. Muy acertadamente, algunos llaman a la vida viaje. En nuestro viaje todo es casual, accidental; incluso nuestras propias acciones, que pueden ser decisivas para nuestro camino: nuestro destino. También nuestros compañeros de viaje son casuales. Unos nos acompañan todo el camino, toda nuestra vida, y otros se apean en la próxima parada y nunca más volvemos a verlos.
Es inútil que volvamos la vista atrás y nos preguntemos cómo hubiese sido nuestra vida si hubiésemos hecho esto u omitido lo otro, o, todavía peor, que deseemos que nuestro camino hasta aquí hubiese sido otro. El camino recorrido no puede jamás desandarse, porque es la parte vivida de nuestro destino. En la psicología se combaten los llamados “y sies” como causa principal de frustraciones, melancolía y depresiones. El “y si” es inexistente. Lo que existe soy yo y mi camino hacia delante, unas veces eligiendo yo la dirección, otras, siguiendo una ruta que yo, con mis actos, he propiciado, pero siempre siendo mi destino.
Conocidos son los versos de Jorge Manrique: “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar/ que es el morir”. Envidiables quienes a punto de cruzar la tenue línea que separa la vida de la muerte, pueden mirar hacia atrás y reconciliarse con su destino, y más todavía, aceptarlo agradecidos. Como cantaba Edith Piaf: “Rien, rien de rien/non, je ne regrette rien…
Desde el mismísimo momento en que nacemos iniciamos un camino, que no es rectilíneo, sino sinuoso, lleno de meandros e inesperadas curvas, pero que, de una manera u otra va hacia su final. Muy acertadamente, algunos llaman a la vida viaje. En nuestro viaje todo es casual, accidental; incluso nuestras propias acciones, que pueden ser decisivas para nuestro camino: nuestro destino. También nuestros compañeros de viaje son casuales. Unos nos acompañan todo el camino, toda nuestra vida, y otros se apean en la próxima parada y nunca más volvemos a verlos.
Es inútil que volvamos la vista atrás y nos preguntemos cómo hubiese sido nuestra vida si hubiésemos hecho esto u omitido lo otro, o, todavía peor, que deseemos que nuestro camino hasta aquí hubiese sido otro. El camino recorrido no puede jamás desandarse, porque es la parte vivida de nuestro destino. En la psicología se combaten los llamados “y sies” como causa principal de frustraciones, melancolía y depresiones. El “y si” es inexistente. Lo que existe soy yo y mi camino hacia delante, unas veces eligiendo yo la dirección, otras, siguiendo una ruta que yo, con mis actos, he propiciado, pero siempre siendo mi destino.
Conocidos son los versos de Jorge Manrique: “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar/ que es el morir”. Envidiables quienes a punto de cruzar la tenue línea que separa la vida de la muerte, pueden mirar hacia atrás y reconciliarse con su destino, y más todavía, aceptarlo agradecidos. Como cantaba Edith Piaf: “Rien, rien de rien/non, je ne regrette rien…
martes, 9 de marzo de 2010
Pedófilos no. Pedomaniacos
En los últimos tiempos se acumulan los escándalos de religiosos (como en EE UU, en Escocia, en Alemania) que abusan sexualmente de los menores a ellos encomendados. No puede culparse del todo de ello al celibato existente en el catolicismo. El celibato es anterior a la Iglesia Católica (existe todavía en la India y entre los budistas), que no lo impuso hasta el siglo XVI en el concilio de Trento, donde se establece de manera definitiva el celibato sacerdotal obligatorio. Puede verse como una renuncia por espiritualidad a los “placeres de la carne”, una forma más de acentuar el ascetismo de los sacerdotes. Pero una de las razones que pueden aducirse para esta anticuada medida era la de problemas de propiedad con sacerdotes casados, cuyos hijos reclamaban todos los haberes de sus padres al morir éstos, lo que incluía la parroquia. El celibato en el catolicismo de hoy es un tema a discutir en otro contexto y otro lugar, aunque puedo adelantar que en mi opinión sería mejor para el sacerdote y para la sociedad si los religiosos católicos pudiesen casarse como los protestantes.
A la par de esas noticias escandalosas de abusos a menores, del ámbito eclesial, que obligan al papa a disculpar a la Iglesia, es un hecho que casi cada día leemos noticias del tenor de que la policía ha conseguido desarticular redes de pederastas, que actuaban en domicilios privados o en internet. En estos casos yo no utilizaría el vocablo “pedofilia”, que es una palabra griega que significa “amor a los niños”. Para mí, esos perversos son “pedomaniacos”, es decir, psicópatas que sufren de “pedomanía”.
Los pederastas están causando mucho daño. En primer lugar a las criaturas de las que abusan y en segundo lugar, a quienes amamos a los niños y niñas, sentimos ternura y nostalgia por la infancia, nos encanta ver la actitud viril de un pequeño de 5 años en una discusión con amiguitos o a quienes nos embelesa y sorprende la femineidad de nenas de 6 o 7 años, que ya presumen con sus vestiditos o coquetean como si se tratara de mujercitas. ¿Quién se atreve ahora a dirigirse a los peques y dialogar con ellos? Nadie quiere correr el riesgo de que te tomen por uno de esos psicópatas pedomaniacos, la mayoría de los cuales debieran ser condenados, no a una pena de cárcel, sino a una reclusión, bajo tratamiento médico, en un centro penitenciario psiquiátrico.
A la par de esas noticias escandalosas de abusos a menores, del ámbito eclesial, que obligan al papa a disculpar a la Iglesia, es un hecho que casi cada día leemos noticias del tenor de que la policía ha conseguido desarticular redes de pederastas, que actuaban en domicilios privados o en internet. En estos casos yo no utilizaría el vocablo “pedofilia”, que es una palabra griega que significa “amor a los niños”. Para mí, esos perversos son “pedomaniacos”, es decir, psicópatas que sufren de “pedomanía”.
Los pederastas están causando mucho daño. En primer lugar a las criaturas de las que abusan y en segundo lugar, a quienes amamos a los niños y niñas, sentimos ternura y nostalgia por la infancia, nos encanta ver la actitud viril de un pequeño de 5 años en una discusión con amiguitos o a quienes nos embelesa y sorprende la femineidad de nenas de 6 o 7 años, que ya presumen con sus vestiditos o coquetean como si se tratara de mujercitas. ¿Quién se atreve ahora a dirigirse a los peques y dialogar con ellos? Nadie quiere correr el riesgo de que te tomen por uno de esos psicópatas pedomaniacos, la mayoría de los cuales debieran ser condenados, no a una pena de cárcel, sino a una reclusión, bajo tratamiento médico, en un centro penitenciario psiquiátrico.
La picha y el chichi
Las culturas mediterráneas son de origen fálico. Todavía hoy basta con darse una vuelta por Grecia o por Turquía y veremos a la venta los famosos priapos, unos muñecos con enormes penes en erección, siendo curioso que la magnitud vaya creciendo según nos adentramos en Turquía. En castellano (y sólo nos referimos al español peninsular: si nos adentramos en Hispanoamérica la lista de vulgarismos sexuales se hace interminable) existen numerosos sinónimos para falo o pene. En el lenguaje infantil: pilila, pilula, colita o colilla y pito.
Entre los adultos existen los siguientes sinónimos de pene: la picha, la chorra, la verga, la polla, el carajo, el salchichón o el rábano. Para las mujeres se emplea: el coño, el choto, el chocho, el chichi, el higo, la breva o la seta.
Como nota curiosa apunto que en Andalucía los jóvenes han desarrollado una nueva forma de dirigirse la palabra: Él: “Oye, chocho, ¿me prestas el móvil?” Ella: “Sí, picha. Aquí lo tienes”.
Siempre me he preguntado por qué los sinónimos de pene son en su mayoría femeninos, mientras que el órgano genital de la mujer suele ser masculino? He revuelto cielo y tierra, he consultado cuantas enciclopedias poseo, he recurrido a Google. Nada. Algunas obras de consulta me remiten al latín. Otras se van por las ramas sin aportar nada útil. Tengo la sospecha, sólo la sospecha, de que la sexualidad de los antiguos pueblos mediterráneos, y de los iberos, podría tener algo que decir en este asunto, que no es trascendental, pero ¿tiene que ser todo trascendental?
Entre los adultos existen los siguientes sinónimos de pene: la picha, la chorra, la verga, la polla, el carajo, el salchichón o el rábano. Para las mujeres se emplea: el coño, el choto, el chocho, el chichi, el higo, la breva o la seta.
Como nota curiosa apunto que en Andalucía los jóvenes han desarrollado una nueva forma de dirigirse la palabra: Él: “Oye, chocho, ¿me prestas el móvil?” Ella: “Sí, picha. Aquí lo tienes”.
Siempre me he preguntado por qué los sinónimos de pene son en su mayoría femeninos, mientras que el órgano genital de la mujer suele ser masculino? He revuelto cielo y tierra, he consultado cuantas enciclopedias poseo, he recurrido a Google. Nada. Algunas obras de consulta me remiten al latín. Otras se van por las ramas sin aportar nada útil. Tengo la sospecha, sólo la sospecha, de que la sexualidad de los antiguos pueblos mediterráneos, y de los iberos, podría tener algo que decir en este asunto, que no es trascendental, pero ¿tiene que ser todo trascendental?
lunes, 8 de marzo de 2010
Que viene el lobo
Es cierto que muchos españoles, también socialistas, están enojados por la torpeza del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en gestionar la crisis mundial, que, muy específicamente, afecta a la Unión Europea. Algunos expresan la opinión de que sería oportuno concertar una coalición con el PP, que, sin embargo, no está dispuesto a colaborar en lo más mínimo con el Gobierno en la solución de algo que está por encima de los intereses partidistas: el bien de la nación española. El PP obra según el lema de que “cuanto peor, mejor”. Rajoy solamente tiene una obsesión: la de llegar a ser el próximo presidente del Gobierno. “Después de mí, el diluvio” parece ser su eslogan. También están los observadores que señalan la posibilidad de que el PP presente una moción de censura. Si la pierde Zapatero, se convocarían elecciones anticipadas que muy seguramente ganaría el PP. Pero Rajoy no se decide a dar este paso, consciente de no disponer de la mayoría en el Congreso. Y aquí el PP denuesta contra los partidos regionalistas, olvidando que Aznar pudo gobernar gracias al apoyo de Pujol (CiU). En sí es muy cuestionable la presencia de partidos regionalistas en el Congreso, que pueden chantajear al presidente del Gobierno con sus votos a favor de sus respectivas autonomías. A mi me parece la mejor solución el caso de Alemania, donde un partido sólo puede entrar en el Bundestag (parlamento federal) si consigue superar la barrera del 5% a nivel federal (nacional). La última solución que apuntan los impacientes por ver al PP en el poder es que Zapatero tenga que tirar la toalla y convocar nuevas elecciones.
Aquí habría de difundir un aviso para navegantes. No jueguen con el fuego; no crean en las buenas palabras de Rajoy y de su partido. Rajoy es la derecha y la derechona. El PP no tiene escrúpulos para hacerse con el poder. Recuerden el caso de la aguerrida Esperanza Aguirre, de cómo le arrebató al ingenuo de Rafael Simancas (PSOE) la presidencia de la autonomía madrileña, de cómo se está comportando políticamente (caso de la eterna disputa contra el demócrata conservador liberal Alberto Ruíz Gallardón (PP), alcalde de Madrid, del caso de TeleMadrid, apoyo a los ultras…). Es muy difícil desalojar a la derecha del poder cuando ésta se ha alojado en él. La derecha se filtra en todas las instituciones y procura dominar sobre el sistema judicial. Conoce todos los registros: desde el populismo al paternalismo, la demagogia y al autoritarismo.
Cuidado con la derecha. Que “las ovejas” que den la mayoría a su “buen pastor”, no se encuentren con la sorpresa de que han elegido al lobo. Trabajemos todos en el marco de nuestras posibilidades (pagar impuestos, hacer un buen trabajo, ahorrar en los gastos innecesarios y sobre todo en la energía) con el Gobierno para levantar a España y ahorrarle el calvario de Grecia.
Aquí habría de difundir un aviso para navegantes. No jueguen con el fuego; no crean en las buenas palabras de Rajoy y de su partido. Rajoy es la derecha y la derechona. El PP no tiene escrúpulos para hacerse con el poder. Recuerden el caso de la aguerrida Esperanza Aguirre, de cómo le arrebató al ingenuo de Rafael Simancas (PSOE) la presidencia de la autonomía madrileña, de cómo se está comportando políticamente (caso de la eterna disputa contra el demócrata conservador liberal Alberto Ruíz Gallardón (PP), alcalde de Madrid, del caso de TeleMadrid, apoyo a los ultras…). Es muy difícil desalojar a la derecha del poder cuando ésta se ha alojado en él. La derecha se filtra en todas las instituciones y procura dominar sobre el sistema judicial. Conoce todos los registros: desde el populismo al paternalismo, la demagogia y al autoritarismo.
Cuidado con la derecha. Que “las ovejas” que den la mayoría a su “buen pastor”, no se encuentren con la sorpresa de que han elegido al lobo. Trabajemos todos en el marco de nuestras posibilidades (pagar impuestos, hacer un buen trabajo, ahorrar en los gastos innecesarios y sobre todo en la energía) con el Gobierno para levantar a España y ahorrarle el calvario de Grecia.
domingo, 7 de marzo de 2010
?Dónde está la extrema derecha?
¿Dónde está la extrema derecha?
Esta es la pregunta que suelen formularse los observadores y analistas políticos en España. ¿Dónde están los seguidores de Girón de Velasco, de Blas Piñar, los Guerrilleros de Cristo Rey, los falangistas de Falange Española? Sólo se les ve en las manifestaciones organizadas por el PP o por la reaccionaria Iglesia nacionalcatólica. Actos multitudinarios (que no se duerma la izquierda, la derecha más conservadora sigue siendo fuerte) organizados con toda la parafernalia propia de los fascistas: un mar de banderas nacionales (que el PP usurpa como si fuesen sólo suyas), el himno nacional (otra usurpación) y otro mar de banderas franquistas (políticamente correcto: preconstitucionales) y de símbolos fascistas. La explicación es obvia: la extrema derecha española está acogida al PP y tiene importantes valedores dentro del partido como la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre. En una conversación con Luis Fraga, por entonces encargado de emigración española en el Partido Popular, éste me dijo que su partido estaba orientado hacia un centro liberal, pero que tenía como lastre, difícil de eliminar, a los dinosaurios del franquismo, a los viejos y jóvenes franquistas, que formaban un dique sólido contra cualquier apertura del PP a posturas conservadoras liberales y moderadas. Desde esta conversación han transcurrido unos veinte años y no se aprecian muchos cambios internos en el PP: un sector que tiene vocación democrática y otro sector de tiempos pasados, que apuesta por el totalitarismo.
En todos los países de la Europa transpirenaica existen partidos neofascistas y neonazis, perfectamente organizados y visibles. En Francia, por ejemplo, está el frente de Le Pen, que concurre a las elecciones con muy mala suerte hasta ahora, por fortuna. En Alemania, los magistrados del Constitucional buscan con lupa rendijas que permitan la prohibición del partido neonazi NPD, que defiende a la dictadura hitleriana como una de las cumbres de la grandeza de Alemania. Miembros del NPD propagan lo que llaman “la mentira de Auschwitz”, según la cual nunca existió el holocausto, el exterminio de unos siete millones de judíos. Los del NPD celebran sus manifestaciones públicas, con svásticas (cruces gamadas) y demás decorado puramente nazi. En tales ocasiones, la policía tiene que librar auténticas batallas callejeras para separar a los nazis y los jóvenes radicales de izquierda, que arremeten armados con toda clase de objetos contra los pajarracos del tenebroso pasado alemán. En España, los nostálgicos del pasado franquista están bien protegidos, pero también –eso hay que agradecerlo al PP- hasta ahora bien vigilados y controlados por el partido de las gaviotas.
Esta es la pregunta que suelen formularse los observadores y analistas políticos en España. ¿Dónde están los seguidores de Girón de Velasco, de Blas Piñar, los Guerrilleros de Cristo Rey, los falangistas de Falange Española? Sólo se les ve en las manifestaciones organizadas por el PP o por la reaccionaria Iglesia nacionalcatólica. Actos multitudinarios (que no se duerma la izquierda, la derecha más conservadora sigue siendo fuerte) organizados con toda la parafernalia propia de los fascistas: un mar de banderas nacionales (que el PP usurpa como si fuesen sólo suyas), el himno nacional (otra usurpación) y otro mar de banderas franquistas (políticamente correcto: preconstitucionales) y de símbolos fascistas. La explicación es obvia: la extrema derecha española está acogida al PP y tiene importantes valedores dentro del partido como la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre. En una conversación con Luis Fraga, por entonces encargado de emigración española en el Partido Popular, éste me dijo que su partido estaba orientado hacia un centro liberal, pero que tenía como lastre, difícil de eliminar, a los dinosaurios del franquismo, a los viejos y jóvenes franquistas, que formaban un dique sólido contra cualquier apertura del PP a posturas conservadoras liberales y moderadas. Desde esta conversación han transcurrido unos veinte años y no se aprecian muchos cambios internos en el PP: un sector que tiene vocación democrática y otro sector de tiempos pasados, que apuesta por el totalitarismo.
En todos los países de la Europa transpirenaica existen partidos neofascistas y neonazis, perfectamente organizados y visibles. En Francia, por ejemplo, está el frente de Le Pen, que concurre a las elecciones con muy mala suerte hasta ahora, por fortuna. En Alemania, los magistrados del Constitucional buscan con lupa rendijas que permitan la prohibición del partido neonazi NPD, que defiende a la dictadura hitleriana como una de las cumbres de la grandeza de Alemania. Miembros del NPD propagan lo que llaman “la mentira de Auschwitz”, según la cual nunca existió el holocausto, el exterminio de unos siete millones de judíos. Los del NPD celebran sus manifestaciones públicas, con svásticas (cruces gamadas) y demás decorado puramente nazi. En tales ocasiones, la policía tiene que librar auténticas batallas callejeras para separar a los nazis y los jóvenes radicales de izquierda, que arremeten armados con toda clase de objetos contra los pajarracos del tenebroso pasado alemán. En España, los nostálgicos del pasado franquista están bien protegidos, pero también –eso hay que agradecerlo al PP- hasta ahora bien vigilados y controlados por el partido de las gaviotas.
sábado, 6 de marzo de 2010
La Macarena
Entre las festividades populares, religiosas, „paganas“ más bellas de España está la llamada Semana Santa, que se celebra con procesiones, a cuál más íntima, más emocionante y más espiritual, en todas las ciudades y pueblos de España. Pero para mí lo más sublime de estas procesiones está en Sevilla, donde compiten en recogimiento, en fervor y amor a su patrona distintas hermandades.
De las procesiones de Sevilla la que más hondo me llega en su aspecto artístico-estético es la de La Macarena, obra de autor desconocido, muy restaurada por diversos escultores a lo largo del tiempo. Es tanta la belleza del rostro de La Macarena que no es de extrañar que sólo las lágrimas expresen fielmente lo que sentimos al contemplar los rasgos y la expresividad de esta talla, digna de figurar junto a las diosas egipcias o grecorromanas más bellas de la antigüedad clásica. De no ser ya así, La Macarena merece ser patrimonio de la Humanidad.
Curiosa y afortunadamente, la Iglesia católica parece mantenerse un tanto al margen de la celebración de las procesiones. Los miembros de las hermandades pasan así a ser los sacerdotes de un culto del y para el pueblo.
Pero no todo es belleza en las procesiones españolas. Las autoridades deberían prohibir como masoquista exhibicionismo esos actos en los que fieles se flagelan públicamente, hasta hacerse sangrar o se someten a tremendos suplicios cargando con pesadas cruces o con los brazos en cruz atados con gruesas cuerdas en maderos, los llamados “empalados”. La Iglesia católica calla. Gusta de estas expresiones del más primitivo sadomasoquismo y lo toma como emulación de la presunta crucifixión de Jesús. Para mí que existe una sutil relación emocional del público entre estos espectáculos y las corridas de toros, en las que hay mucho de “religiosidad”.
De las procesiones de Sevilla la que más hondo me llega en su aspecto artístico-estético es la de La Macarena, obra de autor desconocido, muy restaurada por diversos escultores a lo largo del tiempo. Es tanta la belleza del rostro de La Macarena que no es de extrañar que sólo las lágrimas expresen fielmente lo que sentimos al contemplar los rasgos y la expresividad de esta talla, digna de figurar junto a las diosas egipcias o grecorromanas más bellas de la antigüedad clásica. De no ser ya así, La Macarena merece ser patrimonio de la Humanidad.
Curiosa y afortunadamente, la Iglesia católica parece mantenerse un tanto al margen de la celebración de las procesiones. Los miembros de las hermandades pasan así a ser los sacerdotes de un culto del y para el pueblo.
Pero no todo es belleza en las procesiones españolas. Las autoridades deberían prohibir como masoquista exhibicionismo esos actos en los que fieles se flagelan públicamente, hasta hacerse sangrar o se someten a tremendos suplicios cargando con pesadas cruces o con los brazos en cruz atados con gruesas cuerdas en maderos, los llamados “empalados”. La Iglesia católica calla. Gusta de estas expresiones del más primitivo sadomasoquismo y lo toma como emulación de la presunta crucifixión de Jesús. Para mí que existe una sutil relación emocional del público entre estos espectáculos y las corridas de toros, en las que hay mucho de “religiosidad”.
El apolítico
Cuando alguien le diga: „soy apolítico”, desconfíe. Se trata de uno de los más peligrosos enemigos de la democracia. El apolítico critica al gobierno, sobre todo si es de izquierdas (socialista), fustiga la corrupción de los partidos y de los políticos de forma global, como si eso fuese lo normal en una democracia. Corrupción es un mal que se da, cierta y desgraciadamente en todos los partidos y en políticos. El problema existe en una medida u otra en todos los países democráticos y no digamos en las dictaduras, pero en éstas la corrupción es consustancial al sistema, se silencia (para eso está la censura) y todo queda “en la familia”. En las democracias, gracias a la libertad de prensa, el ciudadano se entera de los casos de corrupción. La presión de la opinión pública y la libertad judicial hacen que los corruptos, por muy poderosos que sean, acaben sentándose en el banco de los acusados. Para el apolítico ésto no es política positiva, es sólo la prueba de lo acertado de su distanciamiento de la política.
En realidad, el apolítico donde mejor vive es en una dictadura. En una dictadura no tiene que “hacer política”, se la dan ya hecha. El apolítico es un gorrón de la democracia: sin mover un dedo (pero sí la lengua contra la política, con lo cual él también está haciendo política), disfruta de todas las libertades y derechos que otros (muchos con grandes sufrimientos) han conseguido. En la dictadura están prohibidos los partidos políticos, así el apolítico no tiene que molestarse en elegir entre unos u otros. Como el apolítico no quiere problemas, sólo quiere que se lo den todo hecho, no critica nunca al gobierno que el dictador, como Franco hacía en España, impone sin consulta a la sociedad. Como no existe un auténtico parlamento, no hay los debates políticos que tanto irritan o incomodan al apolítico, que sólo aspira a vivir bien, cómodamente, sin ningún compromiso sociopolítico, mientras que el dictador de turno decide por él.
La democracia, “el menos malo de todos los sistemas políticos” (Churchill), no es un regalo del cielo. Es algo que construimos todos los ciudadanos día a día. Para que la democracia funcione es preciso nuestro compromiso con ella, nuestra participación a través de todos los canales que abre a los ciudadanos, incluidas las manifestaciones autorizadas. En una democracia se puede cambiar de gobierno a través de las urnas (lo primero que rompen los fascistas si llegan al poder). Pero votar es una de las cosas que más odian los apolíticos. Si uno no se fija bien, para entender su problema, podría creerse que el apolítico es un eunuco facha.
En realidad, el apolítico donde mejor vive es en una dictadura. En una dictadura no tiene que “hacer política”, se la dan ya hecha. El apolítico es un gorrón de la democracia: sin mover un dedo (pero sí la lengua contra la política, con lo cual él también está haciendo política), disfruta de todas las libertades y derechos que otros (muchos con grandes sufrimientos) han conseguido. En la dictadura están prohibidos los partidos políticos, así el apolítico no tiene que molestarse en elegir entre unos u otros. Como el apolítico no quiere problemas, sólo quiere que se lo den todo hecho, no critica nunca al gobierno que el dictador, como Franco hacía en España, impone sin consulta a la sociedad. Como no existe un auténtico parlamento, no hay los debates políticos que tanto irritan o incomodan al apolítico, que sólo aspira a vivir bien, cómodamente, sin ningún compromiso sociopolítico, mientras que el dictador de turno decide por él.
La democracia, “el menos malo de todos los sistemas políticos” (Churchill), no es un regalo del cielo. Es algo que construimos todos los ciudadanos día a día. Para que la democracia funcione es preciso nuestro compromiso con ella, nuestra participación a través de todos los canales que abre a los ciudadanos, incluidas las manifestaciones autorizadas. En una democracia se puede cambiar de gobierno a través de las urnas (lo primero que rompen los fascistas si llegan al poder). Pero votar es una de las cosas que más odian los apolíticos. Si uno no se fija bien, para entender su problema, podría creerse que el apolítico es un eunuco facha.
viernes, 5 de marzo de 2010
La muerte no existe
Para el ateo, la muerte no existe. Sólo existen las representaciones que la persona se hace de la muerte: la calavera o la figura envuelta en una amplia capa negra con una guadaña en la mano huesuda, por citar las más corrientes y las menos esperpénticas y simbólicas. Para el ateo la muerte existe como el inevitable hecho de que un día moriremos. Pero si se piensa a fondo, la muerte deja de existir con nosotros. Una vez cerrados los ojos para siempre, la muerte desaparece en la nada. Nadie vive su propia muerte. Sólo existe la muerte de los demás. Es nuestro Yo, si no está concienciado, el que teme a la muerte y el que se aferra a la religiones y a la creencia en el Cielo, la Gloria, el Paraíso o en la vida en el más allá. El Yo deja de existir cuando se apaga nuestro cerebro. Muertos, ya no somos. Ni siquiera tendremos la esperanza de la paz eterna. La paz eterna la hemos de disfrutar, anticipar nosotros, figurándonosla, figurándonos qué tranquilidad significa el no existir. Pero mientras estemos en el planeta, ¡a vivir que son dos días! Hemos de vivir con ética, con respeto y amor a nuestro "próximo", con un gran sentido de la resposabilidad y sintiéndonos solidarios con todos los seres que comparten con nosotros lo que llamamos vida. Pero que no nos den gato por liebre.
jueves, 4 de marzo de 2010
Nuestra lengua: "País cojonudo"
En ningún lugar del mundo se utilizan tanto los testículos, en su versión vulgar, para denotar tantas cosas. Por curiosidad he hecho una selección, que espero sea lo suficientemente completa para que el lector mismo lo vea plásticamente. Sinónimos de “cojones”: huevos, pelotas, cataplines (eufemístico).
¡Y un cojón! Con dos pares de cojones. Tiene cojones la cosa. Hay que echarle cojones a la cosa! Mandar cojones a La Habana. ¡No me toques los cojones! ¡Tócame un cojón! Rascarse (tocarse) los cojones. Pasárselo por los cojones (o por el arco de triunfo). No me sale de los cojones. Los tiene bien puestos (los cojones). Los tiene como el caballo del Espartero. ¿Qué cojones quieres? Te voy a poner los cojones por corbata. A cojón visto, macho seguro. Está de cojón de mico. Por cojones. Por mis santísimos cojones. Estoy hasta los (mismísimos) cojones. Acojonarse. Estar acojonado. No tiene cojones. Estar agarrado por los cojones. Cojones, ya está bien!
Las mujeres, para no ser menos que los hombres, han intentado crear expresiones paralelas utilizando los ovarios. “ No me sale de los ovarios”, “tener los ovarios bien puestos”…La tentativa suena un tanto ridícula. La mayoría de las féminas utiliza las expresiones masculinas, más rotundas. Sólo en un caso tienen los hombres que tomar prestado el órgano sexual femenino: “Escoñarse”. “Descojonarse” se utiliza sólo en la expresión: “se descojonó de risa”.
¡Y un cojón! Con dos pares de cojones. Tiene cojones la cosa. Hay que echarle cojones a la cosa! Mandar cojones a La Habana. ¡No me toques los cojones! ¡Tócame un cojón! Rascarse (tocarse) los cojones. Pasárselo por los cojones (o por el arco de triunfo). No me sale de los cojones. Los tiene bien puestos (los cojones). Los tiene como el caballo del Espartero. ¿Qué cojones quieres? Te voy a poner los cojones por corbata. A cojón visto, macho seguro. Está de cojón de mico. Por cojones. Por mis santísimos cojones. Estoy hasta los (mismísimos) cojones. Acojonarse. Estar acojonado. No tiene cojones. Estar agarrado por los cojones. Cojones, ya está bien!
Las mujeres, para no ser menos que los hombres, han intentado crear expresiones paralelas utilizando los ovarios. “ No me sale de los ovarios”, “tener los ovarios bien puestos”…La tentativa suena un tanto ridícula. La mayoría de las féminas utiliza las expresiones masculinas, más rotundas. Sólo en un caso tienen los hombres que tomar prestado el órgano sexual femenino: “Escoñarse”. “Descojonarse” se utiliza sólo en la expresión: “se descojonó de risa”.
miércoles, 3 de marzo de 2010
Coalición PSOE/PSOE?
La mayoría de los analistas políticos no descartan que fuese útil para el país una coalición del PSOE con el PP. Pero no parece que ambos partidos estén de acuerdo. El PSOE disfraza la oferta de una coalición con nebulosos “pactos de Estado”, con lo cual no se reconoce que el partido socialista y menos el presidente del Gobierno, Zapatero no están ya en condiciones de gobernar solos a España en las difíciles condiciones socioeconómicas actuales. En vez de una coalición con el PP, el PSOE parece haber cerrado una coalición consigo mismo. En una coalición, como la que preside la conservadora canciller alemana, Angela Merkel con el partido demoliberal (FDP) de Westerwelle, hay muchas y fuertes discusiones sobre el rumbo a seguir. Por ejemplo, en la cuestión de los impuestos Merkel es partidaria de su subida, mientras que Westerwelle, que representa los intereses de los grandes, medianos y pequeños empresarios, quiere una bajada. El demoliberal se opone firmemente a la subida, que desde el punto de vista conservador es la única viable y conveniente. Tras las discusiones, el uno o el otro partido de la coalición tendrá que ceder o dar por roto el “contrato” de coalición y el gobierno tendrá que buscarse otro socio y si no lo encuentra, dar por concluida la legislatura y convocar elecciones anticipadas.
En España parece que existe una coalición del PSOE con el PSOE. Una parte del gobierno parece poner en tela de juicio lo acordado, con la bendición de Zapatero, enfrente de la otra parte. Un reciente ejemplo fue la cuestión de recortar los sueldos de los funcionarios, lo que despertó las iras de este privilegiado estamento. En España habría que introducir la norma alemana de “sueldo según rendimiento”. Tal vez así se acabaría la arrogancia y falta de respeto de funcionarios españoles, que en muchos casos no se matan a trabajar a costa del sufrido público ante las ventanillas. La decisión se ha desvanecido en un limbo que podría ser que sí o que no, más bien esto último. Otra decisión, correcta, del Gobierno de elevar la edad de la jubilación a los 67 años, ha provocado una manifiesta contradicción del Gobierno. Mientras fue anunciada en todos los medios de comunicación, 24 horas más tarde, desde el Gobierno se desmentía la medida. Los débiles sindicatos CC OO y UGT quisieron aquí mostrar sus músculos en contra de la decisión. Lamentable el número de manifestantes que acudieron a las convocatorias en una tema tan importante para la sociedad. El Gobierno tiene razón. Dentro de diez años habrá más personas mayores de 65 años que jóvenes. ¿Quién va a pagar las jubilaciones? En Alemania fue aumentada la edad de la jubilación a los 67 años, sin que se produjera ningún terremoto social. Francia y Gran Bretaña (edad: 67) piensan incluso en subir la edad de la jubilación a los 70 años. En todos los casos se trata de la mayor expectativa de vida como consecuencia de los adelantos en la medicina. El envejecimiento de Europa no puede negarse; bajo tales condiciones no puede mantenerse el llamado “contrato generacional”.
Pero tampoco la oposición está en España a la altura de las circunstancias. En una democracia, el papel de la oposición no se agota en intentar derrocar al Gobierno para conseguir ella el poder. Una oposición democrática consiste también en aportar propuestas para el mejor gobierno de la nación, en insistir en el parlamento en tales propuestas y denunciar como incompetente al Gobierno, que ni siquiera se tome la molestia de discutir las propuestas en el parlamento. Zapatero ha lanzado en repetidas ocasiones la oferta de pactos con el PP. ¿Por qué escurre el bulto Rajoy? Un país no puede sufrir las consecuencias de la ambición de poder de uno y la obstinada ambición de poder del otro, que parecen ver en la política no el servicio al bien común, sino la necesidad de apuntalar unas confusas identidades.
En España parece que existe una coalición del PSOE con el PSOE. Una parte del gobierno parece poner en tela de juicio lo acordado, con la bendición de Zapatero, enfrente de la otra parte. Un reciente ejemplo fue la cuestión de recortar los sueldos de los funcionarios, lo que despertó las iras de este privilegiado estamento. En España habría que introducir la norma alemana de “sueldo según rendimiento”. Tal vez así se acabaría la arrogancia y falta de respeto de funcionarios españoles, que en muchos casos no se matan a trabajar a costa del sufrido público ante las ventanillas. La decisión se ha desvanecido en un limbo que podría ser que sí o que no, más bien esto último. Otra decisión, correcta, del Gobierno de elevar la edad de la jubilación a los 67 años, ha provocado una manifiesta contradicción del Gobierno. Mientras fue anunciada en todos los medios de comunicación, 24 horas más tarde, desde el Gobierno se desmentía la medida. Los débiles sindicatos CC OO y UGT quisieron aquí mostrar sus músculos en contra de la decisión. Lamentable el número de manifestantes que acudieron a las convocatorias en una tema tan importante para la sociedad. El Gobierno tiene razón. Dentro de diez años habrá más personas mayores de 65 años que jóvenes. ¿Quién va a pagar las jubilaciones? En Alemania fue aumentada la edad de la jubilación a los 67 años, sin que se produjera ningún terremoto social. Francia y Gran Bretaña (edad: 67) piensan incluso en subir la edad de la jubilación a los 70 años. En todos los casos se trata de la mayor expectativa de vida como consecuencia de los adelantos en la medicina. El envejecimiento de Europa no puede negarse; bajo tales condiciones no puede mantenerse el llamado “contrato generacional”.
Pero tampoco la oposición está en España a la altura de las circunstancias. En una democracia, el papel de la oposición no se agota en intentar derrocar al Gobierno para conseguir ella el poder. Una oposición democrática consiste también en aportar propuestas para el mejor gobierno de la nación, en insistir en el parlamento en tales propuestas y denunciar como incompetente al Gobierno, que ni siquiera se tome la molestia de discutir las propuestas en el parlamento. Zapatero ha lanzado en repetidas ocasiones la oferta de pactos con el PP. ¿Por qué escurre el bulto Rajoy? Un país no puede sufrir las consecuencias de la ambición de poder de uno y la obstinada ambición de poder del otro, que parecen ver en la política no el servicio al bien común, sino la necesidad de apuntalar unas confusas identidades.